El DSM-VI incluirá el feminismo como un tipo específico de psicosis
Hay una enfermedad que se extiende como la pólvora por las calles del estado. Los profesionales ponen a la sociedad en estado de alerta. Se trata del Trastorno Psicótico Feminista de la Chuminidad.
En los últimos años se ha registrado un pico espectacular en el diagnóstico de una psicosis específica que afecta exclusivamente a mujeres.
En vista de la complejidad del trastorno, el DSM-VI (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, principal referente en diagnóstico psiquiátrico) ha creado una categoría propia para trasladar al manual, lo que ya se escuchaba en las calles como “Locura del Coño”. Tras dudar entre algunos términos como feminazismo o histerismo finalmente han optado por Trastorno Psicótico Feminista de la Chuminidad.
La enfermedad incluye delirios del tipo: “los hombres me miran de arriba a abajo, hablan de mi cuerpo, me persiguen cuando voy sola, me silban por la calle…”. La última paciente registrada fue atendida por una ambulancia e ingresada en el servicio de Agudos tras la llamada del señor que se vio involucrado en el delirio. Parece ser que la enferma se dio la vuelta y le preguntó qué estaba mirando y quién se creía que era para silbarle. Ante este deplorable espectáculo el señor llamó a la ambulancia para salvaguardar la salud de la enferma, así como la decencia y el decoro de este país. El juez del Supremo, sucesor de Antonio Salas, ha decretado que pese a la manifiesta locura de la infractora, el señor debe ser indemnizado por las calumnias vertidas sobre su persona.
Otros síntomas son las alucinaciones visuales, táctiles y auditivas. Una de las pacientes relata que veía micromachismos por todas partes: en el baño de mujeres estaba el cambiador de bebés, iba con su pareja al restaurante y siempre le ofrecían a él catar el vino, en su trabajo le habían preguntado sobre sus planes de maternidad… Otra refiere que repetidamente sentía que le tocaban el trasero cuando entraba en una discoteca o iba en el metro. Además, son varias las que han escuchado voces en su cabeza diciéndoles: “esto es cosa del heteropatriarcado”.
Los historiadores informan de la existencia de esta enfermedad desde antes de la Edad Media. Sin embargo, consiguió erradicarse parcialmente a través de sofisticados tratamientos que incluían la quema en una pira.
Los psiquiatras dudan sobre el disbalance de neurotransmisores; no tienen claro si corresponde a la serotonina o la dopamina. Finalmente, han descubierto que procede de la Chumina, un neurotransmisor sintetizado exclusivamente en el sexo femenino. Los estudios de neuroimagen detectan un aumento de la captación en el núcleo paraventricular de la corteza histerical (encargado de la síntesis de este nuevo neurotransmisor que da nombre al trastorno).
“La existencia de esta categoría en el DSM es un enorme avance en el campo de la Psiquiatría. Antes, cuando nos llegaba una mujer que presentaba síntomas claros, teníamos que darle el alta. La categoría diagnóstica no aparecía en ningún manual ni teníamos pruebas de imagen para detectar la enfermedad. Ahora la salud de las mujeres y la sociedad está a salvo” declara el presidente de la Asociación Españolísima de Psiquiatría.
Respecto al tratamiento, se están barajando distintas opciones. El tradicional consiste en recetar “un buen polvo” a estas mujeres, lo que plantea problemas de accesibilidad y cumplimiento terapéutico.
Otra opción, dada la magnitud del problema desde la Salud Pública, es fumigar las ciudades con haloperidol. Aunque este potente antipsicótico ofrece resultados prometedores, la población masculina debería abstenerse de salir a la calle durante dos días; con la población femenina inhalando el fármaco en las calles, los expertos dudan de la supervivencia masculina en el hogar. Nuevas líneas de investigación serán llevadas a cabo para encontrar una solución.
Para terminar, es importante destacar que reconocidos intelectuales del panorama español ya habían predicho esta situación. Bertín Osborne ha declarado que él ya llevaba tiempo alertando sobre la existencia de esta enfermedad: “Alguien que me censura por hacer chistes de mariquitas y decir que sólo las mujeres saben cocinar no puede estar en sus cabales”. Por otro lado, el Alcalde de Alcorcón se alegra de que esas feministas “frustradas, amargadas, rabiosas y fracasadas como personas” puedan conseguir un tratamiento que les permita hacer vida normal y plancharle los calzoncillos a sus maridos.