La Covi, tía…
La Covi: enemiga a combatir singular aunque deslocalizada. Ya me dirás qué droga tomas para estar en todas partes.
Te nombran en el informativo como “La Covi(d)”. En Andalucía a esa “d” ya la hemos expulsado del debate. Inmediatamente después de oír la versión más accesible de tu nombre, mi mente empieza a verte en un barrio cercano con tus medias de rejilla y tus labios rojo peligra. ¡RESPECT!
Empatizo contigo al instante, Covi killa. Es lo que tiene un determinante femenino, un mote que huele a calle y a feria. ¡Eres de las nuestras coño! ¡Qué dice esta gentuza de ti que yo te escuche! Otra cosa no pero yo a ti te creo, hermana. ¡Te como esa cara y te relleno los tupeerwares!
Como mi mente va a cien mil años luz por hora, me sumerjo en internet en tu busca y captura. Hay varias cosas esenciales en este confinamiento: el alimento, la salud, el cuidado y las últimas pautas lingüísticas sobre cómo nombrarte de la Real Academia de la Lengua. Según ésta, el determinante femenino está justificado por ser “enfermedad” el núcleo del acrónimo. ¿Tú qué dices? ¿Que te limpias el culo con la Real Academia de la Lengua? Pues tampoco está de más reinventarla porque además se había agotado el papel higiénico. ¿Que quién más tiene corona aquí? La RAE, la Monarquía y tú. ¿Qué sólo tú quieres tener corona? Bueno hija tampoco te pongas así. No vayas a matar a la mensajera. Soy tu manada.
En pocos días, Covi, tu nombre y sus diferentes variantes se han convertido en Trending Topic constante en twitter. Tienes una sección oficial en la página del Gobierno de España y hasta tu propia entrada en la Wikipedia en la que nos dicen que no debemos confundir a la Covi con SARS-CoV-2 que es el virus que causa la enfermedad. La enfermedad eres tú. Lo siento amigui… O sea que el SARS ése es en realidad el que la está liando parda ¡y no tú! El SARS, según la Wiki, “es un tipo de coronavirus causante de la enfermedad por coronavirus” que, repito, ¡ERES TÚ!
¡O yeah! ¡Coño con el HeterocispatriarcadoPlus! Esta vez sí que se ha apuntado el tanto de la vida. ¿Dónde estás papá? To quisqui con las teorías conspiranoides y ¡me parece increíble no haberme dado cuenta hasta ahora que tú y solo tú eres la principal víctima de todo esto! Machismo y heterocentrismo. Nación basada en el orden de la diferencia. En vez de responsabilizar a tu causante de género masculino te señalan a ti cuyo devenir es enfermarte porque el sistema masculino te ha oprimido. Me esperaba todo colega de esta basura humana pero lo que están haciendo contigo no tiene nombre.
Llegadas a este punto, amiga mía, tenemos que hablar del mundo en el que te metes. Ya me hubiera gustado a mí que alguien hubiera tenido conmigo una charla como ésta en mis comienzos terrestres. Covi, tía… Cuídate mucho de ese masculino hegemónico y de sus ficciones. Te inventan, te desinventan, te dictan las normas que quieren, te usan a su antojo y, lo peor, se creen el centro del universo. No saben ser sin hacer de todo una guerra. No saben ser si inventar a una enemiga y ahora van a por ti como llevan haciendo tela de tiempo con nosotras. ¡Nos han quitado hasta la calles! Ya me dirás tú cómo las hacemos nuestras ahora.
No se nace Covi, se llega a serlo y te han humanizado para deshumanizarte y dado una personalidad a su antojo para combatirte. Tienes muy mala prensa, ¡cuidao to lo que dicen de ti! Esa mierda se mete dentro y la autoestima luego te pasa factura. Se alimentan de tu imagen. Yo te quiero tal cual eres, no es una crítica a tu grácil apariencia. ¡Too much también te digo!
Te conocemos a través de ellos que es lo mismo que decir que te desconocemos a través de ellos. Ahora eres “La Covi: enemiga a combatir singular aunque deslocalizada”. Ya me dirás qué droga tomas para estar en todas partes. ¿Que el amor es tu droga? La de mucha gente también te digo. ¿Qué a ti el género te da igual, que tú te enamoras de las personas…? Joder pues me acabas de explotar la cabeza porque en tu caso esa frase sí que tendría tela de sentido, ¿sabes?
La cosa, te cuento… ¡Escúchame coño! Ahí donde les ves con su centro temblando del susto, llevan siglos cargándose to lo que encuentran a su paso. Dicen que tú matas pero ellos también. La “mano del hombre” está detrás de cada desastre natural, de cada confinamiento que no es confinamiento porque no es el suyo. Esa ¡NUEVA NORMALIDAD! -ridículo sí. Da vergüenza ajena- a la que quieren volver es un infierno para mucha gente y no gente.
En parte tú lo has puesto en evidencia dando un golpetazo en la mesa y dejando clara quién es la verdadera ama de la Cuarta Ola. Los congresitos de algunas se han quedao en guatequitos a tu lao. Entre otras cosas, porque se habían sacado de la manga un hito fundacional ¡que no existía! Ya me dirás tú qué ha pasado desde la última ola para inventar una ola nueva. ¡Ahora sí! ¡Ahora sí tiene sentido Covi! Y en honor a lo que están haciendo contigo deberíamos llamarla la Ola Covi. Una ola donde tendremos que enfrentar la normalidad donde la gente pide volver a la normalidad. Disculpa. Sí tía… estoy llorando, me afecta. Sí, sé que si tuvieras un cuerpo humano me abrazarías. No hace falta que te acerques. No, en serio, no te acerques. ¿Que prefieres la Mahou a la Cruzcampo? ¡Qué joía, qué sentido del humor tienes!
El caso Covi. Amiga mía… Aliada, hermana, comare, vecina, prima, colegui… Yo no voy a ponerme enfrente de ti porque no necesito inventar a un enemigo para ser alguien en la vida. Porque puedo escribir todavía desde el lenguaje de las trenzas y las costuras que me enseñaron mis ancestras. Sumar no es dividir. Un poco libre me parió mi mare. A mí me enseñaron que, entre nosotras, nos apoyamos. Que entre nosotras resistimos. Que entre nosotras nos entendemos y nos lamemos las heridas. He escuchado hablar tan mal de ti como he escuchado hablar tan mal de tantas mujeres… Y, sin embargo, qué poco sabemos de sus versiones: ¿de dónde vienes? ¿Por qué estás aquí? ¿Qué ha causado todo esto? ¿Cuál es tu historia? ¿Cuál es tu genealogía Covi, tía?
Yo que sé. Quizás esto sea ridículo. Quizás llevo demasiado tiempo sin tomarme una cerveza con mis amigas. ¡Ya te las presentaré que son muy majas! Quizás se me esté yendo un poco esto de las manos pero, Covi tía, yo sospecho. Y nada me gustaría más que escuchar tu versión de esta historia aunque sea para no caer en esas cansinas ficciones de héroes, historias únicas, nacionalismos, patrias, ombliguismos, violencias y banderas. No quiero illa. No quiero ni su normalidad antigua ni su normalidad nueva. No quiero ni sus centralismos ni sus certezas. Por eso, entiendo que nuestra conversación se puede convertir en el mayor ejercicio de libertad e irreverencia que yo puedo hacer en este momento. Aunque sólo sea para dar por saco, Covi. Arrejúntate conmigo entrecomillas y no perdamos juntas la perspectiva mientras guardamos las distancias.