Bifobia28
Ania Yoel cuenta la invisibilidad, discriminación y estigma específicos que vive como bisexual
Ania Yoel
Estoy cansada. Cansada de la bifobia. Cansada de que me digan que la bifobia no existe o no es para tanto, de tener que callarme porque gais, les y trans sufren más discriminación. Cansada de no ver, ni oir, a las bisexuales, porque somos invisibles entre las invisibles. Si estamos en una relación homo entonces somos lesbianas, si estamos con un hombre, entonces… ¿de qué te quejas? El sistema te favorece.
Me quejo de que yo no puedo decir que soy bisexual en mi familia, pero sí podría decir que soy lesbiana, si lo fuera. Un conocido salió del armario hace unos años y mientras mis familiares se burlaban y reían sobre cuánto le gusta el vicio a la gente, yo quedé prevenida de en qué berenjenal no meterme. Tengo familiares gais, eso les parece normal, pero la bisexualidad les parece ridícula, propia de unos guarros que no pueden aguantarse las ganas y le dan a todo. Así aprendí a andar con pies de plomo, por eso ni hablemos de decirlo en el trabajo.
Un día decidí que esto no podía ser, que tenía que salir del armario y decir que soy bisexual y luchar por que se me respete. Cuando se lo dije a mis amigxs, algunos me dijeron que ya lo sabían, otros opinaron que no era bi porque estaba con un tío, y otros consideraron que no debía llamarme bisexual, si no pansexual.
Cuando alguien me pregunta o surge una situación en la que lo tengo que aclarar, entonces las heteros rápidamente me aclaran que a ellas no les gustan las mujeres, como si por ser bisexual fuera a saltarlas encima como una gata, y aunque sepan que estoy felizmente emparejada. Qué daño me hacían mis amantes (hombres) que me veían como una compañera sexual de alto rendimiento (sin saber si soy o no liberal…) para hacer tríos con otras chicas. Por lo tanto, la opción de una relación seria conmigo no era viable, porque yo era algo así como un ninfómana desenfrenada.
Pero lo peor ha sido no atreverme a ligar con lesbianas, por miedo a que me discriminen, que me vieran como una lesbiana de quita y pon, o que sólo estoy con ellas por diversión y que a la hora de la verdad me casaría con un hombre. Así me siento incompleta, cómo si me faltará parte de mí, no he podido ser yo misma. No soy libre.
Me he ahorrado todo esto y sufro en silencio mi propia bifobia, acojonada de pensar que si se rompiera mi relación actual, ya no buscaría un hombre sino una mujer. Y entonces tendría que enfrentarme a mi familia, a la sociedad… Pero lo que me da miedo, no es que crean que me equivoqué y que soy lesbiana, sino seguir en el silencio y dejarles pensar que soy lesbiana, porque es mejor que decir que soy bisexual. Y de nuevo no sería libre ni plena. Resignada a buscar novia eternamente.
No soy pansexual, soy bisexual. La promiscuidad y la bisexualidad no van de la mano. No soy liberal porque sea bisexual, ni viceversa. Aunque viva en un mundo heteronormativo, mi cuerpo y corazón no lo son. Aunque no tenga una relación lésbica, sé lo que es la discriminación y la lucha lesbianista es también parte de mi lucha. Tú no tienes derecho ni a cuestionarme, ni a exponerme, ni a excluirme.