Ilustración de Belén Navas

La lengua de signos es la lengua natural de las personas sordas. Sin importar dónde la aprendemos, sea en el hogar o en la escuela. Sin importar cuándo, si es a los pocos meses de nacer o durante la adolescencia. Con la lengua de signos podemos llegar a ser nosotras mismas, podemos sentirnos como en casa.

No obstante, los centros educativos dieron y dan prioridad a que el alumnado sordo aprenda la lengua oral, que aprendan a leer los labios como método de supervivencia, a que se defiendan a través de la voz por muy artificial que sea, cuando el aprendizaje sería mayor si se les enseñara a través de la lengua de signos. Esta filosofía oralista y monolingüe ha perjudicado la educación de la infancia sorda en España y en todo el mundo. A través de la privación lingüística, no han podido tener acceso a una educación bilingüe y bicultural, perjudicando el desarrollo óptimo del lenguaje y de la lectoescritura, a pesar de que sea un derecho humano fundamental.

A través de internet se accede a muchos textos interesantes y de lectura obligatoria, no obstante, éstos no son accesibles para toda la comunidad sorda. Estoy agradecida de que Pikara haya apostado por facilitar una accesibilidad real para la comunidad sorda, traduciendo artículos escritos en castellano a vídeos en lengua de signos. Posibilitando que el contenido pueda llegar a ser accesible a más personas sordas, invitándoles a la reflexión y a la participación.

Por todo ello, la lengua de signos es nuestra lengua natural, con la que queremos soñar, crecer, aprender y descubrir el mundo

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