Claire Provost, Lou Ferreira y Claudia Torrisi

Esta investigación es una traducción de la original en inglés publicada por openDemocracy. Traducción de David G. Company.

Monika*, en Varsovia, empezó el 2020 embarazada y emocionada por empezar una nueva familia. Entonces fue diagnosticada con triploide, un trastorno cromosómico poco frecuente. La mayoría de los fetos con triploide no llegan al parto; otros nacen muertos o mueren al poco tiempo. Estaba destrozada. “En cuanto recibí los resultados supe que debía interrumpir el embarazo”, dijo.

Alessia Crocini, en Roma, decidió empezar una familia hace seis años con su novia y viajó a España para una FIV (fertilización in vitro). Las dos mujeres se separaron más tarde. Entonces llegó el confinamiento por la Covid-19 y no se le permitió ver a su hijo durante semanas, “porque no soy su madre según la ley”. Su nombre no aparece en ninguno de los documentos de su hijo. “¿Cómo se lo puedo explicar a un niño de seis años? Para él, yo soy su madre”.

A Helina Lundestad, en Noruega, le negaron los métodos anticonceptivos cuando tenía 16 años. Aunque ya eran legales desde hacía tiempo, cuenta que su médico se negó por motivos religiosos. “Para mí fue como si indirectamente me llamaran guarra”.

Lo que conecta las historias de Monika en Polonia, de Alessia en Italia y de Helina en Noruega no es sólo que se les negaran sus derechos en Europa, a menudo considerado el continente más progresista del mundo. Además, sus derechos han entrado en el punto de mira de poderosos grupos cristianos de derechas de los Estados Unidos – muchos de ellos con vínculos estrechos con la administración Trump.

Hoy, openDemocracy revela cómo algunas organizaciones cristianas de derechas han gastado 280 millones de dólares en todo el mundo desde 2007. Se gastó más dinero en Europa que en ninguna otra región (90 millones de dólares), seguida de África, Asia y América Latina.

El imperio global de 280 millones de dólares de ‘dinero opaco’ de la derecha cristiana estadounidense

Desde 2008, los grupos cristianos de derechas, muchos de ellos vinculados al gobierno de Trump y conocidos por combatir los derechos LGBT y los derechos reproductivos de las mujeres, han gastado más de 280 millones de dólares de ‘dinero opaco’ fuera de los Estados Unidos.

Para ver qué tipo de organizaciones son y cuánto dinero han destinado por países, puede consultarse el gráfico interactivo de la investigación original aquí.

Ninguno de esos grupos revela las identidades de sus donantes o detalles de cómo usan su dinero fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, han intervenido en procesos judiciales importantes, incluida la resolución judicial de antiaborto en Polonia de la semana pasada y que ha creado jurisprudencia.

Uno de esos grupos en el Centro Americano por la Ley y la Justicia (ACLJ, por sus siglas en inglés), cuyo principal consejero es el abogado personal de Trump, Jay Sekulow. Junto a Rudy Giuliani, Sekulow coordinará cualquier impugnación de Trump a los resultados de las elecciones del 3 de noviembre. Ambos dirigieron también la defensa del impeachment de Trump en 2019. Otro grupo en la Alianza en Defensa de la Libertad (ADF, por sus siglas en inglés), el cual está también estrechamente ligado al gobierno de Trump a través de antiguos empleados y reuniones frecuentes.

Entre ellos, las oficinas europeas de las ACLJ y ADF de Sekulow han intervenido en docenas de casos judiciales europeos en la última década. Se han opuesto a la adopción por personas del mismo sexo, han apoyado a doctores y negocios que se han negado a ofrecer sus servicios a mujeres y a personas LGBT y, al menos en siete casos distintos, han participado como amicus curiae ‘amigos de la corte’ en apoyo del gobierno conservador de Polonia.

Algunos de estos casos han tenido un gran impacto. Si Monika se enfrentase a su crisis de embarazo ahora, es posible que no tuviera acceso a un aborto legal y seguro. La semana pasada, la corte constitucional de Polonia votó a favor de prohibir el aborto en casos de malformaciones en el feto. El grupo de Sekulow presentó argumentos en favor de las nuevas restricciones, las cuales fueron declaradas graves “violaciones de los derechos humanos” por el Consejo de Europa.

“Creo que mucha gente, incluidas las personas que están al mando, deberían de estar en estado de alerta por el hecho de que las organizaciones cristianas de derechas estén exportando sus ideas anticuadas a Europa y que estén intentando influenciar a los tribunales europeos”, Neil Datta, jefe del Foro Europeo sobre los Derechos Sexuales y Reproductivos (EPF, por sus siglas en inglés), contó a openDemocracy.

Según él, las instituciones europeas, incluidos los tribunales, necesitan hacer más para protegerse de esos grupos que “están intentando socavar la democracia, el liberalismo y los derechos humanos”. Datta describió las actividades de esos grupos estadounidenses como “cruzadas contra los derechos de las mujeres y LGBT”.

Guerra contra las mujeres

Monika dice que, si las nuevas restricciones sobre el aborto en Polonia hubiesen estado en pie antes, ella “se habría encontrado en una situación trágica”.

“El acceso al aborto en casos como el mío son una cuestión de salud mental y física de las mujeres”, afirma. “Seguir adelante con el embarazo significa imponer una carga enorme sobre mi cuerpo. Me gustaría tener más hijos, así que me gustaría que mi cuerpo me permitiera dar vida otra vez en un futuro”.

Teme que las “terribles consecuencias” de las nuevas restricciones incluirán “los corazones rotos de madres que son forzadas a seguir adelante con esos embarazos y a ver cómo mueren sus bebés”.

Las actividades europeas de los grupos de Jay Sekulow ACLJ y ADF a menudo reproducen su trabajo en los Estados Unidos. Ambos grupos han presentado escritos en la Corte Suprema de los Estados Unidos y se espera que participen en nuevos recursos contra el derecho al aborto con quien ha sido recientemente elegida por Trump para la Corte Suprema, Amy Coney Barret, en el estrado.

Además de intervenir en el reciente caso sobre el aborto en Polonia, la organización de Sekulow (el Centro Europeo por la Ley y la Justicia, ECLJ, por sus siglas en inglés) está apoyando al gobierno polaco en casos separados pero relacionados en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

En ese caso, Polonia ha sido denunciada por una mujer a quien no se le permitió abortar tras haberse sabido que el feto sufría serias anomalías. Ella dice que fue obligada a dar a luz y a ver cómo su hijo sufría y moría.

ADF International, mientras tanto, dijo en su informe anual de 2019 que ha obtenido “18 victorias” en el TEDH desde 2010, aunque no dio detalles de los casos concretos.

Oposición a los anticonceptivos

En su página web, ADF International también indica que apoyó con éxito a sus socios en Noruega para defender a un doctor que se negó a proporcionar DIUs (dispositivos intrauterinos, un tipo de anticonceptivo de larga duración) a una mujer por motivos religiosos.

Helina Lundestad, quien ahora tiene 25 años, dijo que teme que una consecuencia de que los médicos se opongan a los anticonceptivos es que –como le ocurrió a ella cuando tenía 16 años– pueda haber más embarazos no deseados entre adolescentes.

“Cuando eres joven, puede resultar embarazoso hablar sobre anticonceptivos”, explicó. “Si te atreves a pedírselo al médico, pero te lo rechazan, se convierte en algo que da miedo.  Como si estuvieras haciendo algo malo”.

Guerra contra las familias

La Unión Europea ha declarado que existen “valores fundamentales” que prohíben la discriminación por motivos de orientación sexual.  Todos los países miembros de la UE deben seguir esos valores.

Polonia ha generado recientemente un conflicto con representantes de la Unión Europea tras declararse un gran número de sus municipios “zonas libres de ideología LGBT”, en el que ya era considerado como el país más homófobo de la UE.

La organización ECLJ de Sekulow ha defendido públicamente a estos municipios, afirmando que no existe nada discriminatorio “en considerar que la presión social pro-LGBT+ es el vector de una ideología y en negarse a promoverla entre los/as niños/as”.

Según sus archivos financieros, el grupo norteamericano de Sekulow ha gastado más de 14 millones de dólares en Europa desde el 2007. ADF ha gastado 15 millones de dólares en Europa – pero casi toda esa cantidad sólo desde el 2015, el año en que el matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado en los Estados Unidos.

En el Reino Unido, ADF dice que ha preparado informes legales en varios casos judiciales, incluido el de Lee v Ashers Baking Company, en el que la corte suprema falló a favor de unos panaderos de Irlanda del Norte que se negaron a decorar un pastel de boda con un mensaje a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Por aquel entonces, ADF estaba defendiendo a otros panaderos en la Corte Suprema de los Estados Unidos en un caso similar en el que los panaderos se habían negado a hacer un pastel para una boda entre personas del mismo sexo.

Tanto el ECLJ como ADF International han intervenido en defensa de Italia en recursos en el TEDH cuando se han excluido a personas del mismo sexo de matrimonios o uniones civiles. El primero de estos casos terminó en el 2016.

Su veredicto –que Italia debía garantizar algún tipo de reconocimiento legal para esas parejas– tuvo su impacto: poco después, Italia introdujo las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Sin embargo, los legisladores no garantizaron la igualdad total en el matrimonio, lo que significa que muchas parejas LGBT tienen dificultades para formar familias legalmente. Gracias a la presión de grupos y políticos/as de derechas, un/a cónyuge puede adoptar al hijo o a la hija del/de la otro/a cónyuge sólo si están casado/as.

Para Alessia Crocini, en Roma, esto ha significado que su hijo sólo tiene una madre legal: su antigua compañera. Durante el confinamiento por la COVID-19, dice que “esto significó que no podía salir de casa para recogerlo porque, legalmente, no era la madre de ese niño”.

A la ofensiva

Según el registro de grupos de interés de la UE, ADF International tiene 7 miembros de grupos de presión en Bruselas y gasta 300.000 euros al año en presionar en la UE. No está del todo claro cómo ha sido gastado ese dinero o qué impacto ha tenido.

Sin embargo, los abogados de ADF han dicho en otras ocasiones que están trabajando para garantizar que “los precedentes europeos negativos no se expandan más por Europa y, más tarde, a través del océano hasta América”.

Este parece ser también el objetivo principal del grupo de Sekulow. El informe que su ECLJ presentó en el caso del tribunal constitucional de Polonia la semana pasada fue en parte un copia y pega del anterior informe contra el aborto que presentó, en el 2017, al grupo de trabajo de derechos humanos de las Naciones Unidas.

Effie Fokas, investigadora en la Fundación Helénica de Política Exterior y Europea, ya lo ha visto antes. Cuenta que muchos grupos estadounidenses han sido claros sobre sus ambiciones de boicotear precedentes progresistas en Europa antes de que lleguen a los Estados Unidos.

Robert Wintemute, profesor de derecho del King’s College de Londres, dice que se encontró por primera vez con el ECLJ en el 2010 en una reunión del Consejo de Europa, donde dijo que el grupo representaba al Vaticano y se oponía a cualquier reconocimiento de matrimonio entre personas del mismo sexo.

Wintemute dice que un fallo del Tribunal Supremo de los Estados Unidos del 2003 –que citaba una resolución del TEDH que anulaba la criminalización de sexo gay en Texas– “habría sido una motivación adicional” para los grupos estadounidenses para tratar de influenciar aún más los resultados en Estrasburgo.

‘Dando la voz de alarma’ a nivel global

Katarzyna Kotula, una miembra del parlamento polaco centroizquierda, dijo que la resolución sobre el aborto de la semana pasada podría tener consecuencias a nivel internacional y “alimentar a organizaciones fundamentalistas de toda Europa que tratarán de hacer que sus países tomen el mismo camino”.

Neil Datta en el EPF de Bruselas dijo: “Llevamos años dando la voz de alarma, y aun así la escala y el impacto de estos grupos parece ser que cae en oídos sordos en Europa. Estamos siendo testigos de cómo grupos cristianos de derechas de los Estados Unidos están usando ingentes cantidades de dinero opaco y de cómo grupos de expertos legales se están infiltrando en nuestras instituciones democráticas”.

Petra Bayr, presidenta de la comisión de igualdad de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, dijo: “Deberíamos establecer mecanismos estrictos de acreditación y filtración antes de permitirles acceso a influenciar los procesos democráticos”.

La miembra del Parlamento Europeo Sophie in’ t Veld dijo que en lugar de “generar un debate público”, esos grupos están “operando como un ejército secreto… Son un lobo con piel de cordero y usan lenguaje de derechos humanos para tener acceso a instituciones democráticas”.

“Estas fuerzas están haciendo el máximo uso posible de las estructuras de la UE, incluidos tribunales y parlamentos, para impulsar sus intereses”, añadió la miembra del parlamento europeo. “Europa no puede seguir dudando y vacilando. Debe levantarse y defender nuestra forma de vida europea”.

Mientras tanto, Gianfranco Goretti, presidente de la asociación italiana LGBT Famiglie Arcobaleno, señaló la ironía de que “los enemigos más feroces [de la m/paternidad de personas del mismo sexo] son aquellos que hablan de familia como la base de la sociedad”.

“Quizás”, conjetura, “nuestras familias les molestan porque socavan los roles de género. Dos mujeres independientes sin un hombre que les proteja es inconcebible, igual que si un hombre se dedica a cuidar de niños/as”. El ACLJ no ha querido responder cuando openDemocracy les ha pedido hablar en repetidas ocasiones.

ADF no ha respondido a las preguntas de openDemocracy, pero envió una declaración a través de uno de sus abogados, Jeremy Tedesco, manifestando que es “una de las organizaciones dedicadas a la defensa legal de la libertad religiosa y de la libertad de expresión de todos los norteamericanos más grandes y efectivas – incluyendo 11 victorias en la Corte Suprema desde el 2011”.

Tedesco dice que ADF “trabaja habitualmente con muchos bufetes de abogados de prestigio” y que “grupos de todo el espectro ideológico”, incluida la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU, por sus siglas en inglés), “han unido fuerzas en informes amicus junto a ADF o han presentado informes amicus en apoyo de las posturas de ADF”.

Preguntas frecuentes

¿Quiénes son los ‘ejércitos legales’ cristianos de los EEUU que se expandiéndose por Europa? El Centro Americano por la Ley y la Justicia (ACLJ, por sus siglas en inglés) fue fundado en 1990 por Pat Robertson, un ardiente ex-pastor bautista del Sur que no tuvo éxito en su candidatura a la presidencia por el partido republicano en 1988. Se esperaba que fuese una respuesta de derechas a la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés). Fichó a Jay Sekulow como asesor principal en 1992.

Sekulow también es asesor principal del Centro Europeo por la Ley y la Justicia (ECLJ, por sus siglas en inglés), que afirma ser una ONG “de inspiración cristiana” “dedicada a la promoción y protección de los derechos humanos”. Su página web acepta donaciones sólo en dólares estadounidenses (diciendo que “tu donativo se entrega al ACLJ”, cuyas subvenciones aportan el “100% de ayuda para el ECLJ”).

Radicada en una pequeña ciudad de Arizona, la Alianza por la Defensa de la Libertad (ADF, por sus siglas en inglés) también está estrechamente ligada a la administración Trump a través de antiguos empleados de la organización y socios. Noel Francisco, fiscal general de los Estados Unidos hasta principios de este año, era uno de los miles de “abogados aliados” que ADF dice tener en todo el mundo.

Los dos grupos están ligados entre sí a través de funcionarios de alto rango. El antiguo asesor principal de ADF era también el director ejecutivo fundador del ECLJ, por ejemplo.

Los pocos financiadores conocidos de ADF incluyen a la secretaria de educación de las fundaciones de la familia Trump, Betsy DeVos. El presidente de ADF estaba entre los presentes en el reciente evento en la Casa Blanca donde Trump anunció la candidatura de Amy Coney Barret a la Corte Suprema.

*Investigación adicional de Nandini Archer, Lidia Kurasinska y Elida Høeg.

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