¡Esta ley, por mi vagina, no pasará!
El Tren de la Libertad llega a Ecuador, arropado por más de una decena de colectivos feministas
El Tren de la Libertad hacía parada también en Quito, en el Consulado de España en Ecuador, en solidaridad con las miles de personas de todo el Estado español que se acercaron ese mismo día a Madrid para exigirle al Gobierno que mantenga vigente la actual Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Al tren, capitaneado por La Marcha de las Putas, se subieron más de una decena de colectivos feministas quiteños. “Estamos hermanadas y hermanados porque cuando tocan los cuerpos y los derechos de las mujeres, no importa en qué lugar sea, nos están tocando a todas las mujeres y a todas las personas con feminidades o masculinidades no hegemónicas”, recordó Ana Almeida, integrante de La Marcha.
A través de una carta, los grupos adheridos argumentaron el contundente rechazo al anteproyecto de ley y mostraron su apoyo a “las 100.000 mujeres que en España, cada año, deciden interrumpir su embarazo”
Elisabezth Vázquez, activista del Proyecto Transgénero, se sumó a esta convocatoria porque “la tutela patriarcal, aunque con diferente intensidad, se manifiesta en todas partes y oprime a todas las que ocupamos los lugares sociales del femenino, pero también a las personas trans”. Vázquez se congratuló, además, de que la lucha sea cada vez “más transcharco, más visible y más alegre” y se mostró optimista sobre el resultado: “A pesar de cómo nos putean, somos una cofradía infinita. Esto va para adelante sin fin y, con gracias a las alianzas, vamos a derribar la tutela patriarcal acá y allá”. Por su parte, Violeta Carrillo, de Mengana Kolectiva destacó: “No podemos quedarnos despreocupadas porque, si viene un gobierno y se le da la gana de quitarnos lo que tanto les costó conseguir a nuestras abuelas y a nuestras madres, nos lo quita y ya. Tenemos que estar firmes y no comernos el cuento de ningún político; la lucha autónoma y organizada de las mujeres es el único modo de garantizar que se mantengan los derechos que hemos ganado y de conseguir otros nuevos”.
El anteproyecto de ley impulsado por el ministro español de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, “me parece oportunista; es una forma de recapturar votos para la derecha y de hacer nuevamente ideología a partir de los derechos de las mujeres -sentenció Cristina Vega, de la revista feminista Flor del Guanto-. Además, tiene cosas terribles, como no reconocer a las mujeres como sujetos de derechos y no garantizar la justicia social y la equidad. Las mujeres van a seguir abortando, de manera que, en la práctica, la Ley Gallardón penaliza, ilegaliza y criminaliza a las de los sectores más populares, que son las que tienen más dificultades para acceder a las clínicas, a la información y a viajar a otro país para interrumpir el embarazo”.
Cristina Vega aprovechó la ocasión para rescatar dos “perspectivas novedosas y diferentes” sobre el aborto que ha aportado el movimiento feminista en los últimos debates. Una incide en desmitificar la maternidad -“no es que tú te preñas y luego ocurre el milagro”- y en que “no es una cuestión biológica y natural el hecho de que un embarazo lleve a un parto”. La otra consiste en reivindicar el derecho al aborto como una forma de cuidar la vida y de cuidar el mundo: “Esta perspectiva nos lleva a defender derechos colectivos y el sostenimiento de la vida en condiciones de justicia. La vida tiene que ser deseada, sostenida y cuidada. Si no, es vulnerable”.
“¡Chucha con chucha, esta es nuestra lucha!”
“¡Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir!”, “¡Esta ley no pasará, por mi vagina, no pasará!” o “¡Chucha con chucha, esta es nuestra lucha!” fueron algunos de los gritos coreados en una concentración, de cariz festivo y descarado, que transcurrió bajo el vertical sol quiteño. Animada por una vagina gigante y por un tren de cartón de varios vagones, tuvo lugar la lectura del comunicado ‘Porque yo decido’, que las y los pasajeros del Tren de la Libertad en Madrid entregaron en el Congreso de los Diputados.
Virginia Gómez de la Torre, portavoz del Frente Ecuatoriano de Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, dio lectura a otro documento: la carta ‘ ¡Si España retrocede, retrocedemos todas!’ En ella, los grupos adheridos argumentaron el contundente rechazo al anteproyecto de ley y mostraron su apoyo a “las 100.000 mujeres que en España, cada año, deciden interrumpir su embarazo” y a las 200.000 ecuatorianas que viven en ese país.
El texto auguraba, además, que esta medida “coercitiva” arrojará indicadores “similares a los de los países en los cuales el aborto está restringido incluso para violación sexual, como es el caso del Ecuador”, lo que se traduciría en que “probablemente, el número de mujeres que mueran por abortos autoprovocados aumente”. Al ser sábado y estar cerrado, los colectivos no pudieron entregar la carta en el registro del Consulado de España, tal y como habían previsto.
En Ecuador, el aborto es delito, salvo cuando la vida de la gestante corre peligro o cuando el embarazo es resultado de una violación a una mujer con discapacidad mental
Finalmente, tuvo lugar una performance en contra de la reforma del Código Orgánico Integral Penal (COIP), aprobada en Ecuador el pasado mes de diciembre. Esta reforma tipifica el aborto como delito, salvo cuando la vida de la gestante corre peligro o cuando el embarazo es resultado de una violación a una mujer “demente o idiota” (antes) o “con discapacidad mental” (ahora) que, además, tiene que probar esa discapacidad. Contempla penas de cárcel, tanto para el personal sanitario como para las mujeres. En la acción artística, un Código de cartón de gran tamaño simulaba atravesar una vagina de las mismas dimensiones, que oponía resistencia. Después, varias activistas saltaron sobre el Código y lo pisotearon y, para terminar, una de ellas le prendió fuego.
Algunas acciones por el derecho a decidir
El Proyecto Transgénero, la Casa Trans, Mengana Kolectiva, Salud Mujeres, la Coordinadora Juvenil por la Equidad de Género, la Fundación Desafío, Flor del Guanto, el Movimiento de Mujeres del Ecuador, la Fundación Yerbabuena, la Articulación Feminista Construyendo Igualdad, el Colectivo Sentimos Diverso, la Red de Salud de Mujeres Latinoamericanas y de El Caribe y La Marcha de las Putas fueron los colectivos que se adhierieron a la convocatoria solidaria del Tren de la Libertad en Ecuador.
Todos ellos forman parte del movimiento feminista de este país, que está llevando a cabo diversas acciones y planteando distintas estrategias a favor del derecho a decidir, de cara a la aprobación del siguiente Código Integral Penal. Así, por ejemplo, la Coordinadora Juvenil por la Equidad de Género trabaja desde hace alderedor de ocho años por la despenalización social y legal del aborto. Este colectivo pone a disposición de las mujeres y de las parejas un cuarto de información, en el que pueden acceder al protocolo de pastillas hasta las doce semanas. También gestiona el blog Jóvenes por la despenalización del aborto, que el año pasado recibió más de 400.000 consultas, elabora una investigación sobre el acceso de las mujeres al Misoprostol en nueva ciudades ecuatorianas y lleva a cabo talleres “para descentralizar la información de protocolo de aborto seguro”, según contó una de sus integrantes. El movimiento transfeminista, por su parte, está centrado en denunciar la violencia institucional y la violencia sobre los cuerpos y trabaja por la no culpabilización de las víctimas de una violación, integrando a mujeres, a hombres y a personas con diversidad sexo-genérica.
Salud Mujeres atiende la línea telefónica gratuita 098301317, a través de la que brinda información sobre un aborto seguro utilizando medicamentos, sobre sexualidad y sobre anticoncepción. ‘Yo soy 65’ es otra de las acciones vigentes, que debe su nombre a que el 65% de la población ecuatoriana dijo estar a favor del aborto en caso de violación, en una encuesta realizada en 2012 por el Frente Ecuatoriano por la Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos y el Centro de Estudios y Datos (CEDATOS).
Limpiarse el resentimiento
Dada su carga simbólica, La Marcha de las Putas escogió el Consulado de España en Quito como escenario para la protesta solidaria del Tren de la Libertad. En el año 2000, una profunda crisis económica desató procesos migratorios “que destrozaron familias enteras. Este Consulado estaba todo cercado, la gente hacía filas durante días enteros y dormía aquí, en estas veredas, para conseguir turno para una entrevista -rememora Ana Almeida-. Recibimos un trato absolutamente degradante, cruel e inhumano, que configuraba un delito en sí mismo. Las y los ecuatorianos éramos vistos como tercermundistas de cuarta que no teníamos derecho a ir a España a buscar una vida mejor, que era lo que mucha gente trataba de hacer”.
“Es importante para nosotras venir acá, también como una forma de apropiarnos de este espacio y de limpiarnos esa especie de resentimiento”, zanja Almeida.