Cortometraje Nuestra calle. De autodeterminación y sororidad
Clara Santaolaya
Nuestra calle responde a la necesidad de contar una historia de mujeres, sobre mujeres. Una historia que narre cómo seguimos luchando, día a día, para encontrar nuestra propia autodeterminación.
Llevo años trabajando en el audiovisual y paralelamente, intentando deconstruir mi patriarcalidad. De un tiempo a esta […]
Clara Santaolaya
Nuestra calle responde a la necesidad de contar una historia de mujeres, sobre mujeres. Una historia que narre cómo seguimos luchando, día a día, para encontrar nuestra propia autodeterminación.
Llevo años trabajando en el audiovisual y paralelamente, intentando deconstruir mi patriarcalidad. De un tiempo a esta parte, poco a poco, he ido poniéndome las gafas moradas e intentando cambiar. Transformándome a mí, en primer lugar, e intentando transformar mi entorno después; mis opiniones, mis relaciones, mi manera de estar en el mundo. Ni que decir tiene, que no ha sido sencillo, ni para mí, ni para ninguna de vosotras, que estáis leyendo esto.
Todas nosotras, nos esforzamos cada día por vivir de una forma más coherente a nuestra manera de ver el mundo, pero es bastante difícil, es más, es jodidamente difícil. Y no porque todas suframos agresiones visibles y brutales, esas que antes se tenían por las únicas agresiones posibles: malos tratos, violaciones, ablaciones, matrimonios concertados (sí, la cúspide de la pirámide del machismo). No, yo no he vivido, en parte por suerte y en parte por mis privilegios, ninguna de esas situaciones.
CROWFOUNDING CORTOMETRAJE NUESTRA CALLE from Clara Santaolaya on Vimeo.
Sin embargo, mi vida, la vida de mis amigas, de mi hermana, la vida de todas, se ve comprometida, violentada y condicionada por un montón de agresiones más pequeñitas, que no por ello dejan de ser importantes, pero que antes me resultaban más difíciles de ver y de enfrentar.
Hay veces en las que esas agresiones más “pequeñas” (sí, la base de la pirámide del machismo) se nos pasan desapercibidas por múltiples razones: la normalización social, la presión de nuestro entorno, el miedo, la culpa, la pereza o nuestra propia interiorización de la situación nos impiden, no solo enfrentarnos a estas opresiones cotidianas, sino a veces siquiera identificarlas.
Y justo de esto trata mi proyecto, de una pequeña revolución cotidiana que se extiende como un virus entre las mujeres de su calle y que las hará cambiar a todas.
He visto muchas películas que narran las terribles agresiones de la cúspide de la pirámide, y todas son completamente pertinentes y necesarias. Sin embargo, mi película se centra en visibilizar esas otras agresiones, más frecuentes, más de andar por casa, pero que nos lastran y nos impiden, a unos y a otras, avanzar hacia una igualdad real, consciente y efectiva.
Este proyecto no narra grandes gestas revolucionarias, este proyecto va de abrir los ojos y gritar BASTA🖕, de cuatro mujeres que con ayuda de las demás, se enfrentan a las realidades que otros habían elegido para ellas. Y así, cada una a su manera, logran encontrar su propia voz, su autoafirmación, y finalmente, hacer suya la calle.
Hay pequeños retos que a veces cuesta conquistar; decirle a tu pareja que se calle un segundo y te escuche, porque eres tu prioridad en ese momento. Plantar cara a un grupo de chicos que se creen con derecho a decirte cualquier cosa por la calle. Enfrentarte a tus hijos para defender tus necesidades como individuo, más allá de la maternidad y la feminidad.
A todas estas situaciones se enfrentan mis personajes y la mayoría de las mujeres que conozco. Pero el avance cuesta y hace falta ofrecer alternativas, puntos de vista diversos que, en definitiva, permitan a la gente replantearse sus propias convicciones. La sororidad, la empatía y la ayuda constante de otras mujeres me parece un mensaje digno de ser transmitido y compartido.
Además, como joven realizadora que ha crecido en una industria con un 7% de películas dirigidas por mujeres, me siento orgullosa de que este proyecto pertenezca a una larga línea de películas que narran la lucha de las mujeres por conquistar sus propios espacios, por encontrar la fuerza necesaria para elegir y recorrer sus caminos, y en muchos casos, defenderlo de la constante agresión que sus entornos ejercen sobre ellas.
Las mujeres de Nuestra Calle plantan sillas en su calle como quien planta una bandera, y creo que eso es uno de los puntos más importantes que intento transmitir con mi guion. Recuperar la calle con espacio propio, como espacio nuestro, para reivindicar, para conocer, para debatir, para luchar y para ser felices.
Por eso, hemos creído que una campaña de crowdfunding para encontrar los fondos necesarios para afrontar la producción era posible. Porque hay muchas mujeres que, como nosotras, quieren gritar basta, que quieren dejar de sentir la calle como ajena, que quieren ver proyectos que hablen de ellas y dónde ellas hablen, y que quizá, algunas de estas mujeres y algunos de nuestros compañeros cómplices quisieran aportar su granito de arena para conseguirlo.
¡Nosotras, desde luego, vamos a seguir luchando!
¡¡¡LA CALLE ES NUESTRA!!!
VERKAMI https://www.verkami.com/projects/20511-nuestra-callehttps://
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