“Soy una mujer soltera y soy feliz. No voy a permitir que nadie me domine”

“Soy una mujer soltera y soy feliz. No voy a permitir que nadie me domine”

Manjula Pradeep es mujer, india y de la casta "dalit" (intocable). Directora de la organización Navsarjan, creada para erradicar el sistema de castas que, a pesar de las leyes en contra, todavía persiste en la India y convierte a este 17% de la población en la más pobre y con menor acceso a la educación y la salud, lucha también para terminar con la discriminación de género.

10/06/2014
Manjula Pradeep en

Manjula Pradeep en las jornadas ‘Mujeres que transforman el mundo’, en Segovia./ Irina Pertierra

Esta mujer excepcional comenzó en la base de la organización, como trabajadora social. Se graduó en derecho y, desde entonces, ha defendido a varias niñas y mujeres víctimas de violaciones colectivas, aumentando la tasa de condenados por estos atroces crímenes.

Manjula Pradeep acudió a España como ponente de las IV Jornadas “Mujeres. Mujeres que transforman el mundo”, organizadas por el Ayuntamiento de Segovia. En el diálogo que tuvo con la veterana reportera Rosa María Calaf hizo declaraciones valientes que vuelven a poner sobre la mesa la magnitud del problema de nacer mujer en la India además de mostrar cómo aborda ella la lucha para conseguir que se respeten los derechos de las mujeres.

Si hubiera habido más tecnología, yo ahora estaría muerta”, señaló en relación a los abortos selectivos (se calcula que más de 2 millones de feticidios femeninos se dan al año en la India), a los que no dudó en calificar como un “negocio para las clínicas de maternidad, que cobran más por hacer abortos selectivos femeninos” y en insistir que, a pesar de las leyes en contra, “en la sociedad está bien visto”.

Sobre la dote indicó que, aunque tradicionalmente pertenecía a la mujer para que la tuviera en caso de divorcio o viudedad y ahora está prohibida, es una práctica habitual. El dinero queda en manos de la familia del marido. “¿Cómo puedes ser tú misma, tener valor por ti misma si vales lo que tu dote?”.

En India el matrimonio restringe tu libertad, tus decisiones. Por eso muchísimas mujeres jóvenes que quieren que no se las controle, no quieren casarse. El problema son las presiones familiares

Es clara defendiendo que los valores de la sociedad india tienen que cambiar para que no existan violaciones de mujeres. Se calcula que el 56% de las mujeres son violadas dentro del matrimonio, pero luego está el fenómeno de las violaciones colectivas. A raíz de las protestas a finales de 2012 de la sociedad civil tras el caso de la violación colectiva de una menor que salía del cine con un amigo, calificadas por Manjula como “históricas, no las había visto en los 20 años que llevo de trabajo y además muchas protagonizadas por mujeres”, indica que las leyes nuevas que se han hecho tienen que ser implementadas, lo que no ocurre. “La judicatura y la policía no ha cambiado, el hecho de que se creen tribunales rápidos da igual si las mujeres no pueden llegar a ellos, porque antes tienen que conseguir que la sociedad las respete, recuperar la dignidad, y esto en muchas ocasiones no se da, porque las familias no quieren hablar de ello, las mujeres saben que si dicen que han sido violadas tendrán muchos problemas y para los hombres, las mujeres siguen siendo sólo objetos”.

El hecho de que haya mujeres en puestos prominentes de la sociedad para ella no es sinónimo de cambio porque están en “muy pequeño porcentaje y, si preguntas a estas mujeres si los hombres que trabajan con ellas las respetan, te dirán que no. La violencia de sus propios compañeros, cabezas de partido está muy presente”.

“Es imposible que India tenga ese gran futuro del que se habla si no están presentes las mujeres. No queremos remiendos, queremos que se supere esta discriminación histórica. Quienes dicen que tienen miedo de perder sus valores, su cultura les pregunto que qué es eso. Un país donde hay tanta diferencia numérica y para la realización personal de niños y niñas, ¿cómo puede crecer, quién va a ver ese crecimiento económico? Por estos valores, están poniendo restricciones al desarrollo del país.”

Ser mujer en la India es guiarse por un mapa terrorífico. Tú eres una mujer y además de ello, “dalit”. Tu vida está, por tanto, marcada por esa doble discriminación. Y te has sobrepuesto a ella, luchando públicamente. ¿Por qué consideras que has sido capaz?

Soy una persona que defiende fuertemente sus decisiones. Esto no ha sido muy aceptado en mi familia. Querían que fuera una buena chica, respetuosa con sus padres, acatando sus decisiones, que no se se saliera de lo marcado por la familia, que no destacara. No podía entender ser discriminada y tratada de forma diferente a mis hermanos. Eso me llevó a cuestionar a mi madre y a mi padre. Se enfadaron conmigo, especialmente mi padre, que me rechazó y volvió a acoger en su casa en muchas ocasiones. Pero no paré.

Para mí, lo más importante es mi libertad. Uno de los lugares a los que les tengo más cariño es a mi nueva casa, vivir allí me permite servir de apoyo a niños y niñas. Me gusta haberme ido de casa porque allí me sentía como en un sitio cerrado con llave donde siempre había alguien que quería protegerme. Esta decisión no le gustó nada a mi padre. Habló conmigo y me dijo: “Tú eres “dalit”, no eres buena, tienes problemas, mírate, tus ojos, tu nariz…”. Le repetí, muchas veces: “No hay nada malo en mí. Soy una “dalit”, una hija de esta familia”.

Lo que quiero mostrar con esto que te cuento es cómo las familias ejercen presión sobre las niñas al juzgarlas, al decirles que no son buenas. Y esto no es así. Yo era buena en deportes, en danza, en música. Canto muy bien. Le dije a mi padre que quería estudiar música y baile porque necesitaba su permiso para hacerlo. No me lo dio. Lo que él quería no es que fuera bailarina, es que fuera agradable y buena. Me di cuenta que no podía desarrollarmente plenamente, como mis hermanos. Y decidí que no me iba a comportar más de manera “agradable”. Era muy joven y me escapé con mi hermana más joven. Nos escondimos toda la noche. Mi padre después de eso me encerró bajo llave, me golpeó con el cinturón…

No soy ajena a su violencia, he presenciado cómo abusaba de mi madre, delante de sus dos hermanos y tres hermanas. Nadie la protegía. He pasado toda mi vida intentando proteger a mi madre y pensé que, tras la muerte de mi padre hace dos años, eso sería posible. Fue un momento muy difícil en mi vida. Ahora considero que mi madre es, al menos, tan patriarcal como mi padre.

¿Pero yo creo que eso es normal, no?

No, no lo veo así…

Las feministas en India son elitistas, están de acuerdo en cuestionar el patriarcado, pero no el sistema de castas, la organización comunitaria o incluso la sexualidad, vista desde una perspectiva de género

Quiero decir, el patriarcado es un sistema descomunal y las mujeres tenemos que vivir en él. Las madres (ninguna de las dos lo somos, por lo que no sé si es sólo una percepción) tienen que criar a hijos e hijas en ese sistema patriarcal y quieren protegerles, por lo que les enseñan ese sistema dominante. Es decir, no es fácil decir: “Soy madre, rechazo el patriarcado, corto estas reglas y tú también cortas con ellas”.

Bueno, pero yo quiero eso y creo que hay que prestarle atención. Después de toda la violencia vista y sentida, estuve preguntándome qué quería ser cuando creciera. Por ejemplo, si me sentaban bien los pantalones en vez del “sari”. Se lo pregunté a mi madre, y fue muy difícil aceptar lo que me dijo: “No, no te ves bien”. ¡Pero yo sí me veía bien! Mi madre no me dio ningún tipo de educación sexual, ni al resto de sus hijos e hijas. Tal vez pueda entenderse por su sufrimiento, no lo sé.

Otro ejemplo se dio cuando yo quería jugar al fútbol y me corté el pelo. Ella amaba mi pelo. Lo tenía largo, fuerte. Mi madre lo veía como un buen billete para conseguir marido, y nunca le gustó que lo llevara corto.

Yo creo que ella nunca me amó, más allá de los lazos de parentesco, claro. Y eso es muy duro. Era una niña que quería amor, comprensión. Si no tienes eso de tu familia…

Llegó un momento que rechacé a mi padre y a mi madre. Porque me dije: “¿Voy a seguir dependiendo de estos padres?” Decidí que no. Y tomar esa decisión es doloroso.

[Su voz se rompe y llora. Le agradezco sus palabras, su trabajo, su vida, su pelo corto, que le sienta muy bien. Ríe].

Tras escuchar la conferencia, y leer las historias recogidas y la biografía cronológica que aparece en “Broken can Heal”, trabajo publicado cuando el Instituto Joan B. Krock para la paz y la justicia de la Universidad de San Diego te premió como “Woman Peace Maker” y que ha escrito Amy S. Choi, necesito que me cuentes quién es esa mujer viuda que te ha inspirado y, usando tus propias palabras, “me permite ser la mujer que soy”?

Su nombre es Walid, también es “dalit”, y realmente me sirvió de fuente de inspiración. La policía detuvo a su hijo, que había robado una bicicleta que costaba 200 rupias (algo más de 2 euros). No aceptaron la declaración donde decía que la necesitaba y fue torturado en comisaría, destrozándole sus genitales. Cuando le llevaron a los médicos, la policía le ofreció dinero para que no denunciara. Ante su rechazo, le encarcelaron y esa misma noche, no se sabe muy bien en qué circunstancias, apareció ahorcado.

Le ofrecieron a su madre 500.000 rupias (casi 6.000 euros) para no denunciar, pero ella las rechazó. Dijo: “No quiero dinero, quiero justicia”. Era una decisión muy valiente y esta mujer demostró una determinación que la convierte en una mujer fuera de lo común. No tenía ningún sitio donde ir, sin marido ni hijo y siendo ya bastante mayor. Fue a la oficina de mi organización y le dimos algo de dinero para que siguiera viviendo. Ahora es pastora.

Este caso fue determinante para que quisiera convertirme en abogada. Leí el informe post mortem y no entendía palabras como agresión, contusión…. Quería entenderlo por mí misma, así que cogí un libro sobre jurisprudencia médica. Y eso me llevó a querer graduarme en Derecho.

Esta mujer siempre estará en mi corazón y será un referente en mi vida. Es muy complicado enfrentarse a la policía y sus abusos, en la mayoría de los casos se negocia con el cuerpo policial y es muy difícil que las víctimas obtengan justicia. Hace año y medio dos chicos adolescentes fueron disparados por la policía y no se ganó el caso, yo creo que en gran parte porque sus padres no quisieron denunciar a la policía.

Durante tu intervención en Segovia realizaste una declaración que se llevó los aplausos de las personas reunidas en la sala, por la fortaleza y alegría con la que lo dijiste: “Soy una mujer soltera, y soy muy feliz”. ¿Es esta una decisión propia? ¿O fueron otras circunstancias (ser una gran activista y no encontrar una pareja que te animara y apoyara, priorizar tu trabajo, miedo a una relación desigual…) las que te llevaron elegir esta opción?

Cuando era muy joven, 15 o 16 años, estuve prometida, es una decisión que toman los padres. Pero ver cómo era la relación entre mis padres me hizo rechazar el matrimonio, sentir que no estaba preparada para él. Creo en las relaciones libres, en las que no hay un contrato de por medio.

Tuve una relación, pero debido a que me convertí en una mujer trabajadora, fuerte, asertiva, una lideresa local, con gente que me criticaba, hubo un cambio en ella. Mi pareja comenzó a cuestionarme, a intentar dominarme, llegó a decirme que yo era menos de lo que la gente veía en mí. Yo no podía tolerar esto, que una persona dijera cómo era, tener que justificar lo que yo era ante este hombre.

Por eso, yo creo que una mujer como yo, en el contexto en el que vivo en India, no va a encontrar ningún hombre que la quiera como pareja. Me gustaría, pero no se quiere.

Yo soy feliz. He tenido presiones también por parte de mis padres para que me casara. Han llegado varias propuestas de matrimonio y el hecho de que yo no las aceptara ha sido un problema familiar. Ha habido momentos en los que en mi casa estaban organizando mi matrimonio, diciéndome que un hombre quería casarse conmigo y que, o lo aceptaba, o me iba de casa. También estas presiones me han llevado a mudarme a otra ciudad.

Ahora tengo mi propio apartamento y puedo bailar. Claro que quiero tener relaciones de todo tipo, pero resulta difícil, de nuevo por mi familia. A veces hay personas que tienen problemas para contactar conmigo porque mi familia no les facilitan mi teléfono o donde pueden encontrarme. Pero yo les digo: “No te preocupes, deja tu teléfono, o llámame, y ya contacto yo contigo”.

Estoy muy contenta porque tengo cuatro sobrinas y dos sobrinos que buscan mi apoyo. Especialmente a una de mi sobrinas le encanta estar conmigo, le sirvo de ejemplo. Esto no le gusta nada a mi madre. Me lo ha dicho: “No quiero que ella sea como tú, no le permitas que sea una mujer soltera”. Yo la he dicho que eso es lo que yo quiero, es mi decisión, y que ellas tomarán las suyas.

Además, sufrí abusos sexuales cuando era una niña, con cuatro años. Y creo que es fundamental hablar de esto y que haya una mayor compresión sobre el cuerpo, la sexualidad, cómo manejar estas situaciones.. Quiero transmitírselo a mis sobrinas, y por supuesto también a mis sobrinos. Me encantan los niños y niñas, me siento muy bien cuando entienden. Mis sobrinos son parte del movimiento que se llama “One Billion Rising for Justice”, donde hablan sobre estas cosas. Yo también les doy libros infantiles para que comprendan cosas sobre género.

Soy una mujer independiente, y no voy a permitir que nadie me domine.

Pikara Magazine publicó un artículo titulado “No todas las indias quieren casarse”.

¡¡Siiiiiiiii!!!

Lo escribe una joven periodista española tras su viaje por la India. ¿Piensas que es real?

Sí. En India el matrimonio hace que se restrinja tu libertad, movilidad, tus deseos, lo que quieres ser, tus decisiones, cómo te vistes… Por eso muchísimas mujeres jóvenes que quieren que no se las controle, que quieren hacer algo con sus vidas, no quieren casarse. El problema son las presiones familiares porque no se apoya a aquellas mujeres que expresan que no quieren casarse.

¿Sabes si en India también se producen lo que se conoce como “violaciones correctivas”, que, por ejemplo, en África del Sur, están siendo muy documentadas y han creado movimientos de apoyo muy potentes? Me refiero a aquellas violaciones colectivas que cometen hombres sobre mujeres cuando consideran que les tienen que enseñar cuál es el “camino correcto”: la heterosexualidad, ser una mujer como marca el patriarcado.

Ufff, entiendo la idea, pero no conocía estos hechos ni tengo información sobre si ocurre en mi país. En India, la homosexualidad es un tabú. Las mujeres lesbianas no viven juntas, las familias no lo permitirían. Si una mujer sale del armario y declara que es lesbiana, la familia la fuerza a casarse. Y tiene que tener sexo con su marido.

Hay leyes en India que prohíben estos tipos de matrimonios forzosos, pero la verdad es que hay muchos casos en los que ocurren. No se sabe si por el tema de la homosexualidad o no, no hay muchos informes sobre ellos.

Entendiendo que pregunto desde España, desde Europa, y por tanto desde una visión propia muy eurocéntrica en cuanto a forma de vida y tradición feminista, pero ¿cómo se organizan los movimientos feministas en la India? ¿Crees que es posible que los feminismos ocupen un lugar en la idiosincrasia de India para terminar con el patriarcado?

Hay un pequeño grupo de feministas indias. Y eso es, en parte, un problema. Porque pertenecen a clases altas, a la élite y es cierto que hablan y defienden a las mujeres pobres, que vienen de las comunidades más desfavorecidas, mujeres “dalits”…

Pero que existan estas élites feministas puede hacer parecer que el feminismo está listo en India. Sin embargo, no hay pruebas de ello, y es lo que yo cuestiono. Las feministas en India están de acuerdo en cuestionar el patriarcado, pero no el sistema de castas, la organización comunitaria o incluso la sexualidad, vista desde una perspectiva de género.

Por eso me parece que no está lo suficientemente maduro y eso afecta especialmente a las mujeres “dalit” como yo. Yo me llamo feminista, entendiendo el feminismo que incluye estas diferencias, y por eso puedo decir que el feminismo actual en India no ha hecho lo suficiente para mi, ni tampoco para el resto de mujeres que son como yo.

He escuchado hablar, y leído mucho después, sobre Gulabi Gang (el “Ejército del sari rosa”), que está en la región india de Uttar Pradesh. ¿Qué opinas de su labor; crees que promueven el empoderamiento de las mujeres? ¿Es el movimiento feminista más transgresor que hay en la India hoy en día?

No sé si el más transgresor… Mis padres son de Uttar Pradesh, yo nací en Gujarat, pero mis padres vienen de allí. Un grupo de mujeres que pretende enseñar a los hombres a no abusar de ellas con violencia no sé si es lo mejor y creo que perjudica a otras mujeres que no forman parte, que no eligen esa forma de vida.

Creo que es una manera de abordar el problema. Es muy violento, sostener palos de bambú para defenderte. No sé si me vería haciéndolo, supongo que podría aprender. No soy una persona demasiado agresiva, he vivido en una casa con demasiados hombres enfadados y no me actuando así. Lo que sí creo es que las mujeres tienen que aprender a protegerse, usando las técnicas de autodefensa. Me gustaría que las mujeres pudieran defender sus derechos sin usar la violencia pero, por desgracia, entiendo que lo necesitemos.

 

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