Compañera, en la calle somos muchas más que dos

Compañera, en la calle somos muchas más que dos

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07/03/2016

Belén

Hoy quiero hablarte, querida amiga, de lo que celebramos un día tan importante como el de mañana. Quiero que seas partícipe de la alegría que nos supone reivindicar este día, y también la enorme responsabilidad colectiva que tenemos todas de seguir peleando por el mismo. Mañana, 8 de Marzo, se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. No sé si sabías que hace ya bastantes años, allá por el S.XX,  compañeras estadounidenses activistas por los derechos de la mujer reivindicaban tener nuestro propio día en el mundo. Tras diversos acontecimientos como la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas o el dramático incendio de una fábrica textil de mujeres trabajadoras en EEUU en el 1911, las mujeres del mundo lanzaron una llamada universal y un alegato de acción; el 8 de marzo sería nuestro día. Porque sí, no íbamos a pedir perdón ni permiso.

Por desgracia, cada vez es más común escuchar en boca de ciertas personas que ya no es necesario reivindicar un día como el de mañana, propio y exclusivo para las mujeres del mundo, por haber alcanzado esa tan ansiada igualdad de género. Supongo que tú también habrás tenido que aguantar esas opiniones en comidas familiares. La cuestión de fondo de este fenómeno es sencilla, compañera. El sistema parece vendernos cada vez con más frecuencia que la violencia de género es un problema del pasado. Es un comportamiento que ejercen cuatro locos que viven anclados en épocas prehistóricas y no son conscientes de que hoy la mujer se encuentra en una situación de plena igualdad con el hombre. Esto, no sólo reproduce a la perfección el discurso machista, además es rotundamente falso. Las mujeres seguimos viviendo oprimidas por un sistema patriarcal y, además, vivimos un período de recortes en derechos y libertades que conseguimos en luchas feministas enmarcados en un contexto de austericidio global. Pero bueno… ¡qué te voy a contar yo a ti, compañera! ¡Si debes estar igual de acostumbrada que yo!

¿Y qué son esas palabrejas tan raras que siempre repiten esas cuatro locas? ¿Sistema patriarcal? ¿Lucha feminista? ¡Cualquiera las entiende, eh! Es normal que cuando muchas intentamos argumentar nuestra opinión sobre ciertas actitudes que consideramos machistas, nombremos siempre al dichoso patriarcado. Quizá esto ocurre porque no podemos entender estos comportamientos agresivos hacia nosotras, las mujeres, sin entender lo que es el sistema patriarcal. El patriarcado es un sistema socioeconómico que existe desde la prehistoria donde el poder está en manos de los hombres. Las mujeres nos convertimos así en seres inferiores, dependientes de ellos y oprimidos de forma estructural. ¡El patriarcado es muy inteligente! Ha sabido transformarse a lo largo de los siglos para que tú y yo sigamos siendo “menos” que los hombres hoy.

El patriarcado hace que cuando vayas sola a tu casa de noche, tengas que parar la música de tus auriculares por temor a que alguien te persiga. Hace que en el instituto, te hayan tachado de guarra muchas veces por hacer con tu sexualidad lo que te salga de ahí abajo. ¡Apuesto a que sabes bien de lo que te hablo! También es el responsable de que a veces te preguntes por qué “vas provocando” en verano cuando vistes unos shorts al hacer tanto calor. ¿Sabes qué? El patriarcado también condiciona tu vida laboral. Por el hecho de ser mujer, hoy en España, cobrarás de media un 24% menos de sueldo por realizar el mismo trabajo que los hombres. Además, conforme vayas creciendo te irán exigiendo que cargues con cuidados familiares no valorados y, por tanto, no remunerados. Al alcanzar una etapa más madura, te enfrentarás a la eterna pregunta: ¿No tienes pensado ser madre? ¡Se te va a pasar el arroz! Eso, querida amiga, también es culpa del patriarcado. Supongo que también te habrá pasado eso de tener pareja y tener restricciones. Te habrá pedido que dejes de salir con ciertas amistades por su amor, porque lo hace para protegerte. Esos primeros inicios de violencia machista son la primera gota, compañera. La punta del iceberg son los asesinatos, o como nosotras los llamamos, los feminicidios, pero la estructura y la base que posibilitan que se nos asesine, es todo lo que te he comentado antes.

Por eso somos feministas. El patriarcado nos oprime de múltiples formas, pero el feminismo es el que nos da la vida. “¿Feminismo? ¿Eso no es que las mujeres quieren ser más? ¡Si fuese un movimiento que luchara por la igualdad no se llamaría así!”. Apuesto a que también te han soltado esa frase en más de una ocasión. Bien, tú mejor que nadie sabes el trato diferente que recibimos en la sociedad por ser mujeres. Por ello, es vitalmente necesario que nos organicemos nosotras de forma autónoma y auto-organizada para luchar por conseguir nuestros derechos. Tal y como hicieron otras muchas mujeres, como las estadounidenses -¿recuerdas?- por conseguir derechos que hoy ambas tenemos. Decía Angela Davis, una compañera negra activista que ha luchado y lucha por los derechos de las mujeres afroamericanas, que el feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas. Nada más lejos de la realidad. Somos feministas porque sabemos que es posible un mundo distinto. Un mundo, querida amiga, en el que tú y yo por el hecho de ser mujeres, no suframos ningún tipo de violencia a lo largo de nuestra vida. ¿Tú crees que es posible? Yo creo firmemente que sí. Y además, he conseguido muchas victorias en las calles protestando con otras mujeres, lo cual me reafirma más todavía en mi teoría.

Mañana es el Día de la Mujer porque muchas mujeres lucharon porque lo fuera. Sin embargo, muchos años más tarde, sigue siendo necesario que nos organicemos y luchemos por defender y ampliar nuestros derechos. Espero que nos veamos hoy en las calles, amiga. ¡Por mí y por todas mis compañeras, por ti también! Y porque en la calle, codo a codo, somos muchas más que dos.

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