Cristina Jurado: la ciencia ficción que se hizo realidad

Cristina Jurado: la ciencia ficción que se hizo realidad

La escritora ha ganado el Premio Ignotus a la mejor novela con 'Bionautas', un texto sobre la pandemia mortal que desencadena el encuentro entre humanos y seres extraterrestres.

Cristina Jurado.

Cristina Jurado (Madrid, 1972) es la primera mujer que ha ganado el Premio Ignotus a la mejor novela que otorga la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror. Lo ha hecho con Bionautas, un texto sobre la pandemia mortal que desencadena el encuentro entre humanos y seres extraterrestres. Así, en clave de ciencia ficción, se adelantó solo unos meses a una realidad que se nos ha echado encima de repente a toda la humanidad. La escritora nos contesta unas preguntas desde Dubai, donde vive y desde donde desarrolla, no sin trabas por la lejanía, una carrera en la creación y promoción de la literatura de género muy activa.

Además de autora de ciencia ficción, fantasía, terror y new weird, Cristina Jurado es traductora, editora y articulista. Como autora ha escrito las novelas Del Naranja al Azul (editorial Novum 2012 y reeditado en 2020) y Bionautas (editorial Cerbero, 2018). También ha escrito numerosos relatos, entre los que destaca ‘La segunda muerte del padre’, en Cuentos desde el Otro lado, (Nevsky, 2016), que obtuvo el Premio Ignotus al Mejor Cuento en 2017, y ha participado en la antología en inglés Alphaland (Nevsky Books, 2018). Como editora ha dirigido la revista SuperSonic dedicada a la ficción y no ficción, y ha sido coeditora de de The Apex Book of World Speculative Fiction #5. También ha editado antologías solidarias y feministas para el microsello Palabaristas como Alucinadas (2014), la primera antología de cuentos de ciencia ficción escritos por mujeres en español, e Infiltradas (2019), la primera colección de ensayos sobre ciencia ficción desde una perspectiva de género, así como WhiteStar (2016), antología de relatos en homenaje a David Bowie.

Felicidades por el Premio Ignotus a la mejor novela que otorga la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror (AEFCFT). En 50 años es la primera vez que este premio lo recibe una mujer. Además en una edición histórica en la que las autoras habéis arrasado. ¿A qué crees que se debe que la AEFCFT haya puesto por fin el foco en la literatura de género escrita por mujeres? ¿Cuáles son los cambios más importantes que se están produciendo en la literatura de ciencia ficción, fantasía y terror y en la AEFCFT desde el punto de vista de género?
La demografía del grupo de aficionados y aficionadas a la literatura de género, que es como se conoce en el ámbito de la literatura española a los y las fans de la ciencia ficción, la fantasía y el terror y todos sus subgéneros, ha cambiado en los últimos años. No solo ha aumentado la cantidad de jóvenes, sino que muchas mujeres y personas de colectivos, antes fuertemente infrarrepresentados, han pasado a ser miembros de la AEFCFT. Concretamente, desde hace unos seis años, las mujeres hemos tomado las riendas y nos hemos organizado para crear iniciativas autogestionadas que nos han permitido publicar obras en las que se ha visibilizado nuestro trabajo. Ha sido necesario que nos implicásemos en las tareas de publicación, en la búsqueda de financiación, recurriendo muchas veces al micromecenazgo, y que acudiéramos a la sororidad para ayudarnos a sacar adelante cada proyecto, cada libro. Así hemos logrado que aparecieran en el mercado obras como Alucinadas, desde su primera a su quinta edición y que recoge por primera vez en nuestro país cuentos de ciencia ficción escritos por autoras en español; Terroríficas, en sus dos ediciones y dedicada a los relatos de terror de autoras en español; o Infiltradas, la primera antología dedicada a los ensayos feministas sobre ciencia ficción; así como el Premio Ripley y sus antologías, que reconocen a las mejores escritoras de cuentos de ciencia ficción, o editoriales dedicadas a dar a conocer las autoras nacionales e internacionales como Triskel, Amor De Madre, Crononauta o Cerbero, estas dos últimas con numerosas obras premiadas; o páginas web que se dedican a poner en valor su labor, como La Nave Invisible (Premio Ignotus al Mejor Sitio Web en 2018 y 2019). También es cierto que desde que la AEFCFT ha abierto su censo para que cualquier persona que se registre pueda votar en los premios Ignotus, sin hacer obligatorio ser miembro, muchas personas se han animado a participar. Ahora mismo, además, se han habilitado varias modalidades de membresía para todos los bolsillos. Asimismo, las redes sociales han permitido establecer cierta fluidez entre todos los agentes de la industria editorial. Así, los y las lectoras pueden interactuar con quienes escriben, quienes publican, ilustran o seleccionan. De esta manera se puede establecer una interlocución positiva para que las editoriales tomen el pulso del mercado, detecten intereses, distingan tendencias e identifiquen descompensaciones. También han aumentado el número de lectoras que reseñan obras de ciencia ficción, y han surgido blogs muy interesantes con blogueras como María Leticia Lara Palomino y su Fantástica Ficción, ConsuLeo de Consuelo Abellán o el blog de Gisela Baños. Estoy convencida de que todo lo anterior ha ayudado a que más proyectos hayan apostado por las autoras y que la crítica, el público y asociaciones del fandom como la AEFCFT estén teniendo en cuenta sus obras mucho más que años antes en lo que se refiere a charlas, presentaciones y nominaciones a premios.

También es la primera vez que una mujer preside la AEFCFT. Blanca Rodríguez, escritora y traductora, preside actualmente la asociación. ¿Cómo es el entorno de la organización en el que se ha producido este cambio? ¿Está ligado el hecho de que una mujer sea presidenta y el de que se haya prestado más atención a las autoras en los premios?
La junta actual de la AEFCFT tomó posesión el pasado mes de enero después de la votación correspondiente en la última Hispacon, celebrada en diciembre de 2019. Son los socios y socias quienes votan las candidaturas que se presentan a las elecciones. Se vota cada tres años y, en el caso de la actual, está formada por tres mujeres y dos hombres. La llegada de la actual presidenta, Blanca Rodríguez, se produjo después de que se fallaran los premios Ignotus, lo cierto es que su candidatura se anunció unos meses antes, reflejando la diversidad de nuestra sociedad. Ya había habido algunas mujeres en juntas anteriores, como la vicepresidenta de la saliente, pero nunca se había postulado ninguna para asumir la presidencia. Creo que su llegada a la asociación coincide con esa dinámica iniciada años antes con mujeres en tanto que autoras, traductoras, editoras y seleccionadoras, que están implicándose cada vez más en la organización y gestión de proyectos en el ámbito de la literatura de ciencia ficción, fantasía y terror. Debido a la concienciación feminista que se lleva produciendo en nuestra sociedad desde hace algún tiempo, aunque insuficiente y demasiado lenta en mi opinión, es normal que los premios del gremio, ya sean los Ignotus, el Minotauro, los Guillermo de Baskerville o los premios Kelvin del festival Celsius, reconozcan la labor de más autoras. Ahora se empiezan a nominar más autoras porque son más las que aparecen en los catálogos de las editoriales, cuando no se crean sellos especializados en escritoras. Y también se reseñan más, aunque la crítica siga cubriendo más obras escritas por varones.

Una cosa es recibir un premio y otra bien distinta es que se haga difusión de las obras premiadas. En Infiltradas, la recopilación de artículos dedicada a la literatura de género desde la mirada de las mujeres, de la que eres editora junto a Lola Robles, hay un ensayo escrito por Elena Lozano que indaga en este tema. La invisibilidad de las escritoras en la escena editorial española se llama de forma esclarecedora. Explica las barreras con las que se encuentra una obra de género escrita por una mujer para que llegue al público, en cuanto a publicación, traducción, difusión y distribución, barreras que en el caso de las obras escritas por hombres son rotundamente inferiores. Aunque parece que en los últimos años esta desigualdad está disminuyendo. ¿Cómo estás percibiendo que los medios de comunicación y el sector editorial están tratando tu obra y las de las demás autoras premiadas con un Ignotus?
Hace casi unos seis meses desde que me concedieron el premio Ignotus y apenas si ha tenido eco en los medios de comunicación. Hay muy poco interés por las autoras de género, a menos que sean súperventas y vengan respaldadas por grandes sellos que pueden permitirse invertir en promoción. Tengo que decir que las reseñas de mis obras, tanto como escritora como editora, han sido positivas y corresponden a lectores y lectoras de blogs y páginas web así como youtubers sin apenas presencia en ningún otro medio. Hasta ahora solo he tenido la posibilidad de trabajar con sellos pequeños, que son los que tienen una mayor capacidad de maniobra para apostar por voces nuevas. Solo puedo hablar de buenas experiencias con este tipo de editoriales: cuidan a las autoras y se preocupan porque las obras sean publicadas de la mejor manera posible a pesar de disponer de medios limitados. Además creo que poco a poco los sellos más grandes están tomando nota y poco a poco están incorporando autoras nacionales a sus catálogos. Pero, curiosamente, es a nivel internacional donde este tipo de premios es más reconocido. Gracias a los galardones que he conseguido, he tenido la oportunidad de iniciar proyectos con editoriales del extranjero.

Has recibido el premio por tu novela Bionautas, una obra de ciencia ficción sobre un mundo futurista en el que una pandemia mortal se lleva por delante al 99,99 por ciento de la población humana. A los supervivientes se les imponen unas medidas de distanciamiento social que cambian sus hábitos y comportamientos para siempre… ejem, ¡glup! Tengo que confesarte que comencé a leerla al principio del confinamiento y tuve que dejarla descansar unas semanas porque me agobié por las similitudes con la realidad. También te digo que cuando la retomé, una vez estaba más adaptada a la nueva situación del “encierro”, la devoré en poco tiempo. Toca temas muy jugosos, pero comencemos por el más mediático, el tema en estos momentos: ¿cómo llevas haber escrito una obra de ciencia ficción que “se ha hecho realidad” o, por lo menos, que se acerca tanto a la realidad excepcional que estamos viviendo? Si la ciencia ficción es una forma de anticiparse al futuro ¡tú has dado en el clavo de forma casi instantánea!
Siempre me ha parecido que en las obras sobre contactos con seres extraterrestres se obviaba un tema que a mí me parece fundamental y es la posibilidad de contagiarnos con microorganismos contra los cuales no tenemos defensas. De hecho, a lo largo de la historia de la humanidad se han producido ejemplos de las consecuencias de este tipo de encuentros, como el caso de los conquistadores españoles que trasladaron hasta las poblaciones autóctonas de las Américas enfermedades que las diezmaron. Es, precisamente, uno de los criterios que aconsejan mantener aislados a ciertos pueblos indígenas. El que ahora estemos sumergidas en una crisis sanitaria sin precedentes refuerza mi tesis de que es necesario tratar con más cuidado este tema, porque ya hemos comprobado que los microorganismos nocivos pueden surgir de nuestro propio planeta. Es una cuestión de sentido común. La verdad es que nunca pude imaginar que viviría una situación parecida, salvando las distancias, a la que describo en el libro. Supongo que esa es la magia de la literatura de ciencia ficción, que predice acontecimientos que pueden terminar haciéndose realidad.

En la novela, uno de los temas protagonistas es cómo afecta a las relaciones humanas las medidas de distanciamiento social para evitar la propagación de un virus letal que se transmite por el aire. Unas medidas que se imponen de forma definitiva en la sociedad y que cambian para siempre los hábitos y la forma de relacionarse. ¿Cómo crees tú que nos afectarán las medidas de distanciamiento que estamos tomando? ¿Te has sentido alguna vez durante estos últimos meses como un personaje de Bionautas?
Creo que algunas medidas se popularizarán y se adoptarán gestos habituales en algunos países asiáticos en los que las personas con síntomas de alguna enfermedad llevan voluntariamente mascarillas. Pero me temo que en el momento en que haya una vacuna probada y eficaz, la gente volverá a sus antiguas costumbres. Los cambios creo que se realizarán a nivel de prevención y preparación sanitarias, con planes y protocolos que permitirán hacer frente a situaciones semejantes con más rapidez y mayores garantías. Como trabajo habitualmente desde casa, mi vida no ha cambiado sustancialmente con el confinamiento y mi rutina tampoco se ha visto afectada. Supongo que, por ese motivo, siempre me he sentido un poco como una Bionauta, incluso antes de esta situación de pandemia.

Bionautas es una novela que aborda diferentes cuestiones tabú, o que tradicionalmente han generado prejuicios, desde una mirada feminista. Trata por ejemplo el tema de la depresión postparto, el derecho al suicidio o las familias no normativas. Y todo envuelto en una ambientación futurista muy disfrutable. Cuando se tratan estos temas comprometidos con una envoltura lúdica, como es el caso de tu novela, ¿crees que se puede llegar a un público más amplio, más allá de las lectoras y lectores que ya están concienciados en estas cuestiones, y por lo tanto hacer reflexionar a personas con ideas diferentes?
Existe una idea aún extendida pero sesgada sobre la ciencia ficción, seguramente influida por algunas series de televisión y películas, de que trata de historias a base de efectos especiales espectaculares. En realidad hay muchos tipos de ciencia ficción, algunos muy intimistas que se alejan de las grandes superproducciones millonarias. Historias como Bionautas pueden contribuir a abrir más el género, mostrando un tipo de ciencia ficción que reflexiona sobre temas muy cercanos desde un punto de vista diferente, porque es capaz de presentar como reales y posibles situaciones inéditas que ayudan, por ejemplo, a explorar los límites de las normas sociales.

Otro tema que tratas en Bionautas es qué es lo que nos hace humanos. Para ti, ¿qué es lo que nos hace ser humanos?
Después de pensar mucho sobre este tema, creo que es algo que está íntimamente relacionado con nuestro raciocinio y es nuestra extraordinaria habilidad para imaginar. No solo somos capaces de pensar soluciones creativas a problemas, sino que podemos ponermos en el lugar de la otra e incluso tenemos la capacidad de figurar realidades alternativas, todo ello con una creatividad desbordante. Pienso que nuestra imaginación adquiere verdadera fuerza cuando se proyecta hacia fuera, cuando se comparte con las demás y recupera la energía de quienes la disfrutan.

La literatura de ciencia ficción se puede considerar una vía para analizar el presente desde el futuro que ofrece mucha libertad porque no está ceñida por las formas de la realidad, aunque refleje su esencia. En este sentido es un género que se acerca a la filosofía, ya que invita a los lectores y lectoras a repensar el presente e imaginar el futuro, sin necesidad de acomodarse a las “reglas del juego” establecidas. ¿Crees que es un género que requiere mayor nivel de compromiso social y capacidad de análisis —por parte de quienes escriben, editan y leen— que otros géneros literarios?
No entiendo la literatura desde una posición apolítica o neutral porque creo que, desde que nos levantamos, estamos tomado decisiones sobre lo que hacemos, a quién votamos o qué consumimos. Todas nuestras acciones están imbuidas de un posicionamiento político, y no me refiero solo al partido o partidos con los que nos identifiquemos, sino a las ideas que defendemos, los sueños que perseguimos, y las actitudes que adoptados en sociedad. Hay quien prefiere mantener y respaldar al status quo, y hay quienes lo cuestionan. Pero las mujeres, además, nacemos ya siendo cuestionadas: el sistema patriarcal cuestiona nuestras capacidades y opiniones constantemente. Pienso que una actividad cultural y artística como es la literatura nunca permanece al margen de nuestro posicionamiento ideológico, y de nuevo insisto que no me estoy refiriendo solo al partido al que votamos. Para mí la ideología personal de cada cual refleja sus ideas en muchos ámbitos como el religioso o espiritual, el económico, el social, el estético, etc. Desde luego, el compromiso social y la capacidad de análisis varía de unas autoras a otras, pero es cierto que son señas de identidad del género que lo hacen predispuesto a explorar los límites, tanto de lo conocido como de lo permitido, en diferentes grados y con aportes para todos los gustos. No sé si siempre ha sido así pero creo, al menos, actualmente la ciencia ficción, y también la fantasía y el terror, disponen de una mayor libertad para adentrarse en temas sujetos a normas más rígidas en otros géneros.

Portada de ‘Bionautas’.

Los protagonistas de Bionautas afrontan los conflictos entre ellos desde la empatía y la comprensión, casi siempre; pero, sin embargo, se mantienen aislados del resto de la sociedad y no intervienen en la reconstrucción de ese mundo casi acabado. En ese sentido, ¿la humanidad es una cuestión del individuo o de la especie? Y esto enlaza con la pregunta de qué nos hace ser humanos.
La unidad familiar formada por Padre, Madre y Elio se mantiene apartada de terrestres y Bionautas porque ambos colectivos desconfían entre sí: los terrestres reprochan a los Bionautas que introdujeran gérmenes contra los que no tenían defensas y estos no creen que los terrestres sean capaces de algo más que de seguir destruyendo el planeta. Intentar que una familia progrese en un ambiente de desconfianza cruzada es muy difícil, pero ellos optan por llevar adelante su proyecto vital, resistiendo la hostilidad y la indiferencia que unos y otros les dedican como mejor pueden. No se mantienen totalmente al margen de sus congéneres pero sí que apuestan por su modo de vida en un intento por mostrar que la integración entre terrestres y Bionautas es posible, de manera que se vayan rompiendo las suspicacias mutuas. Por eso su postura es valiente y muestra la capacidad imaginativa de la que hablaba antes y que pienso que nos hace humanos, una capacidad que tiene pleno sentido cuando se desarrolla en comunidad.

¿Qué autoras tienes como referentes?
En relación con el género que cultivo, es inevitable que mencione a Ursula K. LeGuin, una autora excepcional que ha servido de inspiración a numerosos autoras y autores. Hace poco que nos dejó pero sus palabras siguen alentándonos a escribir y a buscar alternativas al capitalismo galopante, tal y como ella misma manifestó al recibir la Medalla de la National Book Foundation por su contribución a las letras norteamericanas en 2014. Soy muy admiradora de la argentina Angélica Gorodischer, escritora de ciencia ficción a la que la propia LeGuin tradujo al inglés y que combina una prosa maravillosa con ideas muy interesantes y un ingenio prodigioso. También tengo que mencionar a Rosa Montero, a la cubana Daína Chaviano y Elia Barceló, que ha alumbrado el camino de muchas autoras en español. Pero no puedo dejar de citar a Mary Shelley, todas somos sus hijas, Shirkey Jackson, Anna Kavan, Daphne du Maurier, Marguerite Duras, Donna J. Haraway o Ana María Matute.

Algunas escritoras actuales de ciencia ficción, fantasía y terror que nos puedas recomendar.
Afortunadamente hoy en día hay muchas. En ciencia ficción yo destacaría a Annie Leckie, Lola Robles a Susana Vallejo, Teresa P. Mira de Echeverría, Nieves Delgado, Felicidad Martínez, Arantxa Rochet, Laura Ponce o Caryanna Reuven. En el ámbito del terror es imposible no mencionar a Nieves Mories, Gemma Files, Marta Junquera o Alicia Pérez Gil. Y en la fantasía y el new weird, contamos con Sofía Rhei, Layla Martínez, Laura Fernández, Miriam Jiménez, Aránzazu Serrano, Samatha Schwelin, Mariana Enríquez, Concha Perea, Iria Parente y Selene Martínez, Rocío Vega, N. K. Jemisin o Susanna Clarke.

¿En qué estás trabajando ahora?
Actualmente estoy inmersa en la escritura de dos novelas. La primera combina la ciencia ficción y la fantasía para contar la historia de una revolución en la que seres oprimidos se rebelan para lograr la libertad. Se trata de un universo que ya he visitado en algún relato con una importante carga mitopoyética. La segunda podría describirse como una historia alternativa sobre editoriales de ciencia ficción en guerra. Como ves, últimamente me atraen las historias reivindicativas. También estoy ultimando la reedición de Del Naranja al Azul, la precuela de Bionautas, donde abordo la reconstrucción de la sociedad humana tras la llegada de la pandemia.

¿Qué estás leyendo ahora?
Estoy leyendo Trail of Lighting de la autora nativa norteamericana Rebecca Roanhorse, en nuestro país está disponible en catalán con la editorial Mais Més, una obra de fantasía con influencia de la cultura indígena de América del Norte. También estoy leyendo la antología de cuentos Su Cuerpo y Otras Fiestas, de Carmen Maria Machado (Anagrama), uno de los cuales tradujimos en la revista SuperSonic que dirijo.

¿Crees que el año que viene las mujeres volveréis a arrasar en los premios Ignotus?
Espero que sigamos siendo nominadas en igualdad de oportunidades que nuestros colegas varones y que aumente la cobertura de los medios a nuestras obras para equipararla con la que suelen tener ellos.

¡Muchas gracias!
Muchas gracias a vosotras por vuestro interés y ¡larga vida a Pikara!

 


Seguro que te encantan estos artículos.

 

 

Download PDF

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

Download PDF

Título

Ir a Arriba