Denunciar lo ocurrido la mañana del 8 de Marzo
Colectivo Móstoles Feminista
Desde Móstoles Feminista queremos denunciar lo ocurrido la mañana del 8 de marzo, durante el desarrollo del acto institucional del Ayuntamiento de Móstoles al cual se nos había invitado la tarde anterior mediante una llamada telefónica por parte del personal del área de Igualdad del […]
Colectivo Móstoles Feminista
Desde Móstoles Feminista queremos denunciar lo ocurrido la mañana del 8 de marzo, durante el desarrollo del acto institucional del Ayuntamiento de Móstoles al cual se nos había invitado la tarde anterior mediante una llamada telefónica por parte del personal del área de Igualdad del consistorio a leer nuestro manifiesto, tras saltarse el orden acordado, se nos restringió el sonido del micrófono cuando nuestra representante se disponía a leerlo.
Habíamos convocado un primer punto de encuentro a las 11.00 en el Hospital de Móstoles para partir en marcha hacia la plaza del Ayuntamiento. Salimos juntas un montón de mujeres con ganas de expresar nuestro hartazgo, nuestra fuerza y nuestras reivindicaciones.
Llegamos a la plaza del Ayuntamiento donde se dio paso al acto institucional. Nuestra compañera, que permaneció en el lugar en que se estaban leyendo los distintos escritos a pesar del incumplimiento del orden previsto, se disponía a leer el manifiesto del colectivo. El equipo de sonido fue apagado. Todas empezamos a gritar “Censura” y “La ley mordaza la tenemos en casa”. A raíz de ese revuelo, ante la postura impasible de la mayoría de miembros del gobierno tripartito y la oposición, no sabemos por mediación de quién, se nos proporcionó un micrófono que funcionaba, tras haber intentado sin resultados hacernos oír con un megáfono y, finalmente pudimos leer nuestro manifiesto.
No obstante una situación como esta nos produjo perplejidad, indignación e impotencia: silenciar un micrófono con el único objetivo de que no se escuchen las palabras de las demás es, en sí, contradictorio con los principios del feminismo, en este caso, intentando invisibilizar el único colectivo de esta ciudad que ha participado activamente en la preparación de la huelga.
Nuestra reflexión es que, tras tantos años de lucha, no sólo prevalecen, sino que se perpetúan los gobiernos municipales heteropatriarcales.
En otros tiempos, con el PP, nos mandaban a la policía en nuestras performances, nos recortaban paulatinamente los recursos para promover la igualdad y erradicar la violencia machista, recortaban en servicios sociales, con la correspondiente repercusión que eso tenía especialmente en la mitad de la población, nos silenciaban, nos invisibilizaban, no nos permitían participar en los consejos sectoriales ni ocupar los espacios públicos para llevar a cabo nuestro trabajo.
Ahora nos encontramos con un gobierno municipal que no ha sabido cambiar absolutamente nada en lo referido ni a la igualdad ni a la transversalidad de la Concejalía y que no demuestra estar a la altura de las circunstancias. El presupuesto dedicado a igualdad y erradicación de violencia de género sigue siendo ridículo e insuficiente, los consejos sectoriales son lugares escaparate totalmente vacíos de contenido en los que se obvia la opinión o las propuestas de nuestro colectivo, y lo que es peor, también de cualquier intención de cambiar esta situación, se nos ceden los espacios públicos a cambio de colocar en nuestros carteles de difusión el sello del ayuntamiento aunque todo el trabajo y los recursos los hayamos aportado sólo nosotras y se nos dice que debemos alegrarnos porque esto antes de 2015 no pasaba.
La supuesta paridad, que parecían garantizar las listas cremalleras, está montada de cara a la galería, pues aunque en los plenos del ayuntamiento, donde aparecen las caras visibles del consistorio, puede parecer que hay un cierto equilibrio, se continúa utilizando esa herramienta perversa, que es la contratación mayoritaria de hombres para los puestos destinados a la toma de decisiones, cargos de confianza, asesores etc. Esto ocurre independientemente del partido político al que hagamos referencia.
Como, además de todo lo expuesto, no asumimos que los actos que se convocan con recursos públicos con motivo del Día de la mujer vuelvan a infantilizarnos, ridiculizarnos, en definitiva a reproducir el sexismo que da lugar a los estereotipos que justifican las múltiples violencias que sufrimos, resulta que no somos funcionales a sus objetivos. Somos consideradas peligrosas y amordazadas en los actos públicos.
Perversidad heteropatriarcal, ayer y hoy con nosotras y con todas las mujeres del municipio, especialmente con quienes son desahuciadas, necesitan servicios sociales, viven en zonas de infravivienda, son diversas en cuanto al género o a la funcionalidad, luchan contra la injusticia y se les ignora y ridiculiza, cuidan en el desempeño de esa obligación social que tienen esas instituciones que introducen empresas que las explotan y se enriquecen a costa de su precariedad. No lo decimos nosotras, aunque somos parte, preguntad a muchas de las demás y os lo dirán.
Dicen que todo ha cambiado pero las mujeres seguimos sufriendo toda esa violencia institucional. Los nuevos gobiernos nos proponían cambios en sus programas y todavía no hemos vivido ninguno de ellos. Continuamos en la lucha contra la violencia institucional.