Una vez más me importa un pimiento cómo se haga una oda. Yo sólo os quiero decir una cosa. No sé a qué os dedicáis. Nosotras, mejor o peor, sin dinero o con dinero: trabajamos. Os comunico por el megáfono que somos amas de casa, profesoras, maestras, periodistas, actrices, cantantes, escritoras, bailarinas, activistas, militantes, políticas, psicólogas, publicistas, directoras de cine, couches…vamos que otra cosa no, pero visibilidad y público tenemos un rato. Las feminazis, las hembristas, las zorras, las bolleras, las putas gordas, nacemos de los árboles y luego vamos por el mundo ganando dinero por pasar tiempo CON VUESTRA DESCENDENCIA. Hacemos con ella lo que nos da la santa gana. Os lo digo para que empecéis a escolarizar a vuestrxs retoñxs en casa, dejéis de comprar la prensa, salir a parques o ir al teatro. No os tenemos vigilados, porque no nos interesa, pero controlamos vuestro futuro. Tenemos en nuestras manos a las personas que pagarán vuestra residencia de ancianos. ¿TENTERAS? Quiero recordaros que le pese a quien le pese, incluso pesando casi cien kilos, gozamos de buena salud y de horas y horas y muuuuuuuuuuuuuuchas más horas de nuestro estupendo y valioso tiempo para adoctrinar a sangre de vuestra sangre en valores como el respeto, la solidaridad, la comprensión, la empatía, la justicia social, la equidad, el antirracismo y demás conceptos que vosotros no sabéis ni cómo se escriben. Enteraos de una maldita vez de que somos modelos y referentes de miles de niñxs, adolescentes y adultxs que se lo pasan pipa con nuestras rocambolescas aportaciones y ocurrencias (eso que vosotros llamáis mierda) y que disfrutan con relatos sobre el mundo que nosotras soñamos y ansiamos conseguir. Con vuestro modelo de los cojones, mis alumnxs pasarían miedo en clase y se tatuarían fechas a sangre en los brazos para no ser castigados. Con mi modelo menstrual, están deseando venir, se ríen mientras utilizando su mente crítica, aprenden a pensar y crecen. En clase de historia es igual de importante ser pansexual que ser Cristobal Colón. No se si me seguís. Que somos listas y hasta aprobamos oposiciones, queridos. Así que estamos donde nos sale del coño. Nosotras recibimos insultos y amenazas en nuestras bandejas de entrada a diario. Pero vuestrxs hijxs, vuestrxs sobrinxs, vuestrxs nietxs, reciben NUESTRO MENSAJE. Y cuando nos ven por la calle, nos abrazan. Y en las manifestaciones, nos buscan y vienen con nosotras. Y nos escriben emails de agradecimiento. Y cartas. Y nos hacen regalos. Y nos dicen que quieren ser como nosotras. Y tú, machirulo que osas entrar en nuestra revista a cagar blando mientras vas de durito, eres el mensaje de odio repetitivo que todo el mundo detesta. Tu vida te aburre, por eso vienes a la nuestra a ver qué encuentras. Mientras nos boicoteáis los artículos, las páginas e intentáis hacernos sentir mal con nosotras mismas, nosotras dejamos de escribir y leer un rato y aprovechamos para tomarnos un mosto con aceitunas en una terraza rodeadas de otras feminazis, hembristas, zorras, bolleras y putas gordas. Os lo digo por si queréis venir también a nuestros espacios no cibernéticos a dar la cara. ¿Tenéis cara? Yo ya hasta lo dudo. A veces sospecho que sois autómatas. Que uno escribe el mensaje, el resto le da a copy-paste y empieza la fiesta. Cada uno desde su ordenador, con los ojos llenos re rabia y los dedos llenos de semen, presionando el botón de enviar como posesos. ENTER
ENTER
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Así sois. Os corréis con cada insulto y amenaza que nos hacéis, pensando que dais miedo. De verdad. Dais TANTA TANTA pena. Dais TANTA TANTA TANTA lástima. Yo no sé muy bien cómo actuar cuando recibo un comentario de odio en mis posts. He pasado por diferentes fases. Al principio no los leía. Luego los analizaba con toda la objetividad que podía para no tomármelo personal y sacar lo bueno de cada uno. Ahora os escribo este post. Sólo para vosotros los machirulos que nos insultáis. ¿Estáis contentos? ¿Os sentís protagonistas? ¿Tenéis ya la dosis de atención que necesitabais? Haceos un blog. Haced nuevos amigos. Id a terapia. Buscaos una coach. Haced cursillos. Pasaos por alguna charla. Bailad en el espejo. Compraos una peluca. Id a manifestaciones. O algo. Pero seguir así os va a consumir. Y no queréis que nos alegremos ¿No? Desde aquí, mi coño abortivo y yo, os mandamos un fuerte abrazo y mucho amor. Estáis fatal. Pero fatal-fatal.