Machismo (con mayúsculas)
¿Sólo los asesinatos son violencia de género? ¿Acaso no nos damos cuenta de que legitimando cualquier expresión de machismo, las consecuencias pueden traducirse en muerte?
Vir
Hoy es mi cumple. Terminaré un año y comenzaré uno nuevo. No creo que haya mucha transición, ni más arrugas, ni canas, ni más sapiencia.Quizás un poco más de mala leche, ¡ojalá!
Tenía pensado dedicar la entrada de hoy a reflexionar sobre este último año, a hacer valoración, pero me hierven la sangre y corazón a otro tema.No me canso de repetir que las mujeres queremos vivir libres de violencia, y de que tenemos derechos. Y de que los derechos están para vivirlos, para gozarlos, para disfrutarlos, y de que si no es así, son declaraciones, no derechos.
La violencia contra las mujeres está a nuestro alrededor, y a veces no centramos en cuestiones que plantean intentar definir qué es micromachismo y qué no lo es. La verdad es que yo no me creo mucho esto de lo micro y lo macro, no me gustan las escalas, quizás porque no sé donde se han de poner los límites (ni quién), y porque estas espirales a menudo crean violencias aceptadas, normalizadas y legitimadas frente a las que no lo son, desarticulando y escondiendo que son lo mismo, son diferentes expresiones de un mismo fenómeno, El machismo, el heteropatriarcado, el terrorismo de género.
Estos días que están siguiendo al txupinazo de San Fermin, no se han hecho esperar entradas en blogs, artículos e incluso vídeos que visibilizan las agresiones sufridas por mujeres en ese momento de comienzo de fiesta. Tampoco se han hecho esperar los ataques de quienes en ello solo ven feminazis, histéricas y lesbianas encendidas que no nos depilamos y que matamos a nuestros maridos.
Ayer volvieron a asesinar a una mujer en Granada, ha vuelto a ser su ex pareja y me vuelve a hervir la sangre.
¿Y eso? ¿Eso si es violencia de género? ¿Acaso no nos damos cuenta de que legitimando cualquier expresión de machismo, las consecuencias pueden traducirse en muerte?
Tratar a las mujeres como carne y objeto para el placer del hombre y de su fiesta, no dista mucho de matarla porque dijo que no quería tener una relación sexual con él, la idea que subyace es la misma, ellas, las mujeres, nosotras, no somos sujetos que decidimos y que importamos igual, sino que somos objetos que estamos a su servicio, al del grupo dominante del heteropatriarcado. Al final, unos matan, otros agraden y otros te tocan el culo en el autobús, o te llaman nena cuando no llaman nene a tu par, o te contratan preguntándote si quieres ser madre, o te pagan un 20% menos y lo que subyace a todos esos comportamientos es lo mismo, el machismo.
Y cuando justificamos uno, o lo llamamos micro, damos cabida a que esperemos a reaccionar al grande, al que si importa y eso a veces, es demasiado tarde. Que se lo pregunten a las 65 mujeres asesinadas en lo que va de año
Y en la cabeza una canción de Def Con Dos…
“Y ahora te ha llegado el turno de plantarle cara a este problema que también es tuyo”