A inicios de 2019 hicimos un parón para repensar el proyecto y organizarnos mejor, para hacernos más resistentes antes los vaivenes de un sector en crisis constante. Dos años después, hemos conseguido algunas de las metas lanzadas; para lograr otras, estamos en el camino.

Que las suscriptoras poco a poco sean uno de los principales pilares económicos del proyecto, con lo que eso conlleva de no depender de fuentes externas, fue uno de los objetivos esenciales lanzados aquel ya lejano enero de 2019. Si teníamos más ingresos por esa vía, el equipo de coordinación de la revista podría dejar de trabajar en servicios externos para dedicarse más a hacer periodismo y crear contenidos. Y en eso estamos. Si en 2019 las amigas aportaban el 31 por ciento de los ingresos, ahora ya suponen el 42 por ciento. Un salto, aún insuficiente, pero desde luego esperanzador, que conlleva otros cambios no menores. Mientras este porcentaje aumenta lentamente, otros van descendiendo, como los ingresos por subvenciones, así como los servicios para organizaciones externas, como asesorías, consultorías o formaciones, que suelen implicar mucho tiempo.

En 2020, Pikara Magazine, a través Eme Komunikazioa, la asociación sin ánimo de lucro que da forma jurídica a la revista, ha facturado 251.284,59 euros, aproximadamente 7,8 por ciento euros más que en el ejercicio anterior.

Los ingresos por suscripciones han aumentado un 23,23 por ciento, alcanzando los 108.201,50 euros, este remanente incluye renovaciones y nuevas suscripciones. A pesar de que el número de socias en cifras absolutas no ha aumentando mucho (a 31 de diciembre de 2020 teníamos 2.351 suscripciones activas, mientras que en la misma fecha de 2019 había 2.305), sí que ha sido más significativo el incremento de las cuotas: sin duda esto es consecuencia de que hayamos establecido diferentes tipos de cuotas de socias (primas, vecinas, mejores amigas, amigas del alma o amigas virtuales). ¡Gracias a todas las que nos apoyáis económicamente! Sin vosotras, este rinconcito no sería posible.

Los ingresos que provienen de subvenciones y donaciones han pasado de representar un 33 por ciento en toda la actividad a un 15 en 2020. Estamos dejando de depender de esta partida, con ello estamos logrando dedicar más tiempo a la revista y a la creación de contenidos. De hecho, desde 2019 publicamos cuatro monográficos al año en papel, las #MiniPikaras, que nos han ayudado a establecer los distintos tipos de socias y han hecho que aumenten los ingresos por ventas de nuestros productos.

Las ventas en la tienda online han aumentado en un 116,30 por ciento. Además de las #MiniPikaras mencionadas, hemos lanzado un fanzine de Cris Lizarraga, Quítame la culpa. Todo esto hace que nuestra tienda online sea cada vez más atractiva para nuestras lectoras, y eso se ve reflejado en las ventas. Aunque la pandemia, sin duda, también ha podido influir: ha habido un aumento generalizado las compras online.

La publicidad, como ha pasado en todos los medios, ha sido una de las partidas que ha descendido en 2020. Ahora representa un 4 por ciento de los ingresos totales (11.407,74 euros) y el año pasado el porcentaje fue de un 5. Finalmente, aunque con respecto a 2019 la partida de formación ha aumentado, solo supone un 10 por ciento de los ingresos totales.

Como nos explica Tamia Quima, esto significa que estamos reduciendo la dependencia de los ingresos de servicios externos y, cada vez más, estamos logrando financiarnos con la revista. Aunque de momento no hemos llegado a esas 2600 socias de las que hablamos en 2019. ¡Os seguimos necesitando!

Lo que pagamos

Los gastos principalmente son de dos tipos: la creación de contenidos y los gatos fijos (personal y local). En 2020 destinamos 33.347 euros a la creación de contenidos de Pikara Magazine (aproximadamente un 25,48 por ciento más que en 2019). Y los gastos fijos, que aumentaron, han representado un 62 por ciento de los gastos totales. De ellos, los gastos de personal representan un 53 por ciento, es decir, 109.613,97 euros.

El año pasado ha sido un año de cambios en el equipo de Pikara Magazine. Tras su permiso por maternidad, June Fernández se reincorporó con una reducción de jornada; para, finalmente y después de diez años, desvincularse del equipo de coordinación de Pikara Magazine al finalizar 2020. Ahora sigue cerca, pero sin estar en el día a día de la revista. Además, el año pasado también estuvo trabajando en la revista Andrea Liba de manera temporal, al igual que Itxaso Fernández, que sustituyó unos meses a Tamia Quima.

Ahora mismo el equipo de coordinación está formado por cuatro personas: Andrea Momoitio, Tamia Quima, Teresa Villaverde (que entró a raíz de la maternidad de June y ya es trabajadora indefinida) y Mª Ángeles Fernández. Sin olvidarnos de Señora Milton, que trabaja desde Oviedo (quedaba más cool contar que antes vivía en Shanghái), y dedica gran parte de su jornada a los enredos de Pikara Magazine. Indudablemente, y como dijimos en 2019, el equipo aún es pequeño, pero apostamos por continuar con la estrategia que nos ha traído hasta aquí, ya sabéis, poquito a poco.

Además, estamos invirtiendo más en el mantenimiento de la página web, en la seguridad de la misma y en la creación de una base de datos que nos ayudará a que la gestión de las suscripciones se haga de forma más eficaz y eficiente. Eso sí, no hemos podido cambiar la web como nos propusimos. No hay pasta para eso.

De los cambios que soñamos en 2019 aún quedan retos sin resolver, más allá del aumento del equipo y de la renovación de la web. La creación de una cooperativa como forma jurídica de la revista siempre ha sido un anhelo que ahora parece estar más cerca de cumplirse. De momento, tenemos a una gente maja echándonos un cable y pensando en formas transgresoras de gestión y cuidado (para las trabajadoras y las colaboradoras) que esperamos poder lanzar ya el próximo año, aunque gran parte del trabajo que eso conlleva lo estamos haciendo ya.

¡Ah!, por cierto, AIEDI Faktoria ha elaborado un informe de sostenibilidad porque queremos ofrecer una visión global de Pikara Magazine como organización, y no solo basarnos en datos y porcentajes. En unos días os contaremos los resultados en los que se evalúan cosas como nuestra relación con las empresas proveedoras, las colaboradoras o el barrio.

Las cuentas de otros ejercicios: