Elecciones: lecciones y predicciones en Euskadi

Elecciones: lecciones y predicciones en Euskadi

Las recientes elecciones al Congreso español tienen un doble impacto en la política vasca. Por un lado, el PP reforzará su política nacionalista excluyente, atacando al sentimiento vasco, porque le da todavía más votos en España. De otro lado, Podemos-Ahal Dugu participará por primera vez en las elecciones al Parlamento vasco en octubre y los resultados del Congreso han servido para ir perfilando las nuevas mayorías de los partidos en Euskadi.

30/06/2016
Las candidatas de Podemos-Ahal Dugu con Iñigo Errejón en un mitin./ Archivo de Podemos-Ahal Dugu

Las candidatas de Elkarrekin Ahal Dugu con Iñigo Errejón en un mitin./ Archivo de Podemos-Ahal Dugu

El PP ha ganado por segunda vez las elecciones en España. Por fin, Mariano Rajoy ve alejarse su pesadilla de ser el único presidente de la “democracia” que no cumple dos legislaturas en el cargo. El miedo, no sólo de Rajoy, ha sido uno de los principales factores en estas elecciones. Por un lado, al anunciar buenos resultados para Unidos Podemos, las encuestas han movilizado el voto contrario a un frente de izquierdas. Además, la campaña del PP subrayó el voto útil para capitalizar ese miedo, a costa de los votos de Ciudadanos. Por otro lado, la izquierda intentó paliar el miedo que pudiera infundir convertirse en la alternativa política en España. Para ello, se valió de la razón de Estado y Unidos Podemos ocupó el espacio político de la socialdemocracia. Repitió, así, el mismo error que el Partido Comunista (PCE) en 1977: al abandonar las posturas radicales, ahuyentó los votos más comprometidos.

Resulta sorprendente que los casos de corrupción no sólo no le pasen factura al PP, sino que le hagan ganar en esos puntos negros, especialmente, Madrid y Valencia. Efectivamente, el Partido Popular ha salido reforzado de las elecciones.

Unidos Podemos, por su parte, es el señalado por toda la prensa internacional como el principal perdedor de las elecciones. El liderazgo de Pablo Iglesias se ha resentido. De un lado, surgen las críticas que apoyaban las tesis populistas de Iñigo Errejón. De otro, la arrogancia atribuida a Iglesias se perfila como uno de los factores que han impedido acceder a cierto electorado. Públicamente no se ha mencionado la repercusión que tuvo la imposición sin discusión alguna de un nombre para la coalición Unidos Podemos que empleaba el masculino excluyente. Unidos Podemos no consiguió superar al PSOE, no hubo sorpasso, ni el bloque de izquierdas que ya no lideraría Iglesias cuenta tampoco con mayoría suficiente para gobernar.

Igualmente, el PSOE ha conseguido los peores resultados de su historia, pero paradójicamente han servido para afianzar a Pedro Sánchez como líder, debido a los peores resultados aún del partido socialista en Andalucía que perjudican la carrera estatal de Susana Díaz. Finalmente, Ciudadanos se ha convertido en un partido irrelevante. A Albert Rivera le queda significarse en la constitución de Gobierno, para escenificar una trascendencia social que no tiene, a pesar de haberse negado en campaña a aceptar el liderazgo de Mariano Rajoy. Es posible que Rivera se desdiga, tal y como pasó en la anterior legislatura, cuando Ciudadanos prometió no participar en gobierno alguno no liderado por Rivera, pero finalmente llegó a un pacto de investidura con PSOE. Cabe señalar, además, que Ciudadanos no participa a día de hoy en ninguno de los gobiernos regionales que apoya.

Euskadi se mira en Madrid

Gráfico del porcentaje de votos por partido

Unidos Podemos ha ganado en Cataluña y en Euskadi, es decir, sólo dos comunidades autónomas han subrayado la plurinacionalidad del Estado: las dos que tienen conflictos identitarios, precisamente. En el caso de Euskadi, sin embargo, a Elkarrekin Ahal Dugu (nombre de Unidos Podemos en euskara, sin masculino excluyente) se le reprocha no tener personalidad euskaldún. En primer lugar, porque han priorizado el uso del castellano, en perjuicio del euskera. Cometer errores gramaticales de peso en los carteles electorales les ha dado publicidad negativa. En segundo lugar, Elkarrekin Ahal Dugu no ha creado ningún grupo propio dentro de Podemos. Al contrario, ha aceptado la centralidad de Madrid. Los medios vascos también siguen esa lógica y, por ejemplo, al dar a conocer las diputadas y diputados elegidas esta vez, publicaron fotos de Eduardo Madina (PSOE) y Mª Mar Blanco (PP), que no fueron en las listas de Euskadi, sino en las de Madrid. En ese sentido, se constata que, al contrario de Cataluña, Euskadi no funciona según una lógica propia, sino mirando a España. Aún así, a Ahal Dugu se le exige superar esa barrera sociológica.

En su intento de diferenciarse de España, el PNV adoptó el eslogan ‘Lehenik, Euskadi es lo que importa’, si bien sigue manteniendo a España como referencia con la que se compara. No obstante, el PNV tiene bien definida su labor en el Congreso español desde 1977: conseguir grupo parlamentario propio, para poder ser clave en la negociación de ciertas leyes. Bildu, en cambio, no ha socializado todavía qué puede hacer en Madrid, porque su influencia social no es tan grande como la del PNV y, por lo tanto, no tiene capacidad de formar grupo parlamentario propio. Además, proceder de la izquierda abertzale durante muchos años consistía precisamente en lo contrario: conseguir escaños, pero no ocuparlos, porque se trataba de un parlamento extranjero. Cuando Xabier Mikel Errekondo estrechó la mano del Rey de España, Amaiur se alejó de esa herencia política de Herri Batasuna. Esta última vez, empero, Bildu se negó a reunirse con el Rey, sin explicar las razones de entonces ni las de ahora. Por eso, mientras Bildu afina su estrategia propia, Amaiur era noticia por los “zasca” de Sabino Cuadra, al estilo de Podemos. De esa manera, se puede entender que los dos partidos ocupan el mismo espacio político: escenificar la rebelión parlamentaria, pero adoptar el modelo económico socialdemócrata y aceptar la razón de Estado, para alejarse precisamente de posiciones radicales. Tal y como le ha sucedido a Podemos, desde que Bildu ha adoptado esa posición ha perdido diez puntos en los últimos cuatro años. En estas elecciones, además, con la intención de mejorar los resultados de diciembre, Oskar Matute tomó el lugar de Onintza Enbeita como cabeza de lista de Bizkaia (es decir, escaño asegurado), sin socializar ese proceso, aún cuando se trata de personas pertenecientes a dos partidos diferentes dentro de la coalición: Enbeita se enmarca en Sortu y Matute, en Alternatiba.

Juego de espejos

Los resultados a las elecciones españolas pueden interpretarse como un anuncio del Parlamento vasco que se elegirá en octubre. Aunque se diga que en los comicios más cercanos se vota de manera diferente, las elecciones a las Juntas Generales de 2015 ya constataron que, al irrumpir Ahal Dugu, disminuye la representación de todos los partidos. Ahal Dugu se ha llevado muchos votos de Bildu y algunos del PNV, sobre todo en Bizkaia. Pero su irrupción influye en todos los partidos, ya que el mismo número de escaños se debe repartir entre más partidos. Igualmente, Ciudadanos (que no tiene nombre propio en euskara, ni siquiera para evitar el uso del masculino excluyente del castellano) ha conseguido los votos de UPyD.

Si extrapolamos los resultados del Congreso, en la política vasca se anuncian dos partidos ganadores: PNV y Ahal Dugu. Los otros tres (PSE-EE, Bildu y PP) serán los colaboradores de un gobierno de alguno de los dos primeros.

Así las cosas, se prevén tres posibles coaliciones que permitan gobernar en la Lehendakaritza al PNV o Ahal Dugu. En primer lugar, ambos partidos tienen fácil pactar con PSE-EE. El PNV ya cuenta con pactos municipales con el partido socialista, aunque no sean necesarios para gobernar. Para Ahal Dugu supondrá aplicar la estrategia colaboradora que Podemos pretende adoptar en España y no recibiría ninguna orden contraria desde Madrid.

En segundo lugar, no parece factible formar gobierno con Bildu, pero la ofensiva nacionalista del PP puede auspiciar esa posibilidad. De ser así, el PNV destacaría su lado abertzale para iniciar el camino hacia la independencia como ha hecho Cataluña. Al hostigar el PP el nacionalismo español más rancio, sin embargo, puede dificultar las negociaciones entre Bildu y Ahal Dugu, si Podemos cede a la cuestión plurinacionalidad con fines electorales en España. En ese caso, Ahal Dugu quedaría cautivo del partido de Madrid. Sólo un giro certero de Podemos hacia la izquierda permitirá un gobierno de izquierdas en Euskadi.

En último lugar, los dos partidos ganadores podrían formar una gran coalición (Groko: Grosse Koalition, en alemán), porque PNV y Ahal Dugu no se disputan el mismo electorado. Por eso, el PNV puede conseguir un pacto parecido al logrado con Ezker Batua o PSE-EE, destacando su lado social. Esta opción resultaría beneficiosa para Podemos en España, ya que gobernar con el nacionalismo moderado podría evitar que éste ayude a un Gobierno en minoría en el Congreso. En Euskadi, en cambio, jugaría en contra de Ahal Dugu, porque ha considerado al PNV la “casta” local. De nuevo, Ahal Dugu deberá jugar según la estrategia del partido en Madrid. El margen de movimiento consistiría, por ello, en primar la corriente feminista de Ahal Dugu, superando así el feminismo institucional de Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer).

Una persona, un voto

Al interpretar los resultados de las elecciones españolas, es recurrente hablar de la Ley D’Hont, para señalar el reparto injusto de escaños. En vez de dar un voto a cada persona, se dice que esa ley sobredimensiona la representación de los grandes partidos. No es verdad, consolida los grandes partidos, sí, pero la clave de representación poco trasparente reside en la Constitución, que establece la provincia como circunscripción electoral. De esa manera, la ley señala cuántos escaños corresponden a cada provincia, según el número de habitantes. En Euskadi actualmente se reparten así: Álava 4, Bizkaia 8, Gipuzkoa 6 y Navarra 5.

Para que cada persona tuviera un voto en el Congreso, sería necesario que todo el Estado se constituyera como circunscripción única, tal y como sucede en las elecciones al Parlamento europeo. Entonces, el Senado representaría a las comunidades autónomas. A día de hoy, sin embargo, la circunscripción electoral para el Senado también es la provincia. En ese sentido, estamos manteniendo con dinero público a 350 cargos electos en el Congreso y a 266 en el Senado, aunque ambas cámaras realicen el mismo trabajo y se basen en la circunscripción electoral obsoleta.

Teniendo en cuenta que la Constitución española permitió a las comunidades autónomas tener una única cámara legislativa en vez de dos (parlamento y senado), Euskadi tomó una solución intermedia entre ambos sistemas: los tres territorios históricos elegirían 25 escaños cada uno. Por eso, un voto en Álava vale tanto como tres votos y medio en Bizkaia y como dos en Gipuzkoa. De ese modo, si se votara igual que para el Congreso, Álava podría aumentar la distancia de Ahal Dugu para con el PNV y colocarle en posición de dirigir la Lehendakaritza. Los resultados en Álava amplían igualmente la distancia del PSE-EE en relación a Bildu, aunque este último tenga más votos tanto en Bizkaia como en Gipuzkoa. En consecuencia, los resultados obtenidos en Álava podrían llevar incluso a que estos dos partidos no necesiten de un tercero para gobernar. Los resultados de ambos partidos en Álava serán claves, así como el reflejo de la negociación que ambos comiencen ahora en Madrid.


Candidaturas a lehendakari

hautagaiak-guztiraSi bien Ahal Dugu tiene como objetivo superar al PNV, el perfil de la candidatura a lehendakari determinará el propósito del partido. De hecho, la juez Garbiñe Biurrun no estaba de acuerdo con la estrategia de Ahal Dugu en enfrentarse al PNV. Al rechazar Biurrun ser candidata a lehendakari, Ahal Dugu se ha encontrado con dificultades para conseguir un perfil influyente en su candidatura a la Lehendakaritza.

El PNV, por el contrario, ya tiene definido el candidato: el lehendakari actual Iñigo Urkullu. Además, en la discusión política el PNV da la espalda a Ahal Dugu. Cambiará en las próximas elecciones, ya que la campaña será una lucha a dos. Necesariamente los derechos sociales (renta básica), el racismo y la violencia sexista serán temas relevantes, especialmente desde que se ha descubierto que la Ertzaintza restó importancia a las agresiones sexuales cometidas durante las fiestas de Arana (Álava).

El PSE-EE presentará a Idoia Mendia como candidata a lehendakari. Cuando fue vicelehendakari de Patxi López, Mendia fue presentada como una profesional vascoparlante, si bien todavía no domina completamente el idioma. A pesar de ello, cuenta con la cercanía euskaltzale que facilite formar gobierno con el PNV. Mendia es la única mujer, de momento, candidata a lehendakari y, sin embargo, es la única que para llegar a candidata ha sido ya vicelehendakari. Ninguno del resto de candidatos ha tenido cargo institucional anterior a su designación directa a lehendakari.

El candidato de Bildu será Arnaldo Otegi, a pesar de ser icono de Sortu. Por eso mismo, quizá, es una figura para diferenciarse de Ahal Dugu. Además, quienes no están de acuerdo con la estrategia actual de la izquierda abertzale no verían inadecuado a Otegi, ya que él sí cumplió la pena de cárcel en su totalidad. Hasier Arraiz, en cambio, ha aceptado declarar al juez que era miembro de ETA, únicamente para evitar pena de prisión. No obstante, aunque Otegi sea cabeza de cartel, está todavía por ver si esa nueva estrategia perjudicará electoralmente a Bildu.

Alfonso Alonso participará en nombre del PP, ya que es el presidente del partido en Euskadi. Al igual que ha sucedido en España, los casos de posible corrupción en Álava no han evitado una subida del PP. Es más, ha adelantado a Bildu incluso en Bizkaia.

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