El señor de Forocoches que vive en mi cerebro

El señor de Forocoches que vive en mi cerebro

Algunos espacios de opinión online son caldo de cultivo para los machis. En un solo click y de forma anónima, cualquier persona puede impactar sobre tu autoestima y lesionar tu imagen pública.

02/06/2017

Estriada

Un hombre vestido en traje apunta al objetivo con un plátano
No sé si es posible ser heterosexual sin sufrir. A ver, todas las personas sufrimos en nuestras relaciones igual que disfrutamos, sin embargo me parece que el sufrir es casi algo que va de la mano de la heterosexualidad. Personalmente, no sé relajarme, evadirme como me gustaría. ¿No sé o no me dejan? Hay una barrera en mis relaciones sexo-afectivas con los hombres cis con los que he estado o puedo estar o estaré en algún momento. Intento buscarme en todo esto y encontrar mi sitio y sobre todo huir del sufrimiento sin necesidad alguna.

Hace un año sufrí un ataque por parte de los señores de Forocoches. Una amiga me dijo que un señor de Forocohes vive en mi cerebro desde entonces, haciéndome la existencia un poco más difícil. Me pareció algo que describe mi situación perfectamente. Que conste que tras un año de absoluta mierda conmigo misma me siento más fuerte. Pero a veces viene ese señor con su voz de macho alfa a posarse sobre mis ideas. Es un rollo. Para que negarlo.

Hace años decidí que yo con mi vida hacía lo que me daba la gana. Quería a mi manera, practicaba sexo a mi manera. Alejaba las ideas que nos han inculcado gracias al patriarcado: “eres una puta”, “una mujer no tiene que ser una facilona”, “si follas en la primera cita, no te haces respetar”, “el sexo sin amor muestra falta de autoestima”, “las mujeres gordas follan por desesperación”, “quien se folla a una gorda es porque no tiene nada mejor que hacer”, “quien folla con gente fea es porque todo le sirve”, etc.

Me gustaba quien me daba la gana. Me daba igual si era más o menos guapo. Era mi elección. Y punto. Ligaba si me daba la gana. ¿Por qué no voy a poder gustarle a nadie? ¿Por qué no poder tener sexo desde el respeto aunque al día siguiente decidamos tomar caminos diferentes? ¿Qué pasa por ser gorda? ¿Acaso la gente gorda tiene que vivir en una burbuja encerrada? ¿Acaso el atractivo físico solo es uno? ¿Acaso nada más influye en el deseo? Me revelaba contra el prejuicio y contra las ideas establecidas.

Con el paso del tiempo y al tomar conciencia feminista fui dándome cuenta de todas las trampas del heteropatriarcado. De todas las frases relacionadas con mi peso de hombres que apreciaba, de los comportamientos de hombres cercanos hacia mí, hacia otras mujeres o hacia mí misma, de lo difícil que es construir una alternativa al modelo de relaciones heteronormativas que tenemos, fui dándome cuenta de cómo me objetivaban y de toda la gordofobia, los prejuicios, la presión sobre la pareja y sobre la belleza, la presión sobre el sexo y el amor, las conversaciones entre hombres, los mensajes que esos hombres se mandan hablando de nosotras. Y entonces llegó el hilo de Forocoches con mis fotos.

“Una gorda que no sirve para nada, que no puede ser vegetariana con ese peso”, “una gorda fea que no puede aspirar a un buen hombre porque ella no es ni un uno de tía”. Mis fotos corrieron por grupos de Whatsapp de hombres. Fui una de esas mujeres a las que insultar por no ser delgada, de llamar de todo solo por una foto y por una descripción en una página web donde dejaba claro mis ideales, mis valores. Una mujer no normativa no puede tener de eso. Una mujer no normativa se merece la agresión y no puede quejarse al respecto.

En realidad, previamente a Forocoches, o en paralelo a este hecho, viví otras experiencias que me han dejado traumatizada por injustas. Desde hombres en quienes confiaba obligándome a tener sexo –que yo no quería tener– o directamente haciéndome cosas sin mi consentimiento, pasando por hombres en discotecas burlándose de mis amigas y de mí, hombres a los que yo quería aprovechándose de mi estima y plantando su egoísmo en el salón de mi casa, hasta hombres tratándome de loca y contando mis miserias para desprestigiar mis argumentos sobre cualquier tema. A eso sumé las muertas, las violadas, las deprimidas, las precarias, las mujeres con trastornos de alimentación, etc.

Este mundo masculino/cis me asfixió. Y me encerré en mí misma. O me hice un poco como ellos. No lo sé. El caso es que si un hombre cis me hablaba, automáticamente pensaba: “se está burlando de mí y si no, se burlará de otras amigas”, “seguro que piensa que soy una gorda pero que al menos podrá follar con alguien”, “¿habrá visto mi foto en Forocoches?, ¿será capaz de hacer algo así?”. No hace falta decir que esto me impidió relacionarme con hombres en cualquier ámbito. No hace falta decir que no podía tener sexo porque mi mente no me lo permitía. Por un lado sentía que hacía lo correcto, estar alerta, ver el asco de esta sociedad machista y rechazarlo. Por otro, mi mente me negaba confiar en mis posibilidades o en las de los demás. ¿Cómo hacer algo diferente si crees que el resto del mundo no lo entenderá y seguirá machacándote?

Actualmente soy muy crítica con nuestras relaciones heteronormativas y me siguen repateando los comportamientos machistas. Veo poco factible en esta sociedad poder tener relaciones sanas de manera fácil, y menos aún con hombres cis (¿cómo se puede amar a quien te oprime?, ¿quien te oprime puede dejar de hacerlo y amarte libremente?, ¿cómo liberarme sexualmente si quien tengo delante solo piensa en aprovecharse de ello?, ¿se está liberando sexualmente quien tengo delante o solo ampliando el alcance de la opresión que ejerce?), no digo que sea imposible pero sí bastante excepcional.

Necesitamos un referente heterodisidente (quienes todavía vamos por la vida de heterosexuales a esperas de quitarnos de encima este etiquetaje) para romper con la masculinidad tóxica, con el amor romántico, con el sometimiento emocional de las mujeres y el control emocional de los hombres, para romper con la gordofobia y la presión estética y un largo etcétera.

Llevo tiempo escribiendo sobre ello. Quién sabe si algún día saco algo en claro.

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