Nunca quise ser Julia Roberts
Lxs que dicen no ser feministas sino humanistas, no sólo niegan la revolución social que ha supuesto el feminismo, sino que se sienten cómodxs con toda la ornamentación sexista y con el modelo normativo de mujer bella y frágil
“¿Feminismo? Es creo que eso está muy superado, yo soy humanista”. Declaraciones de protohembras que me provocan hartazgo pleno cada vez que hablo de este medio y sale el debate de su motor de existencia. Esta idea no va nada en la línea queer de construcciones sociales del género, sino más bien por la vertiente simple, simplista, de la despreocupación ante un posicionamiento vital que ha conseguido que las mujeres votemos o que los hombres, poco a poco, vayan huyendo del innegable rol de ente insensible y en la obligación permanente de cortejo.
Lxs humanistas no solo niegan una revolución social como la del feminismo, sino que se sienten cómodxs con toda la ornamentación de ropajes y productos publicitarios disociados que unas voces político-sociales han ideado para ellxs. Lxs reconoceréis por sus juicios tales como: “chica, cómo te dejas el pelo así de corto, tan poco femenina”, “uy, como sigas haciendo tanto deporte se te va a poner cuerpo de hombre” o “no para de ligar, es una zorra”. Todas tenemos que ser Julia Roberts y ese ideal precocinado de belleza y fragilidad, como si no hubiese otras estéticas “femeninas” ni otras maneras de ser mujer.
[sc name=”suscribete”][/sc]Mis admirables humanistas se quedan con que el 8 de marzo muchxs políticxs salen a inaugurar calles con nombres de señoras y otras tantas, siempre cabreadas porque viven amargadas en la lucha, montan batukadas. Las protohembras se preguntan qué ha hecho el feminismo por ellxs, a lo que todxs lxs que le damos vida responderíamos preguntando qué no ha hecho por ellxs. Cuando no sea 8 de marzo, Pikara continuará visibilizando asuntos de género que nos atañen a todxs, defendiendo derechos verdaderamente humanistas y la esencia del periodismo: informar de lo que es necesario.