Mapeo queer: las calles son nuestras

Mapeo queer: las calles son nuestras

¿Un mapa es inocentemente objetivo? ¿Dirías que cualquier zona resulta segura para caminar por la noche en soledad o que en cualquier bar una persona LGTBQ puede estar tranquila? ¿Y si repensamos la ciudad a través de un mapeo crítico?

06/03/2019
Mapa de A Coruña que A Panadaría puso a disposición de les participantes en la actividad 'Tortigrafías'./ A Panadaría

Mapa de A Coruña que A Panadaría puso a disposición de les participantes en la actividad ‘Tortigrafías’./ A Panadaría

Vivimos tan dentro de una burbuja de supuesta igualdad y derechos plenos del colectivo LGTBQ (¡si nos podemos casar desde hace 13 años!) que ignoramos que aún existen zonas de nuestras ciudades donde la visibilidad conlleva riesgos o donde no somos personas gratas… pero también espacios seguros, lugares para compartir y expresar afectos que en ocasiones ignoramos.

Plantéate el ejercicio. Mapa de tu ciudad en blanco. Pegatinas y rotuladores de colores para identificar desde las zonas más agradables y visibles hasta los puntos conflictivos, donde las violencias van desde lo sutil a lo físico. ¿Y si nos ponemos otras gafas para analizar la realidad? ¿De qué color acabará nuestra particular cartografía?

La cartografía crítica parte de la arquitectura queer, de entender que los mapas son instrumentos de poder y que debemos usarlos, especialmente en el entorno urbanita, para pensar si habitamos una ciudad amable con la diversidad. Desde ver el planeta al revés, como se lo figuró el australiano McArthur en los años 50, o Si el Norte fuera el Sur del artista Joaquín Torres-García, existen movimientos sublevados contra esta lectura de las distintas geografías asumida como universal.

Conocemos la historia de los nombres de las calles, importantes científicos o ilustres literatos, pero ignoramos si en ellas se encuentra un negocio que reserva derecho de admisión con el colectivo LGTB, si en una farmacia no atienden a quien tiene pluma o el centro de salud donde ignoran infecciones de transmisión sexual entre lesbianas o bien niegan pruebas de VIH a homosexuales.

Hacia otras leyendas en los mapas

Probemos con A Coruña, ciudad al borde del Atlántico caracterizada por haber sido cuna del amor de las dos primeras mujeres en casarse en Europa… en 1901. La compañía de teatro A Panadaría, que está llevando una adaptación escénica en Galicia y por la península ibérica, organizó el pasado noviembre una serie de actividades bajo el título Elisa e Marcela toman as rúas para reflexionar sobre la trascendencia de su historia: las vivencias sexuales a partir de los 50 años, la habitabilidad del espacio del que fueron expulsadas y humilladas y un mapeo queer de la ciudad actual. ¿Vamos a ello?

Dos participantes señalan en el mapa puntos de interés o de riesgo en la ciudad./ A Panadaría

Dos participantes señalan en el mapa puntos de interés o de riesgo en la ciudad./ A Panadaría

Primero, cogemos el rotulador verde. Marcamos los espacios positivos de la ciudad: bares del colectivo LGTBQ o en los que se puede estar sin problemas por ser visible.

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A Coruña se tiñe de un verde esperanzador concentrado en la zona centro. Hacia la salida de la ciudad (avenida con nombre de franquista) lo consideramos territorio inexplorado. Rosa para saunas, videoclubs o cuartos oscuros. Azul para cruisin. Lila para asociaciones y espacios culturales. Preciosos lunares multicolores marcan la ciudad de tonos de la bandera del Orgullo.

En Vigo también se ha realizado una experiencia piloto de mapeo queer./ A Panadaría

En Vigo también se ha realizado una experiencia piloto de mapeo queer./ A Panadaría

Quedan las variedades oscuras y llega el momento de las sorpresas y la revelación de historias silenciadas: agresiones, mala praxis policial, denegaciones de servicios públicos, discriminaciones laborales y familiares… Alguna persona se sorprende ante situaciones tan habituales como que todavía haya bares donde no te dejan entrar por tu orientación sexual.

El ejercicio sirve como espacio en el que nombrar las discriminaciones que han enfrentado las personas LGTBIQ en Coruña./ A Panadaría

El ejercicio sirve como espacio en el que nombrar las discriminaciones que han enfrentado las personas LGTBIQ en Coruña./ A Panadaría

Ahora que has reinterpretado la ciudad, ¿volverá a parecerte la misma? “Pensamos que vivimos en un lugar abierto y moderno para después sorprendernos ante el hecho de que el personal de un colegio discrimine o que en un hospital haya agresiones verbales. Este es un ejercicio esencial para conocer tu entorno de otra manera”, responde Areta Bolado, actriz de la compañía A Panadaría.

“Sería interesante dejar que el mapa sea vivo, estudiarlo por capas a nivel histórico y cuestionarnos cómo ha evolucionado el urbanismo”, detalla Bolado. “Esta reflexión es trasladable por ejemplo a un urbanismo que observa la seguridad de las mujeres que caminan solas de noche: ¿Qué zonas esquivan y por qué? ¿Dónde se sienten seguras y por qué? Y lo más relevante, que este trabajo colectivo sea conocido por los ayuntamientos para que pongan medidas”, concluye.

Las integrantes de A Panadaría posan con les participantes en la actividad./ A Panadaría

Las integrantes de A Panadaría posan con les participantes en la actividad./ A Panadaría

A Panadaría colgará los resultados del mapeo queer de A Coruña y de otra experiencia piloto en Vigo, e insta a que se compartan estas experiencias en comunidad para que el urbanismo sea, efectivamente, más amable. ¿Dibujamos otra ciudad entre todas?

Vídeo sobre el proyecto Tortigrafías: 


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