Ceremonia de la no boda
Ser feminista es estar en permanente contradicción. ¿Casarse supone traicionar al feminismo? Quedas cordialmente invitada a la no boda de Sangre Fucsia para celebrar San Valentín.
En el matrimonio por parejas se instituyó el primer intercambio humano, es decir, la compra y venta de las mujeres, prototipo de la esclavitud humana sin distinción de sexos que se estableció en un momento posterior. Bajo el patriarcado, el concepto de propiedad no se aplicó ya tan solo a la mujer, sino también a otros bienes personales, a la tierra y al capital – Kate Millet en Política Sexual (1970)
En nuestras vidas precarias, casarse por todo lo alto es un derroche pero quizás también es una sabia inversión dados los beneficios fiscales (y no sólo fiscales) que puedes obtener y que no están contemplados en otro tipo de uniones, incluso las mercantiles. Casarse siendo feminista es una pequeña traición a nuestras abuelas de la segunda ola como Kate Millet y puede que incluso a nuestras madres que pelearon por el derecho al divorcio. Celebrar un matrimonio siendo queer es ejercer el derecho al matrimonio igualitario del que tanto nos enorgullecemos pero quizás estemos obviando en este gesto, el rodillo que supuso frente a otras luchas LGTBQ+, la apuesta por este derecho por encima y por delante de otros. En este programa hemos querido plantear muchas de las contradicciones que surgen al cruzar feminismo y matrimonio.
¿Sería la solución para mantenernos íntegras no pasar por este trámite y ceremonia? En ocasiones parece que la respuesta es afirmativa pero, a menudo, deseamos celebrar un cierto rito de paso a la madurez y recurrimos a un imaginario que se parece sospechosamente a una boda. Es este el caso de las bodas con una misma que se celebran de manera grupal pero que en esta ocasión narramos a través del discurso de unas oficiantes en este tipo de ceremonias.
Alternativas al matrimonio canónico existen, más allá de la etiqueta de boda alternativa, como es el caso de la boda ecosex de la actriz y “abuela del postporno” Annie Sprinkle con Beth Stephens, narrada con la voz de Madison Young en su autobiografía Papi. Otra apuesta podría ser la ciencia ficción, como espejo donde mirarse para plantear una visión mucho más abierta a las opciones de unión matrimonial así que hemos recuperado el relato Memoria de Teresa P. Mira de Echeverría como un ejemplo un poco más sangriento.
Pero volvamos a la realidad del matrimonio canónico. Echamos la vista atrás y repasamos las performances de la artista brasileña Beth Moysés bajo el título “Memoria del afecto” que se han desarrollado desde el año 2000 en diversas ciudades del mundo (también en el Estado español en Madrid, Palma o Cáceres) con la participación de supervivientes de violencia de género ataviadas con sus vestidos de novia. Un ejercicio catártico que se debe entender en el contexto denominativo de “violencia doméstica” o “violencia intramatrimonial” de las fechas de la primera performance.
Se nos quedan muchos temas en el tintero: el matrimonio igualitario y las diferencias con el matrimonio heterosexual pero contamos con un testimonio que nos acerca a otra intersección entre esta institución y nuestros activismos: las denominadas “bodas por papeles”, un acto de subversión al sistema que, como nos cuenta Marta, nuestra entrevistada, fue un auténtico acto de amor pero eso sí, no de asfixiante y capitalista amor romántico.
Playlist
Las Odio-Blackout
Linda Ronstadt-You’re no good
Lydia Lunch & Rowland S. Howard – Burning Skulls
Lady Gaga-Marry the night
La Bien Querida-Arenas movedizas
The Turtles-Happy together
Violeta Parra-Casamiento de negros
Artículos relacionados, vídeos y demás material para ampliar tu curiosidad en nuestro storify