Marco y su mono Amedio

La culpa de todo la tiene el Islam. Bueno, no sólo el Islam, las religiones en general. Los católicos un poco menos y mucho menos los pobres judíos, con lo de Hitler y eso. Aunque luego está el tema de Palestina, que vaya tela. Pero vamos, que fundamentalmente las religiones han sido las culpables de todos los genocidios. Menos de los perpetrados por Pol Pot, Mao y Stalin, también es verdad. Entonces, la culpa de todo la tienen todas las religiones y algunas ideologías. Pero lo peor es el Islam. Hay miles de millones de musulmanes en el mundo, pero no todos van por ahí matando gente. Casi todos no. Yo mismo he estado en muchos países musulmanes y casi nunca me han matado, así, en general. Aunque supongo que algo malo debe haber en el Islam cuando toda esa gente terrorista dice que es musulmana. Todos los católicos tienen la culpa de la existencia del IRA o ETA. Eso es así. Los musulmanes que se vayan a sus países. Pero es que… su país es este. Bueno, que se vayan a los países de los que proceden sus familias. ¿Nos vamos todos y dejamos esto vacío? Viva la Pepa. Cuando llega el calor los chicos se enamoran.

El Islam fue el culpable del genocidio indígena en América, de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, del holocausto nazi, del esclavismo en África, de la colonización, de la miseria, de los repartos, de las fronteras, del exterminio del pueblo gitano, de la muerte de Manolete. El culpable de que el Mediterráneo sea un cementerio de hombres y mujeres sin nombre. Cada semana mueren mujeres en este país a manos de sus maridos, que seguramente serán musulmanes o tienen vínculos con Al Qaeda o han viajado a Marruecos.

La Organización Mundial de la Salud dictaminó en 1990 (ayer, como quien dice) que la homosexualidad no era una enfermedad. En España, la homosexualidad fue un delito incluso en democracia. Aquilino Polaino fue llamado al Senado en 2005 como experto para culpabilizar a los padres de la población LGTB. Y las agresiones a esa misma comunidad en Madrid y en otras ciudades, cuyo número crece de forma alarmante, también es por el Islam. La culpa de todo la tiene el Islam. Las personas transexuales son asesinadas diariamente a lo largo del planeta por hombres que seguramente pertenecen al ISIS.

El asesino iba a la mezquita, a la sinagoga, a la iglesia. Jugaba a juegos de rol, a juegos on line, a casinos. Era adicto a la marihuana. Compraba en Mercadona. Su segundo apellido empezaba por “S”. De pequeño sufrió abusos. Vio tres veces “Tiburón” antes de cumplir seis años. Cuando comía estofado de carne apartaba los guisantes. Era vegetariano. Era antitaurino. Iba a los toros. Le encantaban los toros. Tuvo un amigo gay. Su padre era gay. Su madre era alcohólica. Su padre era afgano. Su padre viajó a Afganistán. Su padre no era su padre. El asesino era una persona normal, un chico corriente. Muy amable y educado. Era humano. Un ser humano. Eso va a ser. A lo mejor va a ser eso.

Bueno, venga, vale. Las religiones y algunas ideologías tienen la culpa de todo. Algunas religiones y algunas ideologías. Y Europa. Y el heteropatriarcado. Y el cristianismo. Y el judaísmo. Y Pizarro. Y Videla. Y Castro. Y Bush. Y Aznar. Y Blair. Y Thatcher. Y Reagan. Y el Papa. Y los teletubbies. E Islero. Y la madre de Marco, que se fue la tía y le dejó solo con un mono. Y la humanidad. Pero sobre todo, la culpa de todo la tiene el Islam. Y Amedio.