Enraizar los cuidados o cómo las plantas pueden cuidarnos

Enraizar los cuidados o cómo las plantas pueden cuidarnos

Nos preguntamos cómo ayudan las plantas y las hierbas frente a los transtornos del sueño y el descanso, el estrés y la ansiedad, los temores y las preocupaciones. Responde la colectiva colombiana Yerbateras.

07/10/2020
hierbas en verano

Hierbas.

Quedarse encerrada en casa no fue fácil, mucho menos si este no era un espacio tranquilo y seguro. Durante el estado de emergencia aumentaron los transtornos del sueño y el descanso, el estrés y la ansiedad, los temores y las preocupaciones. Tampoco fue muy fácil, para quienes pudimos hacerlo ya, habitar nuevamente el espacio público luego de semejante temporada de introspección. Nos preguntamos qué relevancia tomó el autocuidado en nuestras vidas pandémicas y cómo ayudan las plantas y las hierbas en este proceso. Responde la colectiva colombiana Yerbateras.

Las cuatro integrantes de Yerbateras llevan plantas tatuadas en sus pieles. Ivon, Gavio, May y Tef son mujeres jóvenes y sexodiversas con vidas atravesadas por el uso de plantas medicinales y el trabajo comunitario en América Latina. Crecieron en contextos urbanos, pero rodeadas de mujeres con un profundo vínculo con las plantas, y en una Colombia donde cada fin de año se deja atrás lo que no sirve y se da bienvenida a lo nuevo con baños y hierbas. Hablamos con ellas de autocuidado y del papel las plantas y de las hierbas en este proceso.

Conformaron la colectiva en el 2016 para rescatar el saber popular de las ancestras, cuestionar el uso de las plantas de forma política y colectiva e investigar otros usos más allá del medicinal. Aprendieron de las propiedades y beneficios de las plantas y hierbas: saben qué usar para momentos de estrés y qué otras para momentos de placer; cuáles para acompañar un aborto, y cuáles para el “mal de amores”. Aprendieron a escucharlas y dialogar con ellas y a concebir el cuerpo desde tres dimensiones: el físico, el energético y el emocional.

Emergencia botánica

El autocuidado va de ponernos en el centro de los cuidados a nosotras mismas y a nuestros cuerpos. Agenciar nuestra propia salud y conocernos. Conectar con los rituales cotidianos, con las plantas, con el placer y respetar las decisiones personales. En tiempos de emergencia sanitaria, Yerbateras impulsó (en colaboración con otras mujeres) la campaña Apañes de co-cuidados para tiempos convulsionados. Compartieron en redes ilustraciones y textos para transitar la emergencia sanitaria y el distanciamiento social con la guía de las plantas.

En medio de este contexto incierto y difícil de comprender, las sensaciones de encierro, ansiedad, incertidumbre, aislamiento, zozobra e impotencia fueron las que predominaron para muchas personas, y aún persisten para quienes volver a habitar el espacio público es un tránsito dificultoso. Por eso, desde la colectiva recomiendan para el cuerpo físico el uso de plantas y alimentos que mantengan fortalecido el sistema inmunológico: los cítricos, el jengibre, el ajo, la cúrcuma, el tomillo, el clavo de olor, la canela. Estos fortalecen el sistema inmune y previenen un posible contagio.

Para el cuerpo emocional, optan por el uso de plantas relajantes del sistema nervioso central. Plantas digestivas (porque lo digestivo está conectado con lo emocional) y plantas ansiolíticas: toronjil, lavanda, manzanilla y menta. Y para el cuerpo energético (“mantener las energías estables”), el uso de hierbas como el vetiver (en Colombia es la mandrágora) para conectar con la raíz.

Las formas en las que se pueden usar estas plantas son múltiples: infusiones, aceites, pomadas, sahumerio, evaporadas o fumadas. Pero para cuidar del cuerpo energético, es muy beneficioso el baño herbal.

La cultura de las plantas

El baño herbal es una técnica milenaria que usaban de forma recurrente las culturas mayas y aztecas, y que las comunidades rurales de Colombia siguen practicando. “Nuestros papás y mamás nos bañaban de chiquitas con planticas contra las enfermedades culturales como el mal de ojo, el espanto o el espasmo. En Colombia tenemos una costumbre a fin de año que nos bañamos con siete hierbas amargas y siete hierbas dulces. Lo amargo es para soltar lo que ya no se quiere y lo dulce es para atraer lo que deseamos”, cuenta May.

Con el baño herbal se puede ritualizar el baño diario. “Es una práctica que relaja el cuerpo, distenciona, libera estrés, descontamina energías, armoniza los espacios, vuelve a las personas un poco más blanditas. Los recomendamos para estos tiempos en los que se ha aumentado el estrés, el insomnio, los problemas mentales. Plantas como la albahaca, la hierba buena y la menta que limpian nuestro cuerpo y energías y ayudan a que se genere un espacio de armonía, porque imaginate una encerrada con cuatro personas todos los días y a toda hora sin tener que comer. Y todas las plantas que recomendamos son de fácil acceso, se pueden conseguir en los mercados del barrio o sembrar en una huerta o micro jardín”, añade la integrante de Yerbateras.

Instrucciones para el baño herbal:

*Se pueden usar una o varias plantas.
*Poner a hervir agua y una vez esté en ebullición agregar uno o dos manojos de la/s planta/s elegidas. Colocar en un cuenco/recipiente el agua con las hierbas.
*Tapar, dejar entibiar, y luego de la ducha, tal como se hace de manera frecuente, se vierte el agua de hierbas del cuello hacia abajo, intencionando y siendo consciente, según la necesidad del momento.
*Una vez terminado el baño herbal se enjuaga con agua de la ducha.


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En caso de realizar una limpieza espiritual y energética conviene usar “plantas conocidas como amargas”, que ayudan a despojar aquello que se necesita depurar; puede ser ruda, romero, verbena, borraja o cariaquito morado. Otra de las formas de uso es en sahumerio, que consiste en un atadito con mezcla de plantas secas, polvos o resinas que al entrar en contacto con el fuego produce un humo que, con su fragancia, es capaz de equilibrar y purificar las energías en un lugar. Hacer “este ritualito en horas de la mañana, lo más tardío puede ser el mediodía”, recomiendan. También explican cómo.

Instrucciones para el sahumerio:

*Elegir una o varias plantas secas.
*Quemar una(s) ramita(s) y llevar su humo por todo el cuerpo, de arriba hacia abajo, respirando y soltando aquello que se quiere dejar ir.
*En la habitación, mantener las ventanas y puertas cerradas. Llevar el humo desde un rincón lejos de la puerta con movimientos suaves desde el suelo, hacia el techo. Hacer esto en círculos en sentido de las manecillas del reloj, en cada esquina del lugar.
*Cuando se termina se deja que el atadito se consuma en un cuenco de barro o cerámica que soporte el calor.

Verde primario

“Las personas, sobre todo las que vivimos en las ciudades, crecemos en medios con poco contacto con lo natural y poca conciencia del ciclo natural de las plantas, eso nos desconecta de ellas y de sus mensajes; también de las propiedades que proporcionan a nuestra salud y del beneficio para nuestra cuerpa”, cuentan las Yerbateras.

Para tener un primer acercamiento a las plantas proponen que sea desde la exploración sensorial.

Instrucciones para la exploración sensorial:

*Destinar un tiempo a tomar una planta.
*Cerrar los ojos y conectar con la planta a través de otros sentidos.
*Escucharla: “Las plantas también tienen sonidos. La savia [el fluido transportado por los tejidos de conducción de las plantas] está en constante movimiento, dependiendo de cada fase lunar sabemos si la savia está arriba o si está abajo. La planta en su efecto de fotosíntesis también tiene unos sonidos imperceptibles; es a través de un ejercicio de exploración continua que se puede percibir estos sonidos”.
*Pasarla por el gusto: ¿qué sabor tiene?
*Pasarla por el tacto: sentir su forma, tamaño, textura, rugosidad.
*Pasarla por el olfato: toda la planta tiene olor, no solo sus flores.
*Usar la intuición. “En un taller le pongo una lavanda a una chica y le pregunto qué siente cuando la escucha. Me dice que se sintió relajada. La intuición le habló y se pudo dar cuenta que la propiedad de esta planta. No tuve que decírselo ni tuvimos que leerlo en un libro de botánica”, cuenta May.

Desde la colectiva hacen hincapié en que las plantas no solo sirven para aliviar un dolor de cabeza, sino que el vínculo con ellas posibilita “la resistencia, el agenciamiento como yerbateras y autogestoras de nuestra propia salud, de la capacidad de entender y autoexplorar nuestros cuerpos”. Y continúan explicando: “Como las plantas que están antes que nosotras, que son sabias, vienen a darnos mensajes, formas de cuidado y propiedades que son para nuestro beneficio. Entender eso en relación con las plantas, la tierra, el territorio, es una forma de reivindicar las otras epistemiologías que han sido silenciadas por un sistema de salud imperante que te dice que no conoces tu cuerpo y te farmacodependiza para que no tengas prácticas de prevención y de cuidado propio”.

El autoplacer es cuidado

Las plantas también permiten hacer un uso placentero, afrodisíaco y estimulante de los cuerpos. Las Yerbateras dicen que vincularse en profundidad con plantas que tienen estas propiedades implica una búsqueda del “yo erótico” y del autoplacer. Algunas de las que se pueden usar como estimulantes sexuales son: coco (en aceite), jengibre, marihuana, menta, cacao, rosa mosqueta, ylang-ylang, hinojo y pachouli. Se recomienda su uso en pomadas o aceites para aplicar sobre la piel o, en el caso del jengibre, en contacto directo.

una maceta azul rectangular, con plantas

Imagen de Caisse Clémentines. Del Facebook de Yerbateras.

Las plantas y hierbas también pueden ayudar en un proceso difícil de separación de un vínculo sexo-afectivo o, como se conoce popularmente, “mal de amores”. Según las Yerbateras, el cacao “tiene una propiedad muy importante en términos energéticos que es la de pegar literalmente el corazón, volver a unir cada partecita que quedó rota, recomponerse, volver a estar bien, sentirse sano, mimar la herida. Visualizar este momento cuando trabajas con el cacao es realmente mágico”.

Otra de las plantas que ayuda en estos casos es la raíz vetiver, que crece con una profundidad de cuatro metros, “activa el chacra raíz, nos nutre de magia dorada, nos recuerda que sin una raíz fuerte el tallo, ramas y frutos no existen. Activa los sueños, la creatividad, saca la bruja interna, nos recuerda nuestra misión de vida, nuestras pasiones. ¿Cómo está nuestra raíz? ¿Estoy haciendo lo que me gusta, lo que me hace vibrar?”, dicen.

Es que existe un vínculo muy fuerte entre las plantas y las emociones. El manual Hierbas contra la tristeza ayuda a sobrellevar la tristeza con lavanda, romero y citronella, entre otras; y recuerda que este conocimiento viene de las ancestras, que se ha pasado de abuelas a madres a nietas.

Lo mismo para los dolores menstruales, plantas como la salvia, el jengibre, la canela y la lavanda ayudan durante el período. Para profundizar en el uso de las plantas y hierbas medicinales está el manual ‘Botica del Señor’, de Maria Treben; y para el autoconocimento de los cuerpos, la salud sexual y el placer, está el ‘Manual Introductorio a la Ginecología Natural’, de Pabla Pérez San Martín.

Explora con todos tus sentidos a las plantas y hierbas. Aprende cuáles necesitas cerca y con cuáles tienes más afinidad. Búscalas en tiempos de crisis o cuando estés triste; pero no olvides de acercarte a ellas cuando quieras propiciar el autoplacer o el placer entre cuerpos. Búscalas para conocerte y explorar tu ciclicidad; aprende de ellas y tiende puentes con otros cuerpos que las necesiten.

 


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