N.J. Brau.
Querida Rebeca y demás compas feministas.
El siguiente es un artículo respuesta a la lectura sobre el personaje de Hela en la película Thor Ragnarok redactado por Rebeca Gracia Lara atendiendo a qué relato se hace del personaje y sus actos.
Querida Rebeca y demás compas feministas que babean al ver a Hela, tal como yo. Debo contestaros que sí pero no.
He ido dos veces al cine a ver Thor Ragnarok. Es raro en mí que quiera repetir peli en el cine, pero el personaje me hechizó del todo. Miraba ojiplática a la pantalla como no lo hacía desde que a los 12 añitos puse cara y cuerpo a mis adoradxs protas de Harry Potter.
De hecho, la primera vez que fui a verla con un amigo que, tanto que me, se giraba y me sonreía cada vez que la maravillosa Hela alardeaba de su personalidad. Sabía que me encantaba lo que veía.
Sin embargo, vengo a advertir que no, no todo el mundo ve la misma película. Prueba de ello es la otra lectura agridulce con la que yo finalicé: la historia trata de explicarnos que los hombres, ‘noblotes y buenos de corazón’, aunque de vez en cuando sean tan brutos y borregos como para destrozarse a manotazos, matar a sus amigos hasta la muerte en un despiste o cualquier otra atrocidad; son los grandes héroes.
Mientras, (alerta spoilerazo) las mujeres somos unas pobres resentidas, rencorosas y retorcidas. Algunas salvables, como la pobre Valkiria dada a la bebida desde la pérdida en la batalla. Salvables si un buen, noble y valiente caballero las hace volver al camino del bien… como lo hace Thor.
Otras, simplemente, demonios, auténticos súcubos retorcidos que solo disfrutan con la destrucción. Esa es Hela: un ser sin cabida en un mundo de finales felices que Marvel quiere hacernos creer.
De hecho, ¿alguien más se ha dado cuenta de ‘esos otros hombres’ de a película? Mientras Hulk, Thor y Taika son unos noblotes, los pobres sólo generan daños no buscados que debemos admitir, porque lo hacen con toda su buena fe… también hay hombres peligrosos.
Son hombres más estrechos de espalda, incluso, que prestan más atención a su estética, alguno hasta baila; como Loki o el Gran Maestro.
Sí, compas, esta peli es toda una lección patriarcal de cómo se debe ser si se quiere triunfar: hombre de bien o, en su defecto, su seguidora leal. No habrá lugar para maricas malas y mujeres orgullosas de su ser. No en el universo Marvel.
Así, ahogada en patriarcado pero disfrazada de clásica historia de buenos y villanos, Marvel nos recuerda las máximas de esta sociedad. Nos vuelve a meter en esa batalla de dualismos donde las mujeres, la oscuridad y la muerte no tienen cabida; porque sólo pueden ser oposición a lo divino y lo digno de admiración.
Seguiré viendo la peli con amigxs menos concienciadxs con el feminismo para seguir haciendo la prueba (y seguir disfrutando del personaje de Hela, ¡cómo no!) pero os aseguro que por más que repita seguiré siendo la única de las dos personas espectadoras a quien se le atragante la historia. Tal como ya me ha pasado en la experiencia de repetir el visionado con un colega menos concienciado que el primero.
Seguiré siendo la única que tenga verdaderas ganas de llorar ante la aceptación de que Odín simplemente cambió de tercio, descubrió la bondad y eso era coherente y debía ser admirado y aplaudido por ello mientras culpaba a su propia hija de males generados por ambos. La única a la que la misoginia que impera y se traslada a toda persona no concienciada en feminismo de forma sibilina e indirecta.
Adoro el personaje. Detesto el desarrollo de los acontecimientos y el final.
No es más que una oda más a las malas mujeres, impuras todas ellas, que nunca aprenden de sus pecados. No una alegoría aplaudiéndolas como mujeres empoderadas y rebeldes, sino un relato de su peligrosidad y de cómo deben ser perseguidas y extinguidas. En pos de nada más y nada menos que el mismísimo Asgard; el pueblo.
Thor Ragnarok no es para nada una reflexión sobre la necesidad de ‘la cara B de la vida’ (la muerte, la feminidad…) sino una directa condena de la misma.