Un Orgullo menos ‘suyo’, un Orgullo más ‘nuestro’
Imagina un Orgullo LGTBI sin carrozas. Un Orgullo de a pie, menos suyo, más nuestro. Un Orgullo alejado de la imagen que todo el mundo tiene del Orgullo.
Esto es el Orgullo Crítico, una manifestación alternativa que nace como necesidad de las personas no normativas de tener una plataforma propia, más honesta y alejada del capitalismo y del pinkwashing tan presente en el Orgullo de siempre. Reconozco que estuve dudando mucho si asistir a uno u otro. Temía que el Orgullo del Sur, sin su parte crítica, dejara completamente de lado la protesta y se centrara sólo en la fiesta. Al mismo tiempo, temía que el Orgullo Crítico se pasara de reivindicativo —como si eso fuera posible— y obviara la parte festiva tan necesaria.
Como mujer trans mi día a día es una lucha constante por visibilidad, derechos y dignidad. ¿Nos vamos a negar el único día anual que tenemos para festejar que, pese a todo, seguimos vivas? Al final, tras mucho preguntar y mucho pensar, decidí plantarme en el primer Orgullo Crítico del Sur celebrado el 23 de junio en Sevilla. Y no me arrepentí.
Primeras impresiones
A primera vista, no aprecié gran diferencia entre uno y otro. Éramos, sin más, un grupo de gente diversa, de todas las edades y todas las estéticas, cubierta de todos los colores del arcoiris en forma de maquillaje y banderas. Lo mismo que vi el año anterior, en mi primera vez como fotógrafa en el Orgullo. La diferencia, sin embargo, estaba ahí. No había carrozas patrocinadas por discotecas, apps de ligoteo o páginas del sector. No había indeseables como los amigos de Ciudadanos, intentando ocultar su LGBTIfobia regalando baratijas de cartón. No estaba el PP, haciendo pinkwashing de sus nefastas políticas. El partido político más visible de todo el Orgullo Crítico fue Izquierda Unida, el principal propulsor del mismo como celebración del 40 aniversario de la primera manifestación por la libertad sexual de Andalucía.
Éramos personas. A pie, con pancartas, banderas y megáfonos. Regalándonos sonrisas y abrazos y selfies y fotos. Éramos mujeres, hombres y no binaries, trans y cis, lesbianas, gays y bisexuales, disfrutando y alardeando, por una vez, de nuestra diversidad.
Ni un sólo cántico, eslogan o frase fuera de lugar. Sin discriminaciones, sin recriminaciones. Simplemente, un grupo de personas felices por estar vivas, felices por poder alzar la voz y luchar por nuestros derechos.
Representación en la fiesta transmaricabollo
Ya en los Jardines del Valle inició la fiesta que todos estábamos esperando. Tras la charla de rigor de los representantes de la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA) y Ververipen, Rroms por la Diversidad, empezó la fiesta. Con la actuación de Platania, La Musa Ke Kema, Joss Free Soul, Flores para Tristian o V de Bragas, la noche tuvo un broche espectacular.
Allí tuve el placer y el honor de hablar con un caballero —del que no recuerdo el nombre— que afirmó haber estado en aquella primera manifestación andaluza por la libertad sexual y que aquí sigue estando. Porque todavía queda muchísimo por hacer, muchísimo por conseguir.
Por qué sigue haciendo falta el Orgullo LGTBI
Tras toda la manifestación, la fiesta y la celebración, recibí una mala noticia. Simone, la Musa Ke Kema, fue víctima de un ataque tránsfobo en la Alameda de Hércules, lugar del fin de fiesta de la cabalgata oficial.
TW VIOLENCIA/TRANSMISOGINIA
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Como sabréis, ayer tuvo lugar en Sevilla el Orgullo LGBTQ. Mi grupo de amigues y yo estábamos tomando algo tranquilamente en la Alameda cuando vimos acercarse a una de nuestras amigas (una chica trans) que había terminado de actuar.
— Cynthia Veneno (@missvenenno) June 24, 2018
Esto lo dice todo. Si ni en nuestros propios espacios, ni en nuestro día, estamos seguras, es que queda mucho por luchar. Muchísimo por conseguir. Mucho camino por recorrer.