En duelo por Sarah Hegazy: una declaración de amor, pérdida y liberación

En duelo por Sarah Hegazy: una declaración de amor, pérdida y liberación

Sarah optó por una libertad que no le fue concedida en la Tierra. En su despedida escrita el sábado 13 de junio del 2020, señala a la crueldad del mundo como responsable. Aún así, perdona. Ojalá que todxs aprendamos de Sarah.

24/06/2020
una chica entre una multitud se levanta sonriente con la bandera LGTBI

Sarah Hegazy con la bandera LGTBI.

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En la última imagen de su instagram, Sarah aparece acostada en un parque. Escribe: “El cielo es más dulce que la Tierra y yo elijo el cielo”. Al elegir ese cielo, Sarah optó por una libertad que no le fue concedida en la Tierra. Toda su vida luchó por la liberación y la encontró en la muerte. Mientras lloramos la pérdida de nuestra hermana, nuestra amiga y nuestra camarada, el espíritu de sus últimas palabras está presente en nosotrxs. Es el espíritu del derecho a la dignidad y a la autodeterminación de los cuerpos. En su despedida escrita el sábado 13 de junio del 2020, Sarah señala a la crueldad del mundo como responsable. Aún así, perdona. Ojalá que todxs aprendamos de Sarah.

Los desafíos pueden tomar muchas formas. En un concierto del grupo libanés Mashrou’ Leila, Sarah levantó la bandera arcoiris, llena de esperanza y alegría. Inspirada por la revolución egipcia, Sarah siempre creyó que era necesario desafiar a los regímenes autoritarios de cualquier tipo. Sarah era, ante todo, una comunista. Su activismo anti-estado llevó a su detención, interrogatorio, tortura, electroshocks, aislamiento y, finalmente, al exilio de su casa en Egipto y la separación de su madre, de sus hermanxs y de sus amigxs. Esta experiencia traumática le pasó factura. Cuando llegó a Canadá, los recuerdos de estas vivencias horribles la perseguían continuamente. Esta es una historia que se repite una y otra vez ya que en todo el mundo los regímenes represivos utilizan estas tácticas para intentar silenciar a la resistencia. En todo el mundo estamos viendo revoluciones y contra-revoluciones, una verdadera guerra sobre cuáles son las vidas que importan. La muerte de Sarah es una evidencia más de las crueldades y opresiones que viven un sin número de personas marginalizadas en todo el planeta.

En este momento de tristeza, recordamos cómo Sarah se oponía vehementemente a la violencia estatal, al estado policial y al capitalismo. Llegó a esta tierra, bautizada como “Canadá” por los mismos colonos blancos que han creado una gran mentira global sobre la inclusión LGTB y el homonacionalismo. Esta misma mentira que enriquece al neoliberalismo y sostiene objetivos imperialistas utilizando a los derechos de las personas LGTB como escudo. Mientras esto ocurre, los dictadores continúan imponiendo políticas y estructuras sistémicas que matan a gente en las cárceles, en los trabajos y en la calle.

El heteropatriarcado que ha llevado a la muerte de Sarah no es una coincidencia. Cuando Sarah llegó a Canadá, todo el mundo halagaba al Gobierno de Trudeau por su política de asilo a personas refugiadas de Oriente Medio. Apenas unos años después, comprobamos que su compromiso con las personas refugiadas queer era meramente superficial. Las estructuras necesarias para que se puedan establecerse en Canadá son prácticamente inexistentes.

Lo que vemos es pobreza, desempleo, bajos niveles de vida, traumas que se extienden por toda la comunidad y falta de recursos en salud mental. Cuando Canadá recibió a estas personas refugiadas, se disfrazó de salvador de los derechos humanos en una representación para un mundo que se sienta y observa a través de una lente imperialista y orientalista. En realidad, le daba igual las condiciones de vida de refugiadxs como Sarah. Desafiar el status quo es desafiar las estructuras que mantienen esta tiranía en el poder. Desafiar el statu quo es, por tanto, desafiar al poder. Esto es lo que hizo Sarah y lo pagó con un mayor aislamiento y una más profunda alienación.

Los efectos de la tortura física y psicológica dejan cicatrices espeluznantes en demasiadxs presxs. Todxs lxs presxs son presxs políticxs y, ahora más que nunca, está claro que la policía y los estados militarizados son los culpables. Desde la Isla de la Tortuga [1] a Oriente Medio, rechazamos estas instituciones que protegen a los poderosos y a los ricos a nuestra costa. Rechazamos sus mentiras que usan los derechos LGTB para legitimizar y pintar de rosa su apartheid, su colonialismo, su neoliberalismo. En este contexto “postcolonial”, rechazamos esos discursos que limitan nuestras elecciones entre el fundamentalismo religioso, la intervención occidental o el autoritarismo. Sarah era parte de una revolución egipcia que ha intentado crear posibilidades más allá de estos límites. Sarah creía que a través del acto de resistencia, encontraremos maneras de crear una sociedad más justa.

Si podemos acusar a la policía egipcia, a los interrogadores y torturadores de provocar esta tragedia, también podemos señalar al gobierno canadiense como responsable por su escaso apoyo a las personas refugiadas y por su participación en guerras internacionales. Es el momento de crear redes de solidaridad entre todxs aquellxs que luchan por la libertad y la autodeterminación.
En estos días surgen muchísimas emociones, incluyendo rabia, tristeza, culpa, vergüenza, recuerdos felices y nostalgia de días mejores.

Dejémonos contagiar por la sonrisa de Sarah, su oposición feroz al autoritarismo y al heteropatriarcado, su infatigable imaginación para construir un mundo mejor para todxs nosotrxs. En esta última fotografía, Sarah optó por descansar su mejilla sobre la hierba mientras el cielo se expandía por encima de ella, como una esperanza continua de liberación, sólo que ahora en otros planos. Mientras lloramos a Sarah aquí, continuemos su lucha por la libertad.

Amada hermana, amiga, camarada, descansa en paz y en poder Sarah.

Hasta que todxs seamos libres

Árabes queer en el territorio robado de Tkaronto y Tiohtià:ke[2]


 [1] Turtle Island en el original es el nombre con el que muchas Primeras naciones y pueblos originarios norteamericanos llaman a la Tierra o a América del Norte y que es comúnmente utilizado en los contextos activistas en Canadá.[2] Nombres originales de la región de Ontario bautizada como Toronto por los colonos europeos.

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