El 1-O, en el objetivo de un visitante
El fotógrafo Santiago Sepúlveda ha retratado el 1-O y los días previos. Su mirada, la de un visitante, ha destacado "el sentido de apoyo colectivo, con humor, pacifismo y voluntad".
Proyecto fotográfico de Santiago Sepúlveda
Lo que he visto me ha dejado sorprendido. Veo, desde una distancia cultural e histórica, algo que nunca había imaginado posible: una independencia llegando tan lejos sin la necesidad de cargar la guerra en su bandera. Más allá de la coyuntura, de la violencia y la política (siempre distante y envuelta en un aura de formalidad), me sorprende la capacidad de actuar de manera colectiva, pacífica y con semejante efectividad.
Las fotos de esta serie son la consecuencia de una búsqueda de sentido a lo que está pasando; y la verdad es que, más allá de las imágenes de violencia, es esta fuerza del colectivo lo que me parece más valioso y útil en el largo plazo. No me atrevo a juzgar posiciones para evitar la arrogancia de una opinión paracaidista, pero sí comparto que, de lo que ha pasado hasta ahora, lo que vale es este sentido de apoyo colectivo, con humor, pacifismo y voluntad.
Como colombiano, además, vivo en un país desangrado por una guerra que viene desde nuestra independencia, hace 200 años (sin mencionar que ya llevábamos otros 300 más, invadidos y subyugados por España). Son 200 años donde construimos nuestra propia forma de país, pero vale aprender que la estrategia de las armas que nos dio la libertad ha tardado hasta hoy para ser reemplazada por los argumentos. Lo que he visto estas semanas es una expresión de valentía y pacifismo que espero que no se diluyan, y que la rabia que se quiere inducir a través de la violencia no se cuele entre sus motivos para actuar.