Lo nuestro es puro teatro

Lo nuestro es puro teatro

Nos subimos a las tablas del escenario para dedicar nuestro programa a una profesión que se remonta a los principios de la humanidad. En esta ocasión hablaremos de intérpretes y dramaturgas, pero sabemos que entre bambalinas hay muchas más: directoras, tramoyistas, regidoras, acomodadoras, productoras, iluminadoras, etc., forman también parte del aparato que pone en funcionamiento este gran espectáculo que es el teatro.

27/05/2019

Los principios del teatro están muy relacionados con la agricultura y los símbolos femeninos asociados a la misma. Se trataba de himnos y escenas dialogadas ejecutadas por sacerdotisas en honor a la diosa. En el teatro culto griego las mujeres no tenían cabida. Pero sí en el popular. Aunque hay algunas dudas, todo parece indicar que los personajes femeninos de comedias y tragedias eran interpretados por hombres, y que las mujeres de cualquier condición tenían prohibida la entrada al recinto. Allá por el siglo X, en lo que hoy es Alemania, la canonesa Rosvita de Gandersheim marca con sus escritos el inicio del teatro medieval. Aunque escribía en latín y sus obras tenían una intención religiosa, su producción tiene ya forma moderna que engancha.

En el siglo de oro de las letras castellanas hay algunos nombres de dramaturgas que cabe destacar. María Zayas, Feliciana Enríquez de Guzmán o Sor Marcela de San Félix publicaron obras de éxito en la época y Ana Caro Mallén se dedicó profesionalmente a este oficio. A diferencia de Inglaterra, donde los papeles femeninos eran interpretados por jóvenes imberbes, aquí las mujeres sí se subían a las tablas. Y lo sabemos precisamente por un Real Decreto de 1587 que ordena que para que una mujer pudiese actuar, tenía que estar casada. También en el teatro popular victoriano eran comunes las imitadoras masculinas. Como las protagonistas de El lustre de la perla, el novelón lésbico de Sarah Waters. O, dando un pequeño salto en el tiempo y el espacio, y con otro tono, la protagonista de Victor/Victoria.

Sangre Fucsai - Mujeres sobre un escenario

A partir del siglo XX, las dramaturgas de las que tenemos constancia se multiplican. Desde que se creó el Premio Nacional de Literatura Dramática, en 1992, tuvieron que pasar 18 años hasta que lo ganase una mujer. Desde ese momento hasta hoy, casi el 50 por ciento de las obras premiadas las ha firmado una autora. Una de ellas fue, precisamente, Angélica Lidell,  que como ella misma ha expresado alguna que otra vez, es una mujer que “no hace puto teatro“. Una negación que, podríamos decir, encontramos en toda su obra escrita e interpretada. Como apuntamos en este programa, su obra está escrita para ser leída en voz alta. En esta ocasión, nos acercamos a tres de sus libros-obras desde los que comprender por la vía dura de la experiencia su radical propuesta estética: La casa de la fuerza, El centro del mundo y Ciclo de resurrecciones, todos ellos editados por La Uña Rota.

¿Y qué ocurre con las intérpretes? ¿Están invisibilizadas? ¿A qué problemas específicos se enfrentan a la hora de ocupar el escenario?

Indagamos un poco en la herstory del Estado español para hablaros de Margarita Xirgu (Molins de Rei, Barcelona 1888-Montevideo, Uruguay 1969) que no solo fue la actriz que interpretó a los primeros Lorca y Alberti, sino una de las destacadas renovadoras de un teatro en los años 20 y 30 del siglo pasado que aspiraba a crear un mundo nuevo. Republicana convencida y exiliada en Uruguay hasta su muerte, fue parte de un círculo de creación teatral que recuperó clásicos griegos como la tragedia de Séneca Medea y obras del llamado Siglo de Oro para acercarlas a la nueva sociedad creando puentes entre el pasado y el presente en una hilazón que hiciera del teatro un espacio de debate y reflexión al alcance de todos los públicos.

En el plano de la ficción os traemos Viaje a Sils María una película que no trata sobre teatro ni sus actrices son artistas consagradas a él en esta ficción. Pero sí es una obra de teatro, en este caso Maloja Snake, el pretexto para enlazar la vida de las tres protagonistas en una narración sobre cómo la ficción es a veces más real que la propia realidad, y cómo sobre sus tablas, el teatro es testigo del paso del tiempo, para jugar a favor de unas y en contra de otras. Juliette Binoche, Kristen Stewart y Chloë Grace Moretz componen el triángulo de esta trama intergeneracional en el que sus protagonistas reflexionan sobre la edad, lo efímero de la fama y la aceptación del paso del tiempo.

Por último conversaremos con la dramaturga, directora y actriz Silvia Albert Sopale sobre su trabajo y las dificultades a las que se enfrenta como española afrodescendiente. Con ella hemos hablado sobre la obra que ha coproducido No es país para negras y sobre el racismo que al que se tienen que enfrentar las actrices negras también en un mundo como el teatro. 

Playlist:

  • Sor Juana Inés de la Cruz · Antonio Durán de la Mota (Int. Favola in Musica)- Dios y Joseph apuestan
  • Angela Landsbury – The Worst Pies in London
  • Rosalía – Me quedo contigo
  • Lina Morgan – Chotis del Pichi
  • Weba Garretson – Lilly From Hell
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