De Marruecos a Barcelona, asilo y resistencias LGBTI
En Marruecos se criminaliza a las personas homosexuales y se persiguen las personas trans con multas y penas de prisión. Muchas de ellas resisten, pero otras se ven forzadas a pedir protección internacional. Quienes inician este largo periplo legal, sin embargo, no encuentran una situación fácil, ya que continúan sufriendo discriminaciones y homofobia en los lugares de acogida.
El Código Penal marroquí considera “relaciones impúdicas o contra natura” las relaciones entre personas del mismo sexo y las penaliza con penas que van desde seis meses a tres años de prisión. La comunidad gay, lesbiana y trans de este país se enfrenta a vulneraciones de derechos y a violencias, no sólo provenientes de la legislación, sino también por parte de la familia, la policía o los medios de comunicación. Algunas personas de la comunidad LGBTI resisten desde la clandestinidad, mientras otras solo ven el asilo como salida.
Para huir, algunas intentan entrar en Europa por Ceuta. Allí, sin embargo, las personas que solicitan asilo quedan retenidas en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) más de un año, esperando ser enviadas a diferentes puntos de la península.
En general, el asilo de las personas LGBTI en España no siempre es fácil, ya que el proceso legal que tienen que superar para obtener la protección internacional suele ser lento y el índice de denegación de solicitudes es elevado. Además, una vez llegadas a su destino, estas personas en muchos casos continúan viviendo situaciones de discriminaciones racistas y homófobas.
*Este documental ha sido realizado por los periodistas de Directa Víctor Yustres, Sonia Calvó y Victòria Oliveres, en colaboración con la Comissió Catalana d’Ajuda al Refugiat (CCAR) y Servei Civil Internacional (SCI) de Catalunya. Además, se ha realizado en el marco de las becas DevReporter, con la contribución financiera de la Unión Europea. Su contenido es responsabilidad exclusiva de Directa.