Condones femeninos: ¿por qué no se promocionan?
Una ruta por farmacias de Barcelona demuestra la escasa oferta y visibilidad de este método anticonceptivo que protege eficazmente de las infecciones de transmisión sexual. ¿Contribuiría su popularización a cambiar los tediosos tira y afloja por el uso del preservativo en las relaciones heterosexuales?
Berta acaba de empezar una relación, sus expectativas son altas y según lo que ella cuenta, lo que más le atrae del hombre con el que está saliendo es que usa preservativo por iniciativa propia; siempre le ha resultado desgastante al momento de tener una relación sexual recordarle a su pareja que se ponga el preservativo, la han acusado de “arruinar el momento”, seguida de excusas com: “no se siente igual”. Esta es una situación bastante recurrente en su círculo de amigas que mantienen relaciones heterosexuales; juntas reflexionan sobre si las parejas que han tenido se piensan inmunes a las infecciones de transmisión sexual.
A raíz de esta conversación me cuestiono por qué no recuerdo haber visto condones femeninos exhibidos en las farmacias o supermercados, ¿cuán diferente sería si las mujeres nos pusiéramos el condón antes de la relación sexual? Decido ir a los diferentes posibles lugares en Barcelona donde los vendan a comprobar si mi memoria es frágil y me encuentro con que no estoy equivocada.
La primera farmacia que visito está en Sants Estació, pregunto por condones femeninos y el hombre que me atiende me mira extrañado, me dice: “Ahora te miro si hay”. Mientras revisa el inventario en el computador observo que hay dos unidades, le pregunto por qué no los tiene exhibidos al igual que los condones masculinos y me indica que porque le llegan pocas unidades. Ahora sólo le queda una caja, puesto que he comprado una que me ha costado 10 euros y vienen 3 unidades. ¿Por qué llegan pocas unidades? ¿Si estuviesen exhibidos eso promocionaría su compra? Según los principios del branding sí, el ver el producto motiva la compra.
Pero este no es un análisis sobre cómo vender más condones femeninos, esto se trata de visibilizar en qué situaciones no se dan condiciones de igualdad, con el ánimo de pensar de qué forma se puede cambiar y, por supuesto, eso no se desliga de las estrategias publicitarias que este producto tenga. Considero que resulta más interesante empezar por los detalles, para subvertir las estructuras que sobreponen la capacidad de elección que tienen unas personas sobre otras.
Si la comunicación se cambiara en términos publicitarios, si los mensajes de cómo protegerte sexualmente se dirigieran también a las mujeres, es decir, si se les hablara también a ella en un comercial de televisión, ¿cuánto cambiarían las cifras de personas que contraen infecciones de transmisión sexual? Además, se superaría esa tediosa conversación maternal de exigirle a tu pareja que se ponga el preservativo o, igual de peor, rogar por ello.
La segunda farmacia que visito queda en la calle Calabria, no tienen condones femeninos, pero me ofrecen una caja de condones masculinos donde vienen 12 unidades a un precio de 9.95 euros. La diferencia es más del triple por costo unitario versus la primera farmacia. ¡Brutal!
En una de las farmacias de Las Ramblas, me indican que tampoco tienen, le pido que me aclare si es que se le han acabado o no los venden, me contesta que no venden, pero que existen. En esa misma Rambla, junto al Museo Erótico, no los tienen exhibidos, pero sí los venden, la misma caja de 3 unidades que en la primera farmacia visitada costó 10 euros, en esta cuesta 6.25 euros, sigue habiendo una diferencia de más del doble en costo unitario.
Continúo visitando farmacias, en otras zonas de la ciudad, de forma aleatoria, lugares como El Born, Gracia, Sant Andreu, Joanic, por los cuales he tenido que transitar por temas varios; hago un total de 13 visitas. Las respuestas van desde: “No los conozco”, “No vendemos”, “Uff, ¡eso ya no nos llega!”, hasta encontrarme que una me ofrece a cambio el anillo anticonceptivo. Esta sugerencia me sorprende puesto que el anillo no protege contra las infecciones de transmisión sexual a diferencia del condón femenino, que sí lo hace y que tiene una efectividad del 98%.
Pareciera que el tema del control de las denomimadas enfermedades venéreas pasa a segundo plano. La falta de educación sexual o de una educación sexual adecuada hace que la preocupación se centre en controlar sólo la concepción como responsabilidad absoluta de la mujer, a través del uso de anticonceptivos hormonales, que influyen entre otras cosas en nuestros estados de ánimo (como por ejemplo la píldora). En vez de promocionar el condón desechable femenino, se prefiere dar paso a métodos hormonales dirigidos a mujeres, esto da lugar a que los hombres no usen condón ni como método de anticoncepción.
Última farmacia visitada en el Carrer de Valencia, tenían exhibida una sola caja con una unidad, atrás de los condones masculinos, precio unitario 2,30. De las farmacias visitadas en total, el 77% no venden condones femeninos.
Por otro lado, las críticas hacia la estética del condón femenino resultan bastante retrógradas sobre todo si su uso no es masivo, como primeras hipótesis quizás se deba a su poca exhibición y a su costo. Además de que cuando se normaliza algo, en este caso el condón masculino, la estética se deja de cuestionar y si esa fuese una razón suficiente para no usarlo, ¿dónde están los recursos destinados a la investigación para la mejora de su apariencia? Cediendo por supuesto a la opinión de que su forma no es agradable.
Ingresé a la página de la única marca de condones femeninos que se comercializa en Barcelona, al menos en los sitios que visité. Al final de la misma hay un video instructivo animado sobre cómo usarlos, idóneo para empezar a relacionarnos con quien debería ser nuestro mejor sexcompi. Aquí hay otro link en inglés dónde usan un condón real para ejemplificar la forma de ponértelo.
¿Por qué no se comercializan los condones femeninos de parte de sus fabricantes? Y al comercializarse me refiero a diseñarle también una campaña publicitaria que le hable de forma frontal a las mujeres que tienen sexo con hombres, haciéndolas responsables de usar métodos no sólo de anticoncepción sino que comprometen directamente su salud sexual.
Les consulté vía correo a la única marca de condones femeninos que encontré en las farmacias de la ciudad, el motivo por el cual este método anticonceptivo no estaba exhibido en las farmacias de Barcelona, y me contestaron lo siguiente: “Desafortunadamente, aunque nos complace ver que usted aprecia el producto, no muchas mujeres en España, ni en Europa en este caso, conocen el condón femenino, por lo que no muchas unidades se venden anualmente en España. Sin embargo, estamos buscando cambiar esto y esperamos que se conozca mucho mejor en un par de años, aumentando así la disponibilidad”.
Queda entonces exigir a las compañías que comercializan estos condones una mayor promoción de los mismos, que inviertan en comerciales, que exhiban sus productos en las diferentes farmacias y por supuesto que equiparen los precios y por qué no, que el Estado los reparta de manera gratuita como hace con los condones masculinos. Esto no nos beneficiaría sólo a nosotras, ¿acaso los hombres heterosexuales y bisexuales no se ahorrarían también unos cuantos euros a favor de grandes beneficios?