“Soñar con los ojos abiertos es una lección machadiana, también contra el amor romántico y los cuentos de hadas”

“Soñar con los ojos abiertos es una lección machadiana, también contra el amor romántico y los cuentos de hadas”

La directora Laura Hojman recorre la vida y obra de Antonio Machado. La catedrática profundiza en la imagen modernista absolutamente idealizada que tenía el poeta sobre el amor "y que es claramente dañina".

Laura Hojman en una librería cafetería del centro de Sevilla. Cristian Pirovano

Laura Hojman en una librería cafetería del centro de Sevilla. / Foto: Cristian Pirovano

El sol se esconde unos minutos en la ciudad donde nació Antonio Machado, mientras Domingo, un vendedor ambulante, que se lamenta de los efectos del confinamiento perimetral en la merma de clientela, espera paciente a que alguien le compre alguno de los libros usados. Entre los volúmenes colocados en la acera del Prado de San Sebastián se encuentra una biografía del poeta hispalense. A la misma hora, Laura Hojman (Sevilla, 1981), directora de la película Antonio Machado, Los Días Azules también aguarda, esta vez, en un bar céntrico de la capital andaluza. Su amor por la poesía, el valor del trabajo militante y la preocupación por los detalles se repiten durante toda la charla con Pikara Magazine.

“Era muy difícil hacer un documental sobre Antonio Machado, al ser una figura tan personal. Creo que cada persona tiene su propio Machado, pero yo también tengo el mío”, afirma consciente del desafío de este proyecto tan íntimo, que coincidió con el 80º aniversario de la muerte del poeta más joven de la generación del 28.

Amor romántico, claramente dañino

Piensa cada pregunta antes de responder y contesta con un lenguaje sencillo y directo, huyendo de academicismos vacuos. “Nunca trato de idealizar a los personajes. No lo hice con Rubén Darío y tampoco con Antonio Machado, aunque creo que, a diferencia del primero, Machado hizo un viaje”, explica la directora, quien recurre a las palabras de la profesora de la Universidad de Granada, Amelina Correa.

En el filme, la catedrática profundiza en la imagen modernista absolutamente idealizada que tenía el poeta sobre el amor “y que es claramente dañita”, apostilla Hojman, cuando se le pregunta por cuestiones referidas a la vida sentimental del autor, vinculada primero a la figura de Leonor Izquierdo Cuevas, de quien se enamora siendo ésta menor de edad y, posteriormente a Guiomar, pseudónimo de Pilar de Valderrama Alday.

“Soñar con los ojos abiertos es una lección machadiana, también contra el amor romántico y los cuentos de hadas”, explica irónicamente la directora, recalcando el momento en el que Machado comienza un posicionamiento político más comprometido, tanto mediante una poesía militante, como maestro de escuela y miembro de las Misiones Pedagógicas de la segunda República.

Artes militantes

El encuentro de Federico García Lorca y Antonio Machado en Baeza marcó la vida del aún joven estudiante granadino. Lorca quería ser músico, pero dejaría el piano para dedicarse a la poesía tras escuchar los consejos de ese profesor que había vuelto a Andalucía. Esta, como otras anécdotas de las que la directora fue consciente solo durante el proceso de documentación de la película, enfrentaban un gran desafío audiovisual: la imagen, ya que no había registro de partes importantes de la historia que quería contar.

“La ilustración me permitía incorporar elementos de la pintura, lo que ya hice en cierto modo en Tierras Solares, transmitiendo con el color”, comenta alabando la labor de la ilustradora cordobesa María Pulido, quien pasa de una paleta saturada de verdes vivos en la infancia de Machado del Palacio de Dueñas a los azules más melancólicos de su exilio en Colliure (Francia).

“Nunca pretendí hacer un documental solamente biográfico sino plantear, a través de la figura de Machado, temas que están de actualidad e invitar a la reflexión”, afirma la directora mientras el bar comienza a vaciarse. Se acercan las seis de la tarde y, con ellas, el cierre del establecimiento. Sin embargo, el relato está parado en enero del 1939, el año que murió el poeta y, en particular, tres semanas antes de su fallecimiento, cuando decenas de miles de civiles quedaron bloqueados en la frontera con Francia. Aquellos días, cerca de medio millón de personas trataban de escapar de la toma de Barcelona y del bombardeo de los aviones franquistas, pero el Gobierno galo cerró sus puertas.

“Yo era pequeña y tenía sueño y Don Antonio seguramente también tenía sueño y quería irse a dormir a algún sitio, pero lo vimos”. Así recuerda la poeta Francisca Aguirre como su padre tuvo a bien explicarla que esa persona que se encontraba como su familia, esperando bajo la lluvia y el frío a pasar la frontera, era Machado. “Esos españoles que iban a invadir Francia y estaban huyendo de la guerra son los mismos migrantes que nos encontramos ahora en la televisión intentando llegar a nuestro país”, asevera consternada Hojman recordando que entrevistar a Aguirre, poco antes de que la poeta falleciese, fue “uno de los regalos del documental”.

Las cifras no engañan

Desde hace cinco años, trabaja en Summer Filmes, una productora independiente con sede en su ciudad natal, y milita en la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales (AAMMA). Según la sevillana, “a las mujeres siempre nos han enseñado a competir entre nosotras y AMMA es el ejemplo de que podemos deconstruir esa dinámica”.

La directora de “Los días azules”, Laura Hojman. Cristian Pirovano

La directora de “Los días azules”, Laura Hojman.  / Foto: Cristian Pirovano

Ojalá no fuera necesaria una asociación de mujeres en los audiovisuales y que los datos, que son objetivos, no dijeran que las directoras, guionistas y productoras somos una minoría bestial”, lamenta la andaluza. Pero las cifras no engañan: Solo el 30% del personal cinematográfico son mujeres, según el informe de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA).

Miradas necesarias

Con la primavera de la que tanto hablaba Machado y si la pandemia lo permite, la sevillana comenzará a grabar su tercera película como directora, la primera sobre una mujer: la escritora feminista María de la O Lejárraga. Miradas necesarias para contar historias desde productoras independientes, que posicionen otras voces en salas, festivales y, también en galardones, como el Premio Forqué, que ha nominado a Los días azules como mejor película documental.

“Machado nos enseñó que la cultura no es solo entretenimiento y hacerse la foto con el político de turno, como se denuncia en la película. Es mucho más, es mirar críticamente, aprender a ponerse en el lugar del otro”, concluye Laura Hojman antes de que nos inviten gentilmente a terminar nuestra charla. Son las seis, está cayendo el sol en Sevilla y, con mucha probabilidad, Domingo ya habrá recogido sus libros antes de volver a casa. “Machado soñaba con el cielo de Sevilla”, nos decía unas horas antes: “Le encontraron un papel en la chaqueta el día que murió, que decía ‘Esos días azules y ese sol de infancia’”.

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