Roller Derby: empoderamiento sobre ruedas
Este deporte por equipos creado y practicado por mujeres, se caracteriza por el asamblearismo, la autogestión, por promover la diversidad corporal y ser transinclusivo. Conocemos a las jugadoras del Barcelona Roller Derby, un equipo de referencia que no cuenta con apoyo institucional ni lo espera: “No somos lo que ellos quieren, somos mujeres fuertes, tatuadas que se dan de hostias”.
Fotos y texto: Miguel Velasco Almendral
El roller derby es un deporte por equipos originario de Estados Unidos, creado y practicado por mujeres (existen categorías masculinas pero fueron introducidas posteriormente). Una agrupación llamada WFTDA se encarga de coordinar a equipos de todo el mundo, por medio de representantes de los mismos. Dentro de las bases de esta agrupación encontramos la aceptación expresa de personas transgénero en la práctica de este deporte.
Los equipos se encuentran en un ranking europeo y ranking mundial, gestionado por la WFTDA, pero no existe el concepto de una liga nacional como tal; los distintos equipos juegan y el resultado afecta a la posición del ranking del equipo vencedor o perdedor. Para estar en la WFTDA tienes cumplir una serie de mínimos, en cuanto a nivel del equipo, número de partidos de determinado nivel y cumplir entre uno y dos años de aprendiz de WFTDA.
Ingles de Acero, el nombre de guerra de Barcelona Roller Derby, es un equipo consolidado de referencia en el Estado español por su profesionalidad y nivel; el primero en entrar en la WFTDA. La filosofía WFTDA y del roller derby es de una gestión y control de la liga por parte de las jugadoras a través del asamblearismo: ellas eligen a las capitanas, y entrenadoras.
Barcelona Roller Derby tiene dos categorías, A y B, además de las “fresh meat” (‘carne fresca’, patinadoras que quieren entrar en el equipo y algunos árbitros; ambas secciones son preparadas por las propias jugadoras). Su objetivo es jugar un partido al mes, alternando a las dos categorías para que puedan jugar participantes de ambas.
El periodo de “fresh meat” dura entre 3-4 meses en el que tienes que pasar unos requisitos mínimos de patinaje, un examen teórico y práctico relacionado con el aprendizaje del manual WFTDA para garantizar la seguridad de las jugadoras dominar el funcionamiento del juego y sus factores.
En un partido juegan 5 jugadoras por equipo siendo un total aproximado de 15 con suplentes. La finalidad es que la jammer —la encargada de marcar tantos y que se distingue por que porta una estrella en el casco— de una vuelta completa al óvalo de la pista. Según el número de jugadoras que supere, tendrá un punto por bloqueadora superada y dos puntos por superar a la jammer del equipo contrario.
Roller derby no sólo es un deporte, transgrede más allá y se caracteriza por su gestión asamblearia. Ingles de Acero es una estructura autogestionada 100%. La WFTDA facilita estrategias de financiación pero no asigna presupuesto.
En Barcelona Roller Derby no hay una entrenadora, hay un comité de entrenamientos, formado actualmente por cuatro o cinco personas. La mitad de los comités —coordinación, entrenamiento o capitanías— son votados y la otra mitad está formada por personas nombradas directamente, como el comité de comunicación.
Elle Visse, alias Elvis, es jugadora y además pertenece al comité de entrenadoras, realiza la labor de headcoach (a grosso modo entrenadora jefa). Considera el roller derby como algo en lo que, cuando empiezas, no puedes parar. Procede de París y lleva cinco años afincada en Barcelona. El roller derby ha potenciado su capacidad de decisión y su responsabilidad por el equipo. Destaca que es un deporte en el que confluyen personas de muchos ámbitos diferentes y esta mezcla posibilita el diálogo con quienes nunca te hubieras planteado socializar fuera de la pista. Es un deporte que rompe con la imagen estereotipada del canon de belleza femenino: da igual como sea tu cuerpo o tu físico, se trabaja en torno a cómo eres.
Elvis ha participado en distintos grupos feministas y de lucha por los derechos de las personas transgénero. Actualmente considera que el roller derby es su activismo. Está intentando crear un comité de inclusión y diversidad de personas en situación de exclusión social para ofrecerles apoyo por medio del deporte. El compromiso con el colectivo transgénero y queer de Barcelona Roller Derby es férreo.
Inés, alias Machete, lleva siete años practicando roller derby. Sus comienzos fueron en París, su lugar de origen, aunque proviene de una familia del norte de África. Luchadora incansable dentro y fuera de la pista, empezó en el Roller Derby desde cero, dentro de un grupo de chicas interesadas en este deporte que se pusieron en contacto para practicar; las más experimentadas enseñaban a las que querían iniciarse.
Entre los años 2012 y 2013 llegó a Barcelona, donde conoció a su compañera, que también practicaba roller. En su primera semana en la ciudad condal, tuvo la suerte de encontrar trabajo, piso y enamorarse. Machete y su compañera son madres de Leo, un pequeño de un año y medio, y afirma que la maternidad la ha reforzado. En un futuro, le gustaría crear una iniciativa destinada a familias que rompen con el modelo tradicional. La maternidad no es un condicionante en el roller derby a diferencia de otros deportes.
Machete considera que la gente tiene una imagen estereotipada del roller derby y no ven más allá de la imagen de chicas monas en patines. Pero es un deporte exigente, que necesita preparación física, cuidados, conseguir el máximo nivel. No es una tendencia ni una moda, es un estilo de vida. Machete es una guerrera que compagina familia, trabajo y varios entrenamientos a la semana, pero esto no sería posible sin el apoyo de su entorno y la corresponsabilidad de su compañera. Dice que el roller derby la ha fortalecido como mujer.
Loreto, alias Mad Mad Chica, procede de Chile. Para ella el roller derby es “chicas en patines y violencia, feminismo y ruedas”. Es un deporte en el que las mujeres se reafirman y fortalecen a través del grupo. Te empodera. Mad Mad Chica lleva desde el inicio en el equipo, al que entró sin saber patinar y lleva cuatro años jugando. Un ejemplo claro de superación, teniendo en cuenta que ha llegado al equipo A de Roller Derby Barcelona.
Participa en el comité de “freshis” o “fresh meat”, se encarga de las novatas y de las personas que llegan interesadas en la liga, de sus entrenamientos previos y de generar motivación para la cohesión del grupo. Habla de dos líneas en el roller derby: una parte más show y otra más deportiva. Mad Mad está en contra de la institucionalización del roller derby como un deporte más; lo considera un componente más del feminismo, que lo refuerza.
Barcelona Roller Derby forma a todas las personas que quieran participar de la estructura del equipo, no sólo jugadoras, por medio del aprendizaje para poder ser árbitro o realizar otras labores durante el partido. Hacen falta muchas manos para celebrar un partido: traslado de jugadoras, alquiler de pista, árbitros, asistentes, médicos…
Chica ve la situación nacional alentadora, considera que hay un aumento del nivel de los equipos existentes. Antes jugaban más fuera, seleccionan equipos buenos extranjeros para que jueguen en Barcelona y notan el creciente interés de otras formaciones hacia ellas. Loreto insiste en que no buscan el apoyo institucional, y que además las instituciones deciden apoyar a varones o a adolescentes; el perfil de las jugadoras de roller no encaja: “No somos lo que ellos quieren, somos mujeres fuertes, tatuadas que se dan de hostias”. Están rompiendo muchos esquemas, están sacando los dientes y saben que hay hombres que se sienten amenazados por ello. “Antes éramos pocas y ahora somos muchas y concienciadas”, concluye.