“Estoy por ver un futbolista en activo que diga que es gay”

“Estoy por ver un futbolista en activo que diga que es gay”

Entusiasta, comprometida, transgresora, lesbiana, deportista, accesible, luchadora. Paloma del Río, una de las caras más anónimamente conocidas de la televisión habla de deporte, periodismo y machismo.

Imagen: J. Marcos
17/05/2016

Está hablando por teléfono, en una esquina, de espaldas. Pero es inconfundible. Sin verla se sabe que es ella. Con tres décadas informando desde la televisión, el timbre con el que procesa cada una de sus palabras la delatan. Tras ser durante años la voz del deporte femenino y de los deportes minoritarios en la televisión pública, Paloma del Río tiene mucho que contar y que narrar. Por eso ha escrito un libro, Enredando en la memoria, para que su punto de vista no se pierda entre los ecos de un sector del periodismo que adolece de machismo. Para visibilizar su lucha a favor de que el deporte practicado por mujeres tenga espacio mediático; y para recordar que hay vida (y mucha) más allá del fútbol.

Lleva años narrando gimnasia y patinaje, pero su tono, tan reconocible como el de las grandes estrellas radiofónicas, también tiene hueco en la equitación y el tenis. Y, por supuesto, en los Juegos Olímpicos; porque es la periodista española que más Olimpiadas ha cubierto, tal y como se lo ha reconocido el Comité Olímpico Internacional. Es además la única mujer reportera que ha recibido la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo que concede el Consejo Superior de Deportes.

Estando aún en activo, ¿qué tenías necesidad de contar?
Escribí el libro porque a una periodista le pareció curioso que la gente me reconociera por la voz y no por la cara. Ella pensaba que yo tenía algo diferente que contar: algo tan minoritario como una mujer en el periodismo deportivo y, encima, haciendo deporte minoritario. Porque soy una defensora a muerte del deporte minoritario y del deporte femenino. No paró hasta que dije que sí. Es la reivindicación de una mujer que, en un momento dado, en 1986, quiere hacer algo que no está visto: decidir de manera voluntaria ser periodista deportiva cuando era un terreno absolutamente vetado por los hombres de los años 70 y 80, en una sociedad machista. Era un terreno donde los hombres predominaban y donde las mujeres no habían aparecido. Las que había estaban en Televisión Española: Mª Carmen Izquierdo, Mª Antonia Martínez, Elena Sánchez, Olga Viza y María Escario. Ahora las mujeres que hay hacen sobre todo fútbol, no deporte minoritario. Cuesta, y hablo en presente, ver a una mujer defendiendo un planteamiento futbolero: en las tertulias nocturnas, en muchas cadenas, el 90 por ciento de los contertulios son hombres.

Mantienes que, en la sociedad actual, no ves a una mujer retransmitiendo un partido de fútbol.
No lo veo ni creo que lo vaya a ver. Yo me preparé hace unos daños para dar el salto y hacer una retransmisión de un partido de fútbol. Era una apuesta que habíamos hecho en la dirección de Deportes de RTVE, que fuera una mujer quien retransmitiera, no que estuviera en el pie de campo, que las hay, sino que los 90 minutos fuera una voz femenina. Y luego pensé, no por falta de valor: tengo a mucha gente que me sigue en el mundo de la gimnasia y del patinaje, tengo un prestigio, una manera de hacer las cosas… ¡para que me voy a meter en un terreno espinosísimo! No hay más que ver cualquier retransmisión de fútbol, sea quien sea quien la haga, le brean. ¡Pues imagínate si lo hace una mujer! Si vas a un partido de fútbol donde el árbitro es una mujer o la entrenadora una mujer… se les dicen barbaridades… imaginaos a una periodista. Pensé que iba a perder más que ganar.

Eso demuestra que han cambiado poco las cosas desde aquel machismo que te encontraste al empezar tu carrera.
Se ha evolucionado, pero no se ha erradicado.

Un momento de la entrevista la sede de TVE en Madrid. /Foto: J. Marcos

Un momento de la entrevista la sede de TVE en Madrid. 

¿Te consideras una persona transgresora? Haces televisión pero se te conoce por la voz, eres mujer cubriendo los deportes desde hace 30 años, te especializas en los minoritarios…
Me he puesto en la ruta de equiparar y de aportar mi granito de arena a que todas las mujeres puedan hacer aquello que sueñan hacer. Para que la sociedad no te impida desarrollar la vocación que tú quieres desarrollar. No es justo que por ser mujer tengas que renunciar a algo que te apasiona, como puede ser el periodismo deportivo.

¿Lo has tenido más difícil por ser mujer?
Sí, sí. Cuando vine de becaria a TVE, que es aún peor porque estás en un proceso de vulnerabilidad mayor que cuando eres fija o estás contratada, uno de los periodistas que había aquí, un jefecillo, me miraba de manera lasciva y me tiraba todo el tiempo chinitas a ver si picaba… Me decía “bonita”, además con un tonillo que me toca mucho… “Tú bonita, ¿vas a dejar la enfermería para hacer periodismo?” Lo que hice fue pasar e ignorarle. Pero una de las veces me metió mano. Buscaba quedarse siempre a solas en la redacción conmigo y en una ocasión se puso por detrás de mí y me puso las manos en el pecho. Y yo, que soy muy tranquila, me di la vuelta y le dije: “Esto que me estás haciendo a mí, ¿te gustaría que se lo hicieran a tu hija?” A partir de ese momento, el tipo se marchó con la cara como un tomate y cambió su actitud completamente.

Sólo los has denunciado al publicar el libro.
Lo sabía la gente cercana. Este tipo de comportamientos… ¡son tan casposos y tan tremendos! No deberíamos consentirlos. Lo que hice fue decírselo directamente a él. ¿A los demás? Seguramente no me hubieran creído.

No será el único episodio de machismo que has sufrido en tu carrera.
Te miran como diciendo ‘si tú no sabes de esto’. Eso pasa en el mundo del fútbol, no en el de los deportes minoritarios.

Hablabas de tus compañeras al inicio, ¿tenéis sucesoras? A las mujeres que vemos en televisión haciendo deporte se las suele relacionar más con unos patrones estéticos determinados.
Todo lo que rodea al fútbol tiene un matiz que no rodea al resto de deportes. Cuando llega el bloque de deportes de un telediario, el 95 por ciento es fútbol y el fútbol lo siguen haciendo mayoritariamente los hombres. Es verdad que salen algunas mujeres, pero también es verdad que el patrón de esas mujeres son chicas muy guapas encasilladas en un determinado formato. Estamos acostumbradas a verlas a pie de campo o bien presentando los deportes en un telediario o informativo; fuera de eso hay pocas.

Existe machismo en el periodismo deportivo, pero el deporte también es un terreno todavía impregnado: desde la vestimenta a la no profesionalización, los sueldos, la cobertura mediática…
Yo espero que en algún momento esto se iguale. En vóley playa hemos visto la diferencia de vestimenta que llevan hombres y mujeres; en balonmano también hubo polémica hace unos años. Siempre está el tema de si vamos a enseñar más pierna para atraer a más espectadores. Si vas a ver vóley playa debes ir a ver el espectáculo deportivo, independiente de si compiten hombres o mujeres; no se va a recrearte la vista.

Cuando Carolina Marín ganó el campeonato del mundo en bádminton, El Mundo tituló su información ‘Y hasta se ha echado novio’.
Al periodista le salió el tiro por la culata. Es de lo que se quejan Mireia Belmonte y otras muchas. Cuando Mireia bate el record mundial de 1500 en piscina cubierta, ¡el récord del mundo!, la portada del Marca es que fulanito se ha cambiado la raya de sitio, ¡el peinado! ¡Es injusto! Cuando tienes a Carolina, ya que has conseguido el hueco, ¡no titules así! Este titular será usado cuando hagamos una conferencia del lenguaje sexista en los medios de comunicación. ¿Tú a Sergio Ramos le dices ‘y además ha sido papá’? El año pasado también surgió la polémica con el Mundial de Fútbol Femenino y con el entrenador, porque cuando le destituyeron empezaron a salir los comentarios de algunas jugadoras que denunciaban que les decía: “Ejerce de mujer y sírveme un café”. Yo no veo a Vicente del Bosque diciendo a Sergio Ramos: ‘Ejerce de hombre y ponme un gin tonic’. Parece que con las mujeres sí está permitido ese lenguaje. A mí me dicen eso y le digo: ‘Vete, compra el café y cuando lo tengas, te lo preparas tú’. Espero dejar un poco de huella a lo largo de mi trayectoria y de mi vida, no sólo profesional sino también personal, para que ese tipo de comportamientos no se produzcan. Las mujeres no deberíamos consentir esas contestaciones y comportamientos; hace falta ser valiente para eso.

Paloma del Río ha cubierto deportes minoritarios y practicados por mujeres desde sus inicios. /Foto: J. Marcos

Paloma del Río ha cubierto deportes minoritarios y practicados por mujeres desde sus inicios. 

¿Han influido los cambios de Gobierno en tu labor en TVE o en la cobertura de los deportes practicados por mujeres?
No, aquí quién esté en el Gobierno da igual. Sí que es verdad que puede depender de la política gubernamental del mundo del deporte en general, y eso viene vía Consejo Superior de Deportes. La que fue directora general de Deportes hasta hace un año, Ana Muñoz, consiguió una subvención de un millón de euros para el fomento del deporte femenino. La decisión era que en las juntas directivas de las federaciones nacionales hubiera un tanto por ciento de mujeres. Contestaron todas las federaciones sumándose a la iniciativa menos una: la de fútbol.

En el libro también haces público que eres lesbiana.
Toda mi vida he sido lesbiana y no lo he escondido, toda la gente que me conoce lo sabe. Si no hubiera tenido ningún libro pues tampoco lo hubiera publicado. Forma parte de mi normalidad, soy espontánea y transparente. Nunca he ocultado que soy lesbiana.

¿Te has sentido doblemente discriminada?
No, no… Salvo aquí, algunos compañeros, compañeros entre comillas, que seguramente a mis espaldas habrán dicho… Pero directamente no me he enterado.

Decías que el mundo del deporte es machista, ¿también es homofóbico? Hay pocos casos de deportistas que hayan reconocido su sexualidad.
Sí que lo es. Es un tema que yo he pensado mucho. El mundo homosexual está presente en el deporte como está presente en la sociedad. Y los que estamos dentro lo sabemos. Es verdad que, en política, en el artisteo, en la televisión… en todas las profesiones se han hecho públicos más casos, pero en el mundo del deporte hay que ser muy valiente. Lo que hizo Martina Navratilova… ¡hay que ser muy valiente! Pero, ¿le ha pasado algo a Martina Navratilova? El mismo comentario que decía antes de una mujer árbitra o una mujer haciendo una transmisión de fútbol, pues imaginaos cómo le pueden poner a caldo a un futbolista, empezando por los propios compañeros, porque tienes que compartir vestuario con compañeros del mismo sexo y no eres un machoman, sino un hombre al que le gustan los hombres. Estoy por ver que haya un deportista en activo, un futbolista especialmente, que diga que es gay y que siga para adelante y que los demás no le machaquen, tampoco el público.

Cuando una mujer destaca en cualquier especialidad deportiva se intenta ver si cumple los patrones femeninos, digamos, cuánto de femenina es. Sin embargo, cuando hombre destaca en su especialidad no se le interroga por su masculinidad…
La naturaleza te la da tu propio cuerpo y si tienes más testosterona que la habitual de un cuerpo de mujer pues resulta que puede ser natural o porque te has inyectado. Aprovechar ese cuerpo ‘masculinizado’ para ganar en potencia… es un debate muy largo. Se ha demostrado, por ejemplo, que la corredora sudafricana Caster Semenya es una mujer en toda regla. Es un poco denigrante que cuando una persona tiene una musculatura poco habitual en mujeres tenga que pasar un test de sexo. Luego, hay casos contrarios: cuerpos que a base de dopaje se han convertido en masculinos. Hubo varios casos en la Unión Soviética y en la República Democrática Alemana, donde el deporte era una herramienta de estabilización social y de reconocimiento internacional. Al final doparon de manera sistemática a atletas, deportistas en las que al final su cuerpo se ha rendido y se ha pasado a otro género. Ha habido muchos cambios de género: mujeres que a base de hormonas las han convertido en hombres, y se identifican ya con identidad masculina.

Pensando en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de este verano y teniendo en el retrovisor a Londres, donde las mujeres consiguieron los mayores éxitos, ¿qué perspectivas ves?
Ahora veo seis posibles medallas de oro, cuatro de ellas de mujeres. Espero que sean más, como en Londres, que de 17 medallas 11 fueron femeninas. Cuando tengamos el plantel cerrado podemos hacer una mejor predicción, pero creo que en Río volverá a ganar el deporte femenino frente al masculino.

¿Cuál de ellas te gustaría transmitir?
El bronce en gimnasia rítmica. Sería estupendo.

 

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