El lenguaje de las biografías sobre mujeres latinoamericanas
El proyecto 'As Mina na Historia' buscar recordar a las olvidadas, confrontar estereotipos de feminidad y reescribir parte de los imaginarios difundidos sobre las mujeres
Las primeras biografías sobre mujeres latinoamericanas –de las que se tiene conocimiento– se hicieron entre finales del siglo XIX e inicios del XX, período en que el tema principal eran las independencias nacionales. En América Latina no Século XIX: Tramas, telas e textos (América Latina en el Siglo XIX: Tramas, telas y textos), María Ligia Prado, historiadora brasileña, escribe sobre lo que la historiografía oficial ocultó acerca de la participación de las mujeres en las luchas por la independencia política de América Latina. Analiza algunos de los libros publicados en Brasil (Mulheres Célebres (1878), de Joaquim Manuel de Macedo; Brasileiras Célebres (1862), de Joaquim Norberto de Souza, e Heroínas do Brasil (1917), de General Carlos A. de Campos) y muestra que esos escritos eran usados como lección de moral para las mujeres jóvenes, siendo lectura obligatoria en las escuelas. La obra de Prado explicita cómo esas narrativas fueron noveladas, hechas con base en un estilo tradicional de organización social y con fines patrióticos. Es importante observar que el perfil de los autores que reproducían esas ideas es siempre el mismo: masculino y blanco.
La representación de Joana D’arc (1412-1431) sirve como una de las evidencias de un tipo de universalización de parámetros que se utiliza para construir biografías de mujeres: la mítica heroína francesa se ha conocido en Europa y en Estados Unidos como símbolo de abnegación, la pureza moral y la feminidad inmaculada. En Brasil, por su parte, María Quitéria (1792-1853), joven baiana que se vistió con ropa masculina para participar en las luchas independentistas, fue descrita, según palabras de Padro, como una mujer que “sintió el corazón arder de amor por la patria”. De la misma manera, la mexicana Rita Pérez (1779-1861), que participó activamente en la Guerra de Independencia de México, se conoció como “matrona que era un ángel de caridad y tuvo su corazón puesto a prueba”.
En todas estas biografías las mujeres son descritas por el lado de la emoción. Son personajes que se involucraron en estas gestas por una “causa justa” y que después volvieron a sus “debidos lugares”: el papel de esposa, madre, ama de casa. Luis Rubio deja claro al final de la biografía de Rita Pérez que “Rita lloró la muerte del esposo, pero se consagró al cuidado de su hogar en la ciudad de Lagos, donde nació y vivió hasta la edad de 82 años”.
La rebeldía y la insubordinación fueron características negadas a las mujeres, frecuentemente clasificadas en el binarismo europeo del siglo XIX: santas o brujas. Es importante resaltar aún que gran parte de esas biografías posteriores a las independencias excluyeron a mujeres negras e indígenas, grupo prácticamente sin lugar en la historia. Maria Felipa de Oliveira (fecha de nacimiento desconocida-1873), por ejemplo, mujer negra y pobre, que participó activamente en los movimientos de defensa de la independencia en Salvador (Brasil) es prácticamente desconocida. Es para eso que el proyecto As Mina na Historia existe: para recordar a las olvidadas, confrontar estereotipos de feminidad y reescribir parte de los imaginarios difundidos sobre las mujeres.
“Texto originalmente publicado en portugués en el sitio Horizontes Ao Sul en la edición de Marcia Rangel Candido”
Sigamos reescribiendo la historia: