“Las mujeres no os debemos una mierda”

“Las mujeres no os debemos una mierda”

Maite solo lleva un año detrás del perfil Alerta machirulos y ya ha incendiado Instagram. En su cuenta, sube pantallazos de las conversaciones que mantienen cualquiera de sus seguidoras o ella misma con hombres cis en las aplicaciones de citas o en las redes sociales, en las que abunda tanto el machismo como el racismo.

18/09/2019
una mujer con una mano abierta en primer plano en señal de stop mira a la cámara. Tiene el pelo corto y rizado

Maite está detrás de la cuenta Alerta Machirulos. Foto: Lucía Mbomío

 

Maite, a través de los diferentes perfiles en Instragram de Alerta Machirulos, se ha dedicado a clasificar conductas que se repiten e, incluso, ha investigado las nomenclaturas preexistentes para determinados comportamientos que, por desgracia, resultan demasiado comunes. El machismo, el racismo, el clasismo o el capacitismo son –ismos que están en todos los espacios, ¿cómo íbamos a librarnos ligando? A medida que consigue más seguidores y su impacto es mayor, más problemas tiene para mantener su cuenta de denuncia. Eso ha provocado que, en la actualidad, sus “cuentas b” , que tiene que ir creando para continuar con las denuncias, sean privadas. De esta forma , ella decide a quién acepta y se cerciora de que no son machitrolls.

¿Y cómo es la persona que está detrás de Alerta Machirulos?
Me llamo Maite, soy de un pueblo de Barcelona, mi padre es de Guinea Ecuatorial y mi madre es andaluza. Yo me considero una mujer negra, feminista y de izquierdas. Creé un perfil anónimo por protegerme y porque así podía ser mucho más directa, o brusca, a la hora de decir ciertas cosas.

Has identificado formas de actuar que se dan de manera habitual entre ciertos machirulos, ¿podrías contarnos cuáles?
Me di cuenta de que el “me gustaría conocerte” se repetía mucho y a mí eso me provocaba que pensara “en qué te basas para decirme que te gustaría conocerme, ¿en unas fotos? Ni tan siquiera te has leído mi perfil y, probablemente, a los diez minutos de hablar conmigo, si me has entrado con un ‘me gustaría conocerte’, se te habrán quitado las ganas”. ¿Más aspectos que se repiten? Que me ofrezcan el sexo más maravilloso de mi vida sin contar con que a mí me apetezca o no, por ejemplo. Luego está el tema de la fechitización racial: el “yo nunca he estado con una negra”. Un tío directamente me lo dijo: “Las negras sois mi fetiche sexual”.

¡Encima te lo reconoció!
Sí, porque pensó que me encantaría y que caería rendida a sus pies. Acabamos mal, muy mal.

El tema de la fetichización es complicado porque la gente muchas veces no cree que eso sea racismo.
Depende. Entre mis seguidoras, si vienen del mundo antirracista, lo tienen claro, pero es curioso porque la mayoría de los comentarios de personas ofendidas suelen provenir de otras mujeres negras que me han llamado exagerada ya que consideran que no es racismo.

¿A qué crees que se debe?
A que, quizá, tengan pareja blanca y hará que se cuestionen sus relaciones. Tener que aceptar que puede que algunos hombres con los que has salido, repito, algunos, te han fetichizado debe joder.

Tenemos aceptado que el machismo está en todos los ámbitos y más aún en las apps de citas, pero qué tremendo que también se cuele el racismo.
Por supuesto y es relativamente usual. Tras interacciones desagradables con hombres cis, no es raro que se haya colado el clásico “negra de mierda”.

¿De qué otras formas se articula el racismo en este contexto más allá de la fetichización?
Recuerdo a una chica que tenía en su perfil su profesión y un hombre le entró con el siguiente comentario: “Dime el artículo tal si de verdad eres abogada”. Ella, obvio, le respondió: “¿Estás cuestionando que sea abogada porque sea una mujer negra?”. Al tipo se le vio el plumero enseguida ya que le contestó soltando mucha mierda capacitista y racista. Así que, sí, el racismo es omnipresente, atañe también a lo que se espera de ti a nivel laboral, o al lugar en el que se supone que debes residir. También suele haber problemas cuando te repiten mucho el de dónde eres, te cuestionan, como si tuvieras necesidad de engañar a alguien. Con todo, hay algo que para mí fue definitivo en cuanto a la observación del racismo en las redes sociales y en las aplicaciones de citas: cuando hablaba con mis amigas blancas sobre lo que me tocaba aguantar, se sorprendían, a ellas no les llegaban tantísimos comentarios sexualizadores y, en cambio, con mis amistades negras coincidía. Eso me hizo llegar a la conclusión de que al ser negra, muchos hombres cis daban por hecho que yo iba a responder a sus estereotipos.

Hay algo que me sorprende y es que cuando tipificas comportamientos y demás, sueles ponerlo en inglés, ¿por qué?
Normalmente, cuando quiero hacer búsquedas sobre el tema, en castellano no encuentro nada y acabo por hacer la pesquisa en inglés; de ahí el uso de los préstamos lingüísticos. No todos tienen traducción.

¿Necesitamos nombres nuevos para que nadie se pierda tus mensajes?
Sí, por eso y porque aunque tomemos como referencia solo el mundo anglosajón aquí también se dan; podríamos rebautizarlos. Quizá toque hacer un diccionario machirulo en español.

¿Cuánto ha calado tu conciencia feminista en la forma que tienes de recibir ciertos mensajes?
Muchísimo. Revisando los pantallazos de las conversaciones que mantenía cuando comencé en las apps de citas, me digo a mí misma “¿cómo eras capaz de aguantar todo esto?”. Cuanto más feminista me hacía, más selecta era con determinadas cosas y más capaz de identificar ciertas mierdas que, a ojos de muchas personas, pueden parecer inofensivas y, sin embargo, no lo son. Ahora soy muy crítica. Acabé muy harta de la hipersexualización y fetichización de algunos hombres a la hora de entrarme.

¿Dirías que Alerta Machirulos te ha hecho más feminista?
Sin duda, a raíz de comprobar que hay patrones que se repiten muchísimo en hombres cis y también de recibir infinidad de mensajes de mujeres que me han agradecido que visibilice algo que, hasta ese momento, no habían podido ni contestar ni compartir porque se sentían mal o las llamaban exageradas.

¿Qué es lo que más te has sorprendido de todas las historias vividas o recibidas?
La mala gestión del rechazo, cosa que reafirma algo que cada vez tenemos más claro: no soportan que se les diga que no. Aun siendo gentil, educada y correcta, acabas recibiendo violencia por parte de un señor con el que no tienes ningún vínculo y que no conoces de nada. También me sigue impresionando el tema de las fotopollas, a pesar de que se hable de ello y reaccionemos mal, ellos siguen enviándolas a diestro y siniestro. Este comportamiento refuerza la teoría de que lo hacen para sentir que tienen poder, les excita intimidarnos. Me parece alucinante.

¿La calle se parece a las aplicaciones?
Yo creo que no. El tema de las apps les ha dado manga ancha para pervertir ciertos comportamientos. Sería muy raro, aunque no imposible, que un hombre, en una interacción en una discoteca, te dijera “te voy a comer el coño” o “te la voy a meter hasta el fondo”. En las aplicaciones de citas, en cambio, sí sucede con asiduidad.
Sin embargo, en la calle, estás más expuesta y puedes llegar a pasar miedo, así que te condiciona la manera de responder. A través del móvil, puedes ser más tajante porque cuentas con una pantalla, puedes estar al otro lado del país, se trata de un espacio más seguro. A mi modo de ver, tendríamos que intentar ser igual de taxativas en la calle, sin miedo.

¿Estás llevando todo lo que vives en las apps a la calle?
Sí. He decidido que si no quiero contestar, no pienso hacerlo. Trago saliva, respiro y lo suelto: “No me interesas, no quiero hablar contigo”.

Una mujer, con pelo corto y rizado y gafas, posa con una camiseta blanca y que pone 'las mujeres no os debemos una mierda'

Maite posa con una camiseta con el lema que define su activismo en redes. / Foto: Lucía Mbomío

¿Y qué hay de la sororidad que se ha establecido con otras mujeres a raíz de poner en marcha tu perfil de Instagram?
Me emociona la confianza con la que muchas chicas me cuentan sus anécdotas. Lo que pasa es que yo no soy psicóloga, solo me baso en mi experiencia y hay ocasiones en las que siento que depositan en mí demasiada responsabilidad, ni sé ni puedo ayudar. Eso sí, me parece importante que sepan que no están solas y que las entiendo porque me ha sucedido lo mismo.

¿Comprobar cómo son algunos hombres cis en las aplicaciones y las redes sociales te ha generado cierto rechazo a la hora de conocer gente?
Sí, muchísimo. Me he planteado que como mejor se está es sola y soltera, lo cual no quiere decir que aparezca gente maja. Es más, cuando aparecen tipos que no tienen nada que ver con ese perfil que se repite tanto, que los hay, te asustas porque piensas “por algún lado saldrá algo”. Estoy siempre a la defensiva, lo reconozco. Y soy consciente de que no todos los hombres son así, pero hay muchísimos que tienen unas formas de proceder bastantes machistas y misóginas, si no nos revelamos no lo sabrán y continuarán haciéndolo. Por eso es importante que dejemos de callarnos.

¿Ha habido algún tío al que le hayas soltado un rapapolvo y te haya pedido perdón o te haya dado las gracias por afearle su conducta?
Alguno hay que pide perdón y dice “no pretendía molestar”. No sé si se replantean su comportamiento o solo dicen “bueno, con esta no he tenido suerte, voy a probar con la siguiente y alguna caerá”.

Lo que tú estás haciendo ha levantado ampollas hasta el punto de que te han cerrado la cuenta.
Sí, en varias ocasiones, de hecho. La primera vez coincidió que fue poco después de que publicara a cara descubierta fotos de perfiles de Tinder.

¿En algún momento te has sentido mal por compartir perfiles a cara descubierta?
A veces me corto… Las pollas sí la tapo. No obstante, no creo que un tipo que comparte su polla sin consentimiento de recepción luego vaya a venir a quejarse.

¿Crees que el Derecho está yendo por detrás de las formas de relación actuales entre las personas?
Yo creo que sí. Hay chicas que, por situaciones como las que salen en mi perfil, han ido a la comisaría a denunciar y nunca se las toma en serio. La lógica es que si estás en una app de citas es porque quieres y, como estás ahí, en cierto modo, te lo buscaste. Una vez más, se culpabiliza a la víctima. Todo el mundo debería tener derecho a seguir usando las apps, los que tendrían que irse son los machirulos asquerosos que las habitan como si fueran los amos y señores.

¿Hacia dónde vas? ¿Cuál es tu objetivo con Alerta Machirulos?
Pensé en un libro al principio; ahora, ni me lo planteo. Mientras pueda continuar haciéndolo y no me genere malestar seguiré, eso sí, tomándomelo con mucho humor. Jamás había hecho historias de Instagram en mi cuenta personal y ahora, muchas veces, me río sola mientras las monto y les pongo canciones representativas. Buena parte de las ideas para hacerlas me las dan los comentarios de las, los y les seguidores. Alerta Machirulos, obvio, no es solo mío.

A raíz de tu actividad en Instagram has sacado una frase que has convertido en lema e incluso en camiseta…
Sí, “las mujeres no os debemos una mierda”. La vi primero en inglés y resume el hecho de que las mujeres no debemos ni amabilidad, ni cordialidad ni, desde luego, pleitesía. Francamente, me parece un cierre maravilloso para esta entrevista y para cualquier situación machirulesca.

Pues fin.

 


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