Ellas toman los versos

Ellas toman los versos

Las poetas ya no tienen que escribir bajo seudónimo, pero siguen percibiendo desigualdades de género. La palabra 'poetisa' y la publicación de antologías femeninas persisten, como si las mujeres que escriben fueran en un vagón aparte. A pesar de esto, las nuevas generaciones de autoras participan cada vez más en los recitales de poesía y abren nuevos caminos creativos apoyándose en las redes sociales y los formatos audiovisuales.

06/05/2015
Foto extraída de la página personal de la artista

Mónica Caldeiro./ Foto de Asun GM

 

Fernán Caballero era una mujer. Como muchas otras poetas, tuvo que escribir bajo un nombre masculino. Las acompañantes, las sombras, fueron ellas. Tildadas de libertinas y prostitutas. Ellas no tuvieron Generación del 27 ni existieron en la Generación del 36. Tampoco pertenecieron a la Generación Beat. No se incluyeron en antologías que no fueran designadas como antologías femeninas. Ellos fueron los poetas. Ellas las poetisas.

Y ya lo dijo Virginia Woolf: “Anónimo fue a menudo una mujer”.

Se dice poeta

Siguen existiendo clichés, como la imagen del poeta fumando en pipa, y gran parte de las lecturas poéticas en los colegios sólo incluyen a poetas hombres

En 1924 se celebró por primera vez en España el Premio Nacional de Poesía; desde entonces hasta el 2015, solo han sido premiadas cinco mujeres. Tardaron 27 años en dar el premio a una mujer. En el premio de la Crítica de Poesía Castellana iniciado en 1957, han sido honradas cuatro mujeres. La uruguaya Cristina Peri Rossi ha sido la única galardonada por los premios Loewe de Poesía en el año 2008.

A pesar de que los avances sociales, en la poesía, al igual que en otros ámbitos. siguen perviviendo desigualdades de género. Las librerías reservan secciones específicas de poesía femenina y las editorales publican antologías de mujeres poetas; iniciativas que aparentemente buscan visibilizar a las mujeres pero que confirman una realidad androcéntrica.  El documental Se dice poeta señala asimetrías sexistas como que en las antologías de mujeres suelen aparecer fotos de cada autora, algo menos habitual cuando los autores son hombres.

La voz de Gloria Fuertes marcada por el tabaco pronuncia: “Nací para poeta o para muerta”. El documental Se dice poeta cuenta con la participación de 21 mujeres y ha sido proyectado en más de 20 ciudades españolas. La poeta y filóloga Sofía Castañón decidió realizar este proyecto para canalizar sus inquietudes y compartirlas con otras poetas de su generación; le parecía necesario en la medida en la que ella necesitaba un material así: “Me puse a buscar otro tipo de documentales sobre creación poética en España y más allá de los biográficos, no encontré ningún trabajo que aportara un análisis transversal”. Tras dos años de documentación, rodaje y edición, Sofía ya no es la misma. Ya no se siente tan sola. Ni ella, ni las poetas del documental. Castañón añade que también hay hombres poetas que identifican y reprueban las discriminaciones: “Estamos hablando de una situación de desigualdad que transciende el género y afecta a la poesía”.

Porque siguen existiendo clichés, como la imagen del poeta fumando en pipa y porque gran parte de las lecturas poéticas en los colegios sólo incluyen a poetas hombres. En el mercado editorial a las mujeres se les exige más calidad en sus obras y se hacen antologías específicas de poesía femenina. Están aparte. Poeta, recalcan las participantes en el documental, es quien hace poesía, sea mujer u hombre. La palabra poetisa es un obstáculo.

—        ¿Te ha servido para darte cuenta de cosas de las que antes no eras consciente?

—        Sí. El documental me ha aportado certezas pero también incertidumbres. Todas las entrevistas se hicieron de manera individual pero se generó un diálogo interesante.

Las mujeres están participando más en las Jam Sessions que en el Poetry Slam, modalidad que se plantea como una competición en la que el público puntúa, percibe Patty de Frutos

Una de las participantes en este proyecto audivisual, Martha Asunción Alonso, es la ganadora del VII Premio de Poesía Joven RNE. Reconocimientos como el suyo muestran que  quizás estén cambiando un poco las cosas. Para ellas. Para ellos. Para la poesía, que permite expresar lo que nadie ha sido nunca capaz de decir. Como opina la poeta Carmen Camacho en el final del documental: “No hay otra, no hay más. No sé estar sin escribir, no sé estar sin decir, no sería mi vida igual”. La poesía toma nuevos caminos, cada vez existen más formas de manifestaciones poéticas. La poesía es libre y es por eso que cada poeta o artista la invoca como quiere. A través de performances, vídeos o música.

Patty de Frutos: la llamada al futuro

Es 9 de abril y en Madrid llueve. Efímeras gotas de agua caen sobre paraguas que parecen recién comprados. A media tarde, en el barrio de Malasaña, las aceras están muy vacías; las cafeterías que un día cambiaron magdalenas por muffins están muy llenas. En un piso abuhardillado de este distrito madrileño vive Patty de Frutos. Abre la puerta de su casa, junto a su gato Cosmos.

El techo del ático es rústico y tiene listones de madera. La cocina, comedor y salón están en un mismo espacio. Una chimenea a la izquierda. Paredes recubiertas de fotografías. Baldas llenas de discos. Guitarras acústicas y eléctricas. Para ella, Patti Smith es su efigie. Su referente poético. En ella encontró el grunge y su alma de collage.

De Frutos es poeta, productora de cine, bailarina, cantante, guitarrista y performer, aunque su libro LovEvolution carece de ficha biográfica porque ella así lo quiso. Tiene más de 200 vídeos en Youtube, de sus videopoemas y de sus creaciones como artista. Se enciende el primer cigarrillo. Cosmos escala por las alturas del sofá. Se hizo la cuenta de Youtube cuando estaba en la universidad y fue grabando cosas hasta que llegó ‘Co-razones’, el vídeo que grabó junto al poeta Escandar Algeet. Con esta colaboración, las visitas empezaron a subir, y finalmente dio voz propia a sus vísceras. Así nació ‘Llamé al futuro y no lo cogió nadie’.

La poeta celebra que la presencia de mujeres ha aumentado en las Jam Sessions, en las que las personas se suben al escenario para recitar sus versos. En la modalidad del Poetry Slam, que se plantea como una competición y los poemas son puntuados por el público, no ve tanto avance. Y añade que “la reacción del púbico suele ser diferente cuando quien recita un poema sobre temas como el sexo es una mujer”. Además, confiesa que ha sentido “miradas, envidias y recelos por parte de mujeres”, por haber tenido una relación sentimental con Escandar.

Son las 8 de la tarde. Patty se ha quedado allí, en su casa. Con su gato. Fumando otro de sus tantos cigarrillos. Pronto se volverá a vivir a Canadá, el país al que desde pequeña quiso pertenecer.

Mónica Caldeiro: el universo beat

Al día siguiente, en una Malasaña nocturna y sin lluvia, las personas se apoderan de las calles y cruzan sin mirar. Cerca de la Plaza del 2 de Mayo está el Aleatorio, un bar Madrileño colmado de poesía. Al fondo, una mujer grácil de melena negra viste una larga falda roja y se cubre los hombros con un pañuelo, rojo también. Ella es la poeta Mónica Caldeiro y está a punto de recitar. Sentada sobre un sofá, se va descalzando poco a poco. La presenta Marcus Versus, poeta y creador de la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker, que publica el reciente libro de Caldeiro, La música de los planetas. Marcus termina y empieza la función.

Mónica recita con los pies desnudos y ya no parece una mujer grácil, ni tímida. Ahora desprende electricidad frente al micrófono y el público es electrocutado con cada poema. Lleva escribiendo poesía desde los 7 años. En el año 2010 empezó a participar en la escena poética de Barcelona. “Ahora, con los poetry slams, hay mucha efervescencia a nivel escénico, pero antes los poetas crecían en los micros abiertos”, comenta.

El público es electrocutado con cada poema de Mónica Caldeiro. Ha participado en festivales y recitales en Estados Unidos, Francia y Canadá; en España percibe un ambiente más masculinizado

En aquella época se unió al colectivo de la Xarxa Urbana de Barcelona que experimentaba con la poesía oral y escénica. Xabi Sabater, impulsor de la polipoesía -la poesía recitada a través de las performance, gestos y medios audiovisuales- en Catalunya y en toda la península ibérica, fue su principal apoyo. “La primera vez que Xabi me vio recitar, me dijo: ‘tú haces Spoken Word‘ [una modalidad de poesía teatralizada]. Y yo pensé, “¿eso qué es?” y a partir de ahí, seguí haciendo lo que había hecho siempre pero con más intención”, cuenta.

Desde entonces ha participado en festivales de poesía y recitales en Nueva York, San Francisco, Calgary, Banff, Montréal y París. También ha sido poeta residente en el programa de Spoken Word en The Banff Centre (Canadá) en el 2011. Caldeiro cree que el ambiente poético está más masculinizado en España que en Canadá: “Muchas mujeres han asumido determinados puntos de vista patriarcales. En el Slam falta presencia femenina. Pero también hay una parte de responsabilidad por parte de las mujeres que escriben y que recitan. Tenemos que ser conscientes de lo que decimos”.

Su influencia poética ha sido desde los 13 años la Generación Beat. Su musa fue Diane di Prima y a esa edad empezó a leer Memorias de una beatnik; el libro la dejó en shock y a los 21 años se fue a San Francisco a buscar a di Prima. Ahora, en España, Annalisa Marí Pegrum ha publicado una antología de esa generación de mujeres poetas: Beat Attitude.

— ¿Qué te parece este libro?
— Me da gran alegría que alguien se haya tomado el tiempo y haya hecho el esfuerzo de hacer un trabajo tan necesario: el de hacer visible lo muchas veces invisible. Es posible que la publicación de Beat attitude abra la puerta a más traducciones, ya que la obra poética de autoras como Anne Waldman o Diane Di Prima es más que brillante, y su influencia ha sido muy profunda. Y aunque a veces estas divisiones de género me parecen algo artificiales, es cierto que hay algo doloroso en el hecho de su ausencia en nuestras librerías, ya que ellas trabajaron codo con codo con sus coetáneos masculinos en la creación de todo tipo de proyectos, desde la publicación de revistas hasta la fundación de una escuela de poéticas experimentales como la Jack Kerouac School of Disembodied Poetics, creada por Ginsberg y Waldman.

Mónica se va con su universo, enfundado en rojo.

Laura Sam: La poesía como refugio

La temperatura es alta para un 14 de abril a las 8 de la tarde. Ya casi escondiéndose el sol, Laura Sam espera sentada frente al Café Bar Nervión de Bilbao. Con la mirada firme y un cigarro clavado entre sus dedos, cuenta que empezó a escribir cuando tenía 13 años. “Eres adolescente… no sabes qué hacer y te refugias en una especie de diario”. Comenzó a enseñar sus escritos a los más cercanos. A los 17 escribió canciones de rap, pero lo abandonó: “Era algo muy competitivo y egocéntrico”. Empezó a absorber poesía en el instituto, por azar; poco a poco se fue fijando en los poetas y en sus estilos.

Laura Sam: “En algunos sitios te anuncian como ‘¡Esta chica, que además de escribir, mira qué guapa!”. Y a ciertos poetas parece molestarles que las mujeres nos expresemos abiertamente sobre sexo”

Conoció el Poetry Slam saliendo a tomar una cerveza. Vio el cartel en el bar Luz de Gas, habló con la camarera y en ese instante comenzó a tomarse la poesía en serio. La primera vez que recitó en el Poetry, hace año y medio en Bilbao. El segundo mes ganó y se clasificó para la final. “De repente me vi en la final de Bilbao, y entonces en la final de España, fue un shock”.

La final del 2014 fue en Mallorca y Laura quedó tercera, competían dos mujeres y once hombres. “Es extraño que no haya más chicas y se nota y es evidente que falta poderío. Pero la gente del Poetry es muy abierta y los hombres de hecho quieren que se presenten más mujeres”.

— ¿Y cómo ves el Poetry Slam este año?
— En Mallorca la representante, Alaba Ripoll y tiene 15 años. Este fin de semana me voy al Poetry de Valencia y de 9 finalistas 4 son mujeres; más de lo habitual.

Laura no ha notado fuertes desigualdades de género en su carrera, pero sí en carteles en los que ha sido anunciada para recitar: “En algunos sitios te anuncian como ‘¡Esta chica, que además de escribir, mira qué guapa!”. También hay ciertos poetas a los que parece molestarles que las mujeres nos expresemos abiertamente en el terreno sexual”.

Tras el Poetry Slam en España, Laura recibió una llamada para participar en el Poetry Slam Internacional que se celebraba en Brasil, dentro de un Festival de Literatura. El entorno allí era distinto. La mayor parte de la organización estaba integrada por mujeres y una de ellas representó a Brasil en el Poetry Slam Mundial: “Creo que allí confían más en lo que tienen”.

Después de sus experiencias en el Poetry, Sam decidió promover  el Spoken Word en Bilbao, junto con más amantes de la poesía y componentes del grupo Rebertso Kolektiboa: “La idea no es competir, sino que cada persona apuntada venga y recite lo que quiera”. En una lista de 15 personas solamente se han apuntado 5 mujeres.

Laura se despide. Se queda allí. Con la ría silente a sus espaldas.

Relación embarazosa: poesía e internet

La poeta Carmen G. de la Cueva decidió hace un año crear un espacio sobre poesía contemporánea, sobre todo la escrita por mujeres, que tradicionalmente ha tenido menos cabida en los medios. La tribu de Frida, web que gestiona la propia Carmen y en la que también escriben más autoras, no solo abarca poesía sino que también aborda temas de feminismo, reseñas de libros, arte y fotografía. Empezó subiendo pequeños artículos sobre escritoras fallecidas, luego abrió La Tribu a poetas más jóvenes.

A Carmen G. de la Cueva le preocupa que algunas poetas jóvenes estén de moda por moverse bien en las redes y ser atractivas

Junto a la poeta e ilustradora Sara Herrera, De la Cueva impulsa también la revista BLUSA, un proyecto feminista ligado a la creación, cuyo nombre “nace como homenaje a todas las mujeres que han luchado por la igualdad a lo largo de la historia, entre ellas, Clara Emlich y sus compañeras en la Huelga de las Blusas“.

Las redes sociales también han hecho que la poesía tenga más difusión y ha ayudado a que muchas mujeres que escribían cuadernos se abrieran un tumblr o un blog. Esto ha propiciado que más textos circulen por la red. “Internet ha democratizado el acceso a la poesía pero también se publican bastantes cosas que no tienen calidad. En la red no hay cribas ni criterio”, matiza.

—        ¿Crees que la poesía se está banalizando?

—        Esto forma parte de una moda más. Los autores jóvenes que empiezan a leer ahora mucha poesía, comienzan leyendo a autoras novedosas de la actualidad en lugar de leer a autoras buenas de verdad. Se están publicando textos de gente de 15 años, y me parece muy bien; Rimbaud llegó  a la cumbre antes de los 20 años, pero… a esa edad lo normal es que se publiquen cosas sin calidad.

Ella considera que se está dando una perversa y contraproducente discriminación positiva hacia las chicas jóvenes en la poesía, cuando se tiene más en cuenta la cara de quién escribe a cómo escribe: “Hay autoras que se están haciendo bastante conocidas porque se mueven muy bien en la redes sociales y porque algunas de ellas son atractivas. Me parece terrible”. La poesía inunda las redes sociales y la juventud lee en bucle a poetas de Instagram.

Esas modas y la estética vintage pasarán, pero las que poetas que luchan por la poesía han llegado para quedarse. Si ayer fueron anónimas, hoy toman los versos.


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