Tu privilegio puede volverse contra ti
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Digna Sucesora
He oído y leído muchas veces eso de “a los niños y a los hombres también se nos discrimina: pagamos en las discotecas, se ríen de nosotros si lloramos, tenemos que ser los fuertes… así que es mentira que exista el machismo o el patriarcado hoy en día en España” y por una vez, quiero dejar el cabreo a un lado y verdaderamente explicar a quien tenga esta opinión y me quiera leer, por qué todas esas discriminaciones a los hombres vienen también del machismo. Y lo quiero explicar aunque pienso que las feministas no tenemos que ir de pedagogas y tiernas profesoras que explican pausadamente todo a quienes las atacan, pero supongo que a veces es necesario.
Lo primero que hay que tener en cuenta y aceptar es que cuando unos valores, una ideología, una forma de pensar y un modus operandi imperan en una sociedad, lo impregnan todo. En nuestra sociedad ejemplo de esto sería la democracia, las libertades individuales, el capitalismo… Y, por supuesto, el machismo. Es necesario que los que lo nieguen pero tengan el más mínimo pensamiento crítico acepten aunque sea por un momento esto, que el machismo existe, que lleva siglos en nuestro imaginario y nuestro quehacer colectivo y que de él se desprenden, como explicaré a continuación, las discriminaciones que tanto nos echan en cara.
Lo segundo, definir, de manera resumida, lo que es el machismo: la creencia de que el hombre es por naturaleza superior a la mujer y la consecuente actitud de prepotencia del hombre respecto a ella.
Por lo tanto, cuando durante siglos la sociedad se va construyendo sobre unos valores concretos, las personas que toman el poder y que tienen el dinero pertenecen siempre al mismo grupo y las personas reprimidas al otro… ese modo de vida se va reproduciendo. Los individuos se acoplan a su rol y lo perpetúan. Es supervivencia, es psicología (efecto Pigmalión, indefensión aprendida…), es sociología.
Todo este modo de vida que lógicamente impregna lo político y lo económico evoluciona, y por la lucha de muchas, se dan grandes pasos y se consiguen muchos adelantos (el voto, el trabajo, el divorcio, la independencia económica…) pero creer que el machismo desaparece es inocente, muy inocente.
Intentar darme ejemplos de discriminaciones hacia hombres para demostrarme que el machismo ha desaparecido es una muestra de ignorancia, entre otras cosas. Porque lo que demuestran de verdad las discriminaciones antes citadas, es que el machismo continúa. Nadie dice que el machismo solo perjudique a las mujeres. A veces perjudica a los hombres, pero en MENOR MENOR MENOR MENOR medida. Cuando tenemos grabado durante siglos en el tuétano, que el hombre es superior a la mujer, evidentemente la peor parada será aquella persona a la que se la considera más débil, pero eso no implica que a los hombres no les perjudique a veces, esa visión de fortaleza.
El hombre es el fuerte, el que tiene el control. Por lo tanto el que consigue el dinero y toma las decisiones, ya que la mujer es débil y lo que piense no importa, sus intereses no cuentan.
POR ESO si un hombre llora, se ríen: él es el fuerte, no puede llorar.
POR ESO si un hombre gana menos que su mujer es un calzonazos: él es el que tiene que tener el control (y el dinero es control, claro).
POR ESO las mujeres entramos gratis en las discotecas: ellas son objetos que los hombres pueden usar y que además quieren, así que hagámosles pagar, que pagarán. Ya sabéis “si no pagas por algo, es que tú eres el producto”.
Pero POR ESO a las mujeres se nos viola, se nos mata, se nos acosa, se nos toca sin permiso, se nos paga menos, se nos insulta, se acallan nuestras opiniones, no aparecemos en la política, no se nos deja mandar sin insultarnos, no se nos contrata por nuestro útero, se nos relega al cuidado del hogar, se nos controla, se nos vende masivamente que los celos son buenos, que depender de “tu hombre” es bueno, que no puedes vivir sin amor, sin hijos, que tienes que tener unas proporciones corporales imposibles, que no tienes que comer… Y no sólo a veces, vivimos al menos una de estas cosas TODOS LOS DÍAS, incluso si no sales de casa.
¿Se entiende así, por tanto, que lo que hace que los hombres a veces sufran esas discriminaciones es la idea de que la mujer y todo lo que se considere femenino es peor, es inferior, es digno de burla?
Y sí, claro que quiero que mi primo pequeño pueda tener una muñeca sin que se rían de él. Y que mi padre pueda cuidar de sus hijas porque mi madre está fuera sin que la gente piense “ay qué paciencia tiene ese hombre” como si mi madre no la hubiera tenido hasta ahora o como si mi padre fuese un extraño ser que necesita paciencia mágica. Y que no hubieran hecho bullying a mi mejor amigo por compartir mis gustos en música o libros siendo un chico.
Pero para solucionar todo esto, es absurdo que luche en nombre del que es considerado superior, fuerte, y tiene todos los privilegios aunque a veces le lleguen algunas discriminaciones. Seré feminista, lucharé por las mujeres, porque se nos den los mismos derechos que al hombre y se nos considere iguales. Porque es la única manera de que “lo femenino” deje de ser sinónimo de debilidad, inferioridad, poca importancia o burla y así desaparezcan TODAS las discriminaciones, las ocasionales y las masivas.