Mujeres de Euskadi: a tope hasta la ikurriña

Mujeres de Euskadi: a tope hasta la ikurriña

Compartimos la crónica de la revista 'Vindicación feminista' sobre las primeras jornadas feministas de Euskadi, que tuvieron lugar en diciembre de 1977.

30/10/2019

 

Arantza de Elu*

 

Fotografía que acompañaba el artículo de 'Vindicación feminista'.

Fotografía que acompañaba el artículo de ‘Vindicación feminista’.

Del 8 al 11 de diciembre la Universidad bilbaína de Lejona fue tomada por las mujeres. Alrededor de 1500, cada día cambiaron el rostro y el contenido de una institución académica para debatir sus grandes problemas actuales y recuperar una memoria colectiva imprescindible para ser dueñas de su futuro.

El espaldarazo del feminismo vasco

El impresionante aspecto de la aula magna, llena hasta la ikurriña el día de la apertura, demostró el interés que el feminismo despierta en Euzkadi como se confirmaría en la asistencia y participación a lo largo de las Jornadas.

Los temas que en torno a las ponencias presentadas se debatieron por la asamblea, previa discusión en grupos, se refirieron a la Sexualidad, Patriarcado y familia, Política, Educación, Trabajo y Alternativas al Movimiento Feminista.

En la fiesta que desde el reciento universitario saltó al corazón del casco viejo de Bilbao, alternaron los poemas, la música, montajes audiovisuales y un desfile-pantomima que denunció con humor los sucesivos papeles que a través de la historia ha revestido la opresión de la mujer.

Un debate coincidente y polémico

Los acuerdos ganaron terreno a las discrepancias que se manifestaron fundamentalmente en los temas relativos a la sexualidad y política.

Los debates sobre sexualidad contaron con una particular asistencia de jóvenes, las más interesadas en presenciar la demostración práctica del self-help (servicios de autoayuda) en el empleo del espectro.

Se analizó el carácter reformista que podrían revestir posibles campañas a favor del aborto, aunque prevaleció la defensa de la legalización como mal menor. Solamente alguna postura aislada contrapuso el consabido derecho a la vida, pero no obtuvo el apoyo de la sala.

Frente al lesbianismo, presentado como alternativa política en una de las ponencias, fue tratado mayoritariamente como una forma más de afectividad entre individuos. Se propuso también la creación de un comité contra la violación en cada provincia vasca, extensible a todo el estado.

Respecto al patriarcado y la familia, hubo consenso general en su denuncia como opresores de la mujer, incluso fue apoyada por un grupo cristiano que dijo: el plan de Dios no ha podido llevarse a la práctica en el mundo.

La discusión de la exclusiva, o doble militancia, encontró posturas realmente opuestas y reflejó la mayor controversia a lo largo de las jornadas. La tendencia exclusivista rechazó la militancia de las mujeres en partidos porque, son auténticas secciones femeninas que trabajan por intereses masculinos, y acusó a los partidos de que nos prometen muchas cosas para la revolución y nos utilizan antes y después de ella. La doble-militante, a pesar de que reconocieron el valor revolucionario del feminismo y la práctica machista de los partidos defendieron la militancia de la mujer en su seno como alternativa global para el cambio de la sociedad, lamentando que el marxismo, hasta la fecha, no ha avanzado lo suficiente ni ha dado respuesta válida a la mayoría de los problemas que plantea la liberación de la mujer.

El tema del trabajo contó con las aportaciones de trabajadoras de empresas que centraron la discusión en torno a la lucha feminista, su coordinación y representación a niveles de empresa y centrales sindicales.

Se apuntó el paro actual como puerta de entrada a la prostitución para la mujer. Las Jornadas, no pudieron contar con la anunciada presencia de una representante del movimiento de prostitutas de Bilbao, que a raíz de su movilización por su compañera Isabel Gutierrez, que murió abrasada en la cárcel de Basauri, han sido objeto de actuaciones policiales.

En cuanto a las propuestas y alternativas que cerraron el ciclo de discusión de las Jornadas, se concentraron en la preparación de la próxima Jornada Internacional de la mujer, la coordinación y la representación de Euzkadi con el resto de los grupos del estado y la toma de postura cara a las municipales.

En definitiva, y por encima de las lógicas insuficiencias que se hayan manifestado en este encuentro masivo, las primeras Jornadas de la mujer en Euzkadi, arrojan una serie de resultados positivos. Una experiencia valiosa para la consolidación y avance del movimiento feminista vasco.

 

*Reproducción exacta del artículo publicado en el número 19 de la revista Vindicación Feminista, del 1 de enero de 1978.

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