¿Soy mala feminista si aceptara la ovodonación?
Mariposa en la espiral
Necesito contar, contarles y preguntarles, escuchar y leer, qué opináis compañeras.
Sólo tengo como opción la ovodonación, si quiero quedarme embarazada.
Me siento agradecida de tener la posibilidad de ello gracias a “la ciencia” pero sobretodo, a que una mujer se sometería a un proceso difícil para […]
Mariposa en la espiral
Necesito contar, contarles y preguntarles, escuchar y leer, qué opináis compañeras.
Sólo tengo como opción la ovodonación, si quiero quedarme embarazada.
Me siento agradecida de tener la posibilidad de ello gracias a “la ciencia” pero sobretodo, a que una mujer se sometería a un proceso difícil para que yo tuviera acceso a unos óvulos sanos, y esto me hace sentir que me aprovecho de otra mujer para dar respuesta “a mi deseo”.
Un deseo que no dudo en ningún momento que es fruto de un modo de subjetivación particular que me ha estructurado como mujer, y que a la vez me hace sentir egoísta y caprichosa al no aceptar mi condición biológica de imposibilidad de generar óvulos sanos.
No sé qué hacer.
A veces escribo en los foros sobre el tema de la ovodonación, porque me sorprende que las dudas acerca de emprender este proceso nunca estén relacionadas con los efectos e implicaciones para las mujeres donantes, sino por preocupaciones relacionadas con la vivencia y experiencia de maternidad de mujeres receptoras: “¿Qué pasará cuando no se parezca a mí? ¿Lo querré igual? ¿Y mi carga genética?”.
Quizá porque estamos en proceso de adopción porque siempre me he sentido vinculada al sentido de maternidad como un acompañar vida, acompañarnos en la vida, y en ese sentido, maternidad como una especie de colaboración mutua hacia la felicidad donde acompañar a otros y otras que no han podido disfrutar de su familia biológica, pero que puedan crecer con una familia que les adore, me parece una experiencia preciosa de la vida.
Sin embargo, por el hecho de poder dar respuesta a esa necesidad personal, y egoísta, de experimentar la maternidad biológica, me gustaría aceptar la ovodonación, pero una resistencia ideológica se interpone: “¿Me estoy aprovechando de otra mujer? ¿Dejaré de ser feminista?”