Free Britney

Free Britney

El movimiento de liberación de Britney Spears ha conseguido apoyos de personas anónimas, pero también de artistas como Miley Cyrus o Cher.

Texto: Anita Botwin
17/02/2021
la cantante Britney Spears durante una actuación

Britney Spears, en una actuación. / Foto: Stephen Lavoie (CC)

Free Britney, “liberad a Britney”, así es como se llama el grito de auxilio por parte de los fans de la estrella del pop, Britney Spears. Para entender este fenómeno de apoyo a la cantante tenemos que remontarnos al año 2007, cuando Britney pasa por malos momentos personales y de sufrimiento psíquico. Entonces, varias de sus apariciones públicas son objeto de mofa por parte de los tabloides, como ya ocurrió en su momento con otras artistas como Amy Winehouse. Engordó, se rapó la cabeza y golpeó a un coche de paparazis con un paraguas. Eso es algo que no se esperaba de la princesa del pop, que termina convirtiéndose en villana loca para la opinión pública. Ahí comenzó la sentencia pública y judicial. La cantante pierde entonces la custodia de sus hijos -al conducir con su bebé sin el cinturón de seguridad- y su padre, Jamie Spears, se hace cargo de su tutoría legal. Se convierte en el dueño de la vida y las ganancias de la estrella, hasta la actualidad [hace unos días un tribunal confirmó una sentencia por la que el padre, junto con una empresa, seguirá controlando el patrimonio de la cantante].

Por su parte, su entorno tranquilizaba a los medios y sus especulaciones: la tutoría tendría validez hasta que Britney se recuperase. De esta forma, el progenitor de Britney se convirtió en el controlador absoluto tanto del capital de la cantante como de sus negocios y de las visitas que recibía. En marzo de 2008, una jueza decide concederle a Britney 1.500 dólares semanales “de paga”, que el padre afirmó era para que “disfrutase de más libertad y pudiese decidir cómo pasarlo bien”. Sin embargo, bajo el tutelaje no puede disponer de sus bienes, ni ver a sus hijos, ni elegir en qué trabaja, ni siquiera a quién ve; tampoco puede conducir. Ese mismo año, la cantante confiesa en su documental Britney: For the record que su vida es “peor que la cárcel, porque la cárcel al menos sabes cuándo termina”.

Al poco de empezar la tutela a la que la cantante fue sometida, hizo un especial como invitada en la serie Cómo conocí a vuestra madre y grabó su disco Circus. Además, pudo también grabar el documental. La artista lanza cuatro álbumes, realiza tres giras mundiales, cuatro años de espectáculo en Las Vegas y es jurado a tiempo completo en X Factor.

Todo ello empieza a ser cuestionado por los expertos, y es que ¿se le permite ser jurado de un programa de televisión, hacer giras, pero no se le permite tomar decisiones por sí misma? A ello se une una grabación de 2008, obtenida por Rolling Stone en la que se escucha a la cantante decir: “Lo que quiero es mi vida de vuelta… Quiero ser capaz de conducir mi auto. Quiero ser capaz de vivir en mi casa, sola. Quiero poder decidir quién será mi guardia de seguridad”.

Nace entonces la página web de apoyo a Britney y el movimiento de liberación de la artista que sigue bajo tutela médica y jurídica, inhabilitada a vivir y decidir como cualquier persona adulta. Sus compras más cotidianas, desde una bebida en Starbucks hasta una canción en iTunes, se rastrean en los documentos del tribunal como parte del plan para resguardar la gran fortuna que se ha ganado, pero que no puede controlar.

Sin embargo, el movimiento de apoyo se disipó, hasta diez años después cuando vuelve a surgir con fuerza. En enero de 2019, Britney anunció que cancelaba su nueva gira en Las Vegas, Domination, para centrarse en su padre, cuyo estado de salud era frágil. Dos meses después, la cantante ingresó en una instalación psiquiátrica. Fue entonces cuando varias fuentes aseguraron que en realidad había sido ingresada en contra de su voluntad al haber decidido no tomar su medicación. “Britney nunca ha tenido control de su vida. No me importa si te gusta o no su música, nadie merece algo así”, escribió la página dedicada a las celebridades, Diet Prada, en Instagram. El movimiento #FreeBritney ha conseguido apoyos de personas anónimas, pero también de artistas como Miley Cyrus o Cher.

Actualmente, la cantante ha expresado una fuerte oposición a que su padre vuelva a controlar las decisiones de su vida privada y pública. Britney Spears ha pedido que sea Jamie Lynn Spears, su hermana menor, la fideicomiso de su fortuna, es decir, que sea ella quien administre su dinero. Tras una audiencia celebrada a puerta cerrada, la corte decidió extender la tutela legal sobre Spears a su padre, a pesar de que su equipo aseguró que la artista expresa su “fuerte oposición” a que su padre sea su único tutor legal hasta el 21 de febrero de 2021.

Por su parte, las fans de Britney han mostrado su preocupación a través de las redes y le han pedido a la cantante que responda con mensajes desde la jaula de oro en la que vive. En una transmisión en directo por Instagram, un fan le pidió que si se sentía en peligro usara ropa amarilla y ella apareció en su siguiente post con una blusa de ese color, aunque aseguró que era su color favorito. Casualidad o no, la polémica está servida.

Por desgracia, otras muchas artistas han sufrido situaciones de abuso y maltrato. Ese es el caso de Amy Winehouse, tutelada y explotada por sus padre y marido. Aún recuerdo las imágenes de Amy completamente devastada, dando un concierto por orden de su padre, cuando obviamente no se encontraba con fuerzas. Poco tiempo después, moría en su piso en Candem Town en lo que era una crónica de una muerte anunciada. A ellas se suman las vidas de otras grandes artistas, como Nina Simone, que tuvo que aguantar los malos tratos de su marido, quien la obligaba a actuar sin descanso. Si se quejaba, recibía una paliza y volvía al escenario. Mariah Carey también denunció a su exmarido y magnate musical de Sony Music. “Tenía que pedir permiso para salir de casa. Pensé que nunca podría escapar de allí”, llegó a decir.

 

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