Melancolía y masturbación
Maria Claudia Torres Flores
Portada del libro al que pertenecen los poemas. / Imagen del diario La Industria de Perú
Melancolías
(EFLAC 2017)
A la mitad de mis veinticuatro me siento
afortunada de haber sollozado hasta el hartazgo
y dejar mis lágrimas en tres aeropuertos
internacionales.
Plaza San Martín se llevó mis fracasos […]
Maria Claudia Torres Flores
Melancolías
(EFLAC 2017)
A la mitad de mis veinticuatro me siento
afortunada de haber sollozado hasta el hartazgo
y dejar mis lágrimas en tres aeropuertos
internacionales.
Plaza San Martín se llevó mis fracasos de
adolescencia y mis sueños de ponis con globos
de gases socialistas.
En Plaza de Mayo lloré las décadas que me
faltaban para llegar a los veinticinco y el camino
de migajas que se habían tragado las palomas de
las lagunas de Palermo.
En Plaza Independencia lloramos las manos de
todas entrelazadas en ese rompecabezas que solo
era visible en nuestros sueños más sórdidos, pero
ahí estábamos,
Éramos los dialectos de más de veinte países,
Éramos las monedas con usura de cambio.
Éramos las angustias regadas en maletas que
Recorrieron de Nicaragua a Montevideo, de
México hasta Sao Paulo para tomarse un café
Y esperar el trasbordo por los ojos de nuestras
Espaldas en una multitud de cantos que no
Tenía más amor que nuestra rabia.
Fuimos las cabezas que fuimos y rugimos y
nuestro paso calló a todas sus cenizas.
Me gusta masturbarme
Me gusta masturbarme desde la eternidad de su
partida.
En la mitad de los funerales,
antes de que se enfríen los cafés.
La corona de mi coño lleva un collar de
azúcares,
con lengüetazos eras bienvenida para
empanciparla,
Me gusta oler la
Viscosidad de
Un aguacero
Ahora llano.
Atrapado entre hojas secas del invierno.
La suavidad rosácea.
Colocar el dedo índice.
Empujar.
Me gustan las lágrimas de los orgasmos culposos detrás de la cortina, con los mil ojos de nuestros padres atornillando nuestras vibraciones.
Los lápices mojados
de la biblioteca municipal.
La despersonalización de los gemidos,
la ópera de los cuartos 405 y 406
de los hostales de Lince.
Los libros de teoría literaria como aliados
De nuestras treinta y cinco penetraciones.
Ingreso
nuevamente, con las pestañas
escudriñando la ventana y el bombardeo
serpenteante de las confesiones
de mis cuatro dedos batallando nuestro final.
Me gusta masturbarme,
Insertar pinceles o lápices, dependiendo
del sentido del viento.
Me gusta el diálogo de los pezones erectos,
la agonía de la espera de las manecillas del reloj.
*Ambos poemas son parte del libro Blue tragedy o el panfleto del gatito negro publicado con el pseudónimo María Font el 2018 por la Editorial feminista la otra voz.