La Renta Básica Incondicional, una propuesta feminista

La Renta Básica Incondicional, una propuesta feminista

Las integrantes de la promotora de la Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Básica Incondicional en la CAPV nos encontramos con una convicción clara y un objetivo común: la urgencia de acabar con la pobreza, repartir la riqueza y avanzar en una sociedad más igualitaria, que proteja el derecho a una renta individual, universal e incondicional.

09/06/2021

¿De dónde surge la Renta Básica Incondicional?

Si nos remontamos a los inicios, tenemos que ir hasta 1998. Con la primera Iniciativa Legislativa Popular, ILP, que se presentó en el Parlamento Vasco y que terminó modificada al extremo, convertida en una Renta de Garantía de Ingresos. Durante estos años, tanto sindicatos como asociaciones, que trabajan con gente excluida socialmente, han ido reflexionando sobre cómo afrontar los retos que se nos plantean para que todas las personas tengamos una vida digna. Con el tiempo, se ha ido consolidando la idea y se han realizado estudios de viabilidad económica que nos dan resultados sorprendentes, además de las experiencias realizadas en diferentes partes del mundo. La idea no es nueva y está ya muy extendida

Desde distintos colectivos han ido surgiendo diferentes modelos de rentas: Renta Básica Universal (RBU), Renta Básica de las Iguales (RBUI) y la Renta Básica de cuarentena, y todas ellas con criterios de que sea Individual, Incondicional y Universal. La Renta de las Iguales articula además una colectivización de un 20 por ciento del importe recibido individualmente. Todas las demás son condicionadas y no son universales.

Desde la derecha también han hecho su trabajo en este sentido, planteando una renta básica, sí, pero que suprimiría toda prestación pública que se viene ejerciendo hasta ahora, ya sea sanidad, educación, etcétera. En definitiva, una renta para aplacar la ira de la gente ante las crisis.

Desde la izquierda:

  • Quiere ser un derecho a una vida digna
  • Quiere una oportunidad de empleo digno
  • Quiere poner la vida en el centro y cuidarla
  • Quiere repartir responsabilidades de cuidados
  • Quiere repartir la riqueza
  • Quiere eliminar la pobreza

Desde la derecha

  • Quiere eliminar derechos a sanidad y educación
  • Quiere un parche al desempleo
  • Quiere contener la ira de la cola del paro
  • Quiere que cada una se las apañe
  • Quiere que exista desigualdad para poder explotar
  • Quiere acumular el máximo

¿Qué proceso va a tener la ILP para lograr su aprobación?

Durante el mes de febrero hemos entregado por parte del grupo Promotor la solicitud de tramitación en el Parlamento Vasco de una Iniciativa Legislativa Popular, ILP. Tras haber sido aceptada y cumplir unos trámites administrativos, en breve comenzará un período de cuatro meses para la recogida de firmas. Necesitamos 10.000 firmas para que pueda ser debatido entre los grupos parlamentarios y luego pasa a votación. Es triste pero, aunque consiguiésemos un millón de firmas, eso no significa que luego sea aprobada. Por eso, animamos a todo el mundo a firmar, se esté o no de acuerdo, ya que las firmas son para que, al menos, se pueda dar el debate.

¿Qué modelo de Renta Básica Incondicional planteáis?

La Renta Básica Incondicional, RBI, es una asignación económica pública dirigida a garantizar las necesidades básicas de toda la población. Pagada por el Gobierno vasco a todas las personas residentes en la CAE.

Como decíamos, es incondicional, y tan solo se pide la residencia de tres meses para solicitarla. Universal, porque la cobrarían todas las personas por el hecho de serlo, independientemente de sus ingresos o patrimonio. Individual, porque se abonaría a cada persona, independientemente de con quién conviva.

De 0 a 14 años – 270 euros mensuales

De 14 años a 17 años – 450 euros mensuales

Mayores de 18 años o menores independizadas – 900 euros mensuales

¿Porqué 900 euros y no 3.000?

Ese dato se determina en base al Índice del Umbral de Pobreza que está ahora en 900€ en Euskadi. Con esa cantidad y una reforma del IRPF se conseguirá que el 70 por ciento de la población mejore su situación económica, y que el 30 por ciento más rico aporte y contribuya más a la sociedad.

El objetivo es conseguir no generar pobres, de ahí que tomemos el índice de pobreza, pero siendo conscientes de que deber ser viable. Más que mirar los 900 euros como un gasto, es una enorme inversión social, que nos reportará una sociedad más igualitaria.

 ¿Cómo se financiaría?

Al igual que otros derechos ya aprobados hace muchos años, como son la sanidad y la educación públicas, la Renta Básica Incondicional se financiaría a través de una fiscalidad más justa y redistributiva, que la que tenemos ahora.

Hay que ser conscientes de que en Euskadi el 20 por ciento más rico dispone de ingresos 3,9 veces mayores que los del 20 por ciento más pobre. Tenemos que saber que, en un estudio realizado en 2011 en Gipuzkoa, se visibilizó una diferencia abismal entre las declaraciones de las personas trabajadoras y los autónomos y empresarios, teniendo estos últimos unas declaraciones mínimas e irrisorias. Esto quiere decir que el pago de los impuestos recae mayormente sobre la clase trabajadora.

La RBI plantea un porcentaje único del 40,5 por ciento para todo tipo de rentas e ingresos. Y un ahorro en todas las ayudas, becas y subvenciones dadas hasta ahora, ya que desaparecerían.

La RBI plantea una redistribución de la riqueza con una fiscalidad más justa.

¿Por qué ahora?

La Covid-19 ha sido un factor determinante. La crisis de salud pública y sanitaria magnifica las desigualdades estructurales ya existentes, haciendo crecer las situaciones de emergencia social y económica a las que urge dar respuesta. En este contexto resurge con fuerza el debate sobre la Renta Básica ante la necesidad de dar una respuesta inmediata que garantice liquidez a las personas para atender las necesidades básicas de la vida.

¿Qué análisis realizáis?

Vivimos en una sociedad capitalista donde gran parte del trabajo y los ingresos se determinan en los mercados laborales, es decir, en el ámbito productivo. Este ámbito productivo es el único que interesa al capital, porque es el único que genera riqueza monetaria. Se dejan de lado otros ámbitos, que también componen y forman parte de la actividad económica y que son imprescindibles para su existencia.

En las sociedades capitalistas lo que sucede en ese ámbito productivo es una parte fundamental y muy importante, generadora de ingresos, generadora de casi todos los derechos económicos y sociales, y como mecanismo de acceso al espacio público, etcétera. La economía convencional estudia el ámbito productivo y el mercado laboral, siendo lo único que estudia.

Pero cuando, con un análisis feminista y con gran esfuerzo, se consiguen datos desagregados por sexo, datos de la actividad económica realizada por las mujeres, estudiando los indicadores, vemos cómo el mercado laboral no afecta a las personas de forma homogénea, y vemos realidades que de otra forma nos pasan desapercibidas. Se aprecia una fractura fundamental, donde la desigualdad por sexo es evidente. La acumulación del capital no tiene límites, no se los ponemos. Acumular es su único objetivo, contraponiéndolo siempre a un sostenimiento de la vida.

La RBI es una propuesta económica y plantea una práctica eliminación de la pobreza económica. Pero, por esa misma razón, hemos hecho reflexiones en torno a qué modelos de pobreza, qué tipos hay y qué dimensiones tiene, desde los aportes del feminismo.

Vemos la feminización de la pobreza, las desigualdades en los ámbitos productivos y reproductivos, las dificultades a la hora de tomar decisiones libremente y la falta de autonomía de muchas mujeres, los roles de cuidados que asumen sin libertad las mujeres, y la falta de tiempo para lograr tener una vida digna libremente elegida.

La Renta Básica Incondicional, más allá de reportar unos ingresos económicos, lucha contra la estigmatización de más de 197.185 personas, un 9,1 por ciento de la población vasca Busca el respeto de todas las personas y no pretende solucionar el problema de “pobres”, ya que con la RBI dejarían de existir, al adelantarse a su existencia. La RBI, no puede asumir afrontar todas las pobrezas existentes, pero puede arrimar el hombro para que esos cambios culturales se realicen.

“¡Qué mal estamos ahora!”, se oye decir. ¿Qué nueva normalidad busca la Renta Básica Incondicional?

Con esta crisis de la Covid-19 podemos pensar que antes estábamos bien. Pero, si recordamos los datos, vemos que hay cosas que no cambian con el tiempo.

El salario mínimo, justo ahora, llega al umbral de la pobreza. El 15 por ciento de paro estructural que llevamos años sufriendo o un 40 por ciento de paro juvenil en el Estado, son datos que no mejoran. Todo ello con un enriquecimiento de los más ricos en estos períodos de crisis, y un aumento de la desigualdad entre los más ricos y los más pobres.

Este modelo capitalista está en las últimas porque, desde un punto de vista de justicia social,  se asienta en unas desigualdades inasumibles desde una perspectiva ética. Pero una cosa tenemos clara, no vamos a esperar a ninguna revolución que dé la vuelta culturalmente a este patriarcado y termine con el capitalismo para poner en marcha una alternativa chiquita que va a mejorar la vida de la gente y, en concreto, de las mujeres. Tampoco podemos esperar a que la derecha siga esquilmando el planeta y continúe con su acumulación de capital insaciable, conduciéndonos a un espacio/tiempo de barbarie.

Pensamos que la RBI puede ser una herramienta para disminuir las desigualdades y reparar un poco la crisis global de cuidados que atravesamos. Y decimos un poco, porque la RBI no va a solucionar todos los problemas. Las luchas continúan y no van a parar para conseguir. Por ejemplo, un servicio público de 0 a 3 años, servicios para atención a la dependencia, etcétera, luchas que deben estar en el centro de la agenda feminista.

La desigualdad, enemiga número uno del desarrollo, es endémica y un rasgo de nuestro modelo económico. Por eso, los problemas que la crisis saca a la luz debemos interpretarlos como síntoma y no como único problema, ya que es el modelo en sí el que está agotado. Nos encontramos ante un modelo que tiene límites evidentes y no ante un modelo con ciertos problemas. Los límites son necesarios para la economía, la tecnología, la producción, el consumo y hasta para los salarios máximos que deberíamos ya legislar. Todo ello podría contribuir a una redistribución de la riqueza.

En sociedades desarrolladas, incluso, los niveles de renta, accesos a derechos, a recursos, etcétera, está determinado aún por el sexo de las personas. Existe una discriminación sistemática que afecta al 50 por ciento de la población. Si ignoramos esta discriminación fundamental, obviando esta fractura de género, es imposible hacer un diagnóstico de los problemas que tenemos y concebir y formular alternativas que vayan a resolver estos problemas económicos. Para tener ese diagnóstico debemos adoptar la perspectiva feminista para entender qué nos está pasando y ser capaces de pensar cómo podemos organizarnos de otra manera.

¿La Renta Básica Incondicional es feminista?

Es difícil acotar el término de feminista para definir si algo lo es o no lo es. Pero si con ello queremos saber si va ser beneficioso para las mujeres, pensamos que sí. La RBI va a ser beneficiosa para todas las personas y para las mujeres también va a conllevar beneficios en diferentes aspectos de su vida.

Sí, la Renta Básica Incondicional da por igual ingresos iguales a hombres y mujeres.

Sí, la Renta Básica Incondicional genera seguridad y tranquilidad a todas las mujeres.

Sí, la Renta Básica Incondicional da recursos económicos a aquellas mujeres que realizan trabajos de cuidados dentro de casa sin ningún tipo de empleo/contrato.

Sí, la Renta Básica Incondicional hace que las mujeres trabajadoras que lo deseen, reduzcan su jornada laboral para tener más tiempo.

Sí, la Renta Básica Incondicional consigue que las mujeres migrantes y racializadas tengan más poder de negociación.

Ya solo por todo eso, pensamos que la Renta Básica Incondicional es una apuesta feminista.

Muchas veces cuando se trabaja por la justicia, se descubre que son propuestas feministas.

La economía feminista ha hecho grandes aportes significativos en el análisis de la problemática económica actual a nivel mundial. ¿Cómo se enmarca  la propuesta en esta visión de economía feminista?

Mencionábamos los aportes al concepto de pobreza, pero también Amaia Pérez Orozco, economista, nos define la economía feminista como aquella que convierte el conflicto capital-trabajo del marxismo en conflicto capital-vida. Y que uno de sus objetivos principales es romper con la idea de que la economía está separada de la vida y de la política. Siendo sus dos principios generales: 1) Descentrar los mercados capitalistas y poner la vida en el centro. 2) Toda la economía está atravesada por relaciones heteropatriarcales.

La propuesta que hacemos de RBI, parte de una crítica del modelo capitalista y del modelo patriarcal. Es una propuesta que quiere poner la vida en el centro. Quiere dejar de lado el empleo como centro y valor de la persona que lo tiene. Abandonar la estigmatización de quien no ha podido conseguir un empleo y no tiene suficiente para su supervivencia.

Hasta ahora siempre se ha enfrentado el problema de la pobreza, después de que éste ya se ha producido intentando paliar sus efectos. Sin embargo, la Renta Básica Incondicional quiere afrontar el problema antes de que se produzca. Quiere prevenir la pobreza y que no se genere. El hecho de recibir un mínimo de supervivencia, evita la generación de pobreza y dota a la gente de una red de seguridad que hace que nunca puedan llegar al umbral de la necesidad económica.

El patriarcado atraviesa todo. Atraviesa las relaciones, los empleos, los trabajos, las familias, las fabricas, las oficinas,…etc. La economía está atravesada por el patriarcado, y esa cultura debemos cambiarla, debemos seguir luchando por transformarla y conseguir que la sociedad sea más igualitaria. Estamos a falta de una educación no sexista, que supere la asignación de roles. Estamos a falta de más libertad.  Tenemos claro que con la Renta Básica Incondicional no vamos a cambiar todo eso. Imposible. Pero pensamos que es una propuesta más, que camina en esa dirección.

La Renta Básica Incondicional es una propuesta económica para poder sobrevivir y poder tener una mayor autonomía y libertad a la hora de elegir los trabajos que queramos realizar. Tener esa red, cual acróbatas, a la hora de buscar empleo, esa red te da seguridad para no elegir el primer contrato que te ofrezcan. Esa red que te da confianza en ti misma para seguir buscando algo mejor que se adecue a la forma en que quieras ser tú misma en la sociedad. Todo ello te lo da la Renta Básica Incondicional.

¿Qué nos aporta la Renta Básica Incondicional a las mujeres?

El gran aporte realizado por la economía feminista, ha sido su visión general de la sociedad y su sistema de mercado que nos ha hecho darnos cuenta de que la sociedad productiva y de mercado no puede existir sin el trabajo realizado por las mujeres. Un trabajo, el trabajo reproductivo, oculto e invisibilizado. Pero más allá del trabajo reproductivo, las mujeres realizan además un trabajo de sostenimiento de la vida, con el trabajo doméstico, de cuidados a infancia y mayores.

Ha habido tiempos en los que la lucha por insertarse en el mercado laboral era considerado un camino hacia la liberación y la emancipación de la mujer. Sin embargo, vemos que, si bien ha sido un paso de gigante, el continuar el modelo masculino de búsqueda de empleo, quizá no sea la solución, o al menos no la única solución.

El empleo como tal, tan sólo lleva trescientos años de andadura. Antes no existía y era más el trabajo que podías desarrollar con tus capacidades artesanales, el que era tomado en consideración.

Somos conscientes de que todo aquello que afecte al trabajo productivo afecta a su vez al trabajo reproductivo y viceversa. A mayor inserción laboral en el ámbito público del trabajo productivo y los mercados laborales, mayor dificultad en sacar adelante el trabajo reproductivo llevado a cabo en el ámbito privado. Y estar alerta a esta complementariedad entre los distintos ámbitos, es clave para formular buenas alternativas. De ahí que las mujeres hayan tenido problemas para encontrar trabajo, al ser consideradas personas con más bajas laborales que los hombres, en base a los cuidados familiares.

Algunos ejemplos de alternativas feministas de largo recorrido para avanzar en la igualdad, propuestas por Bibiana Medialdea, son: la reducción del horario laboral, evitando la dualidad actual y que posibiliten el trabajo reproductivo en el ámbito privado; y la flexibilidad en horarios laborales, de manera que los horarios a tiempo completo sean más cortos. Ambas propuestas son asumidas y facilitadas con una Renta Básica Incondicional.

La RBI va afectar a dichos ámbitos, productivo, reproductivo, de cuidado propio y de otras personas. Pero la seguridad que va a reportar a las mujeres, dándoles: más poder de negociación, posibilidad de trabajar menos horas, y poder elegir mejores empleos y de más calidad, les va dotar de una mayor independencia y emancipación.

La RBI dando la seguridad de unos ingresos mínimos, nunca va ser ocasión de una bajada de salarios, al contrario, el poder de negociación con la empresa y la falta de necesidad angustiosa, a modo de caja de resistencia,  hará que trabajos no deseados sean aún mejor remunerados.

La Renta Básica Incondicional va hacer, de la penuria una escasez. El 15% de paro estructural que hemos llegado a tener, a la mujer le ha afectado de manera intensa. No tener empleo te quita independencia económica, y las mujeres se han visto sujetas al marido o compañero, sin poder tomar otra opción diferente, es decir, independizarse.

Esta escasa independencia económica hace indefensas y vulnerables a las mujeres que sufren violencia de género, al no poder tomar decisiones para salir de su hábitat.

La RBI nos va a reportar tiempo, tanto a mujeres como hombres. Las mujeres, y los hombres, podrán eliminar la centralidad del empleo de sus vidas, podrán tener menos horas trabajadas fuera de casa, y una vida de relaciones y cuidados, según sus necesidades. Tiempo para el cuidado propio, el crecimiento personal, el ocio y tiempo para el voluntariado comunitario, ya que 1 de cada 8 personas vascas son voluntarias de alguna asociación.

Pensamos que la RBI va a generar cambios positivos en el ámbito privado. Las mujeres van a tener una mayor independencia que todavía no tienen. Ante cualquier problema con la pareja o deseo de marchar de casa, éste, será un objetivo realizable.

Si la decisión libremente elegida por parte de la mujer es quedarse en casa para el cuidado de sus hijos e hijas, no vamos a ser nosotras quienes vamos a juzgarles por elegir una forma de vida más tranquila para lograr una mejor educación infantil y un bienestar propio.

¿La Renta Básica Incondicional hará más responsables a los hombres?

Los hombres al igual que las mujeres, van a tener la oportunidad de reducir sus horas de trabajo, al contar con una seguridad económica. Y ¿Qué uso van a hacer los hombres de ese tiempo conseguido?

La Renta Básica Incondicional no puede conseguir cambiar una cultura patriarcal milenaria. La lucha continúa y continuará por muchos siglos. Tenemos ejemplos en los que las normas o leyes van por delante de la cultura. De las excedencias para cuidados que se  solicitan,  9 de cada 10 son mujeres, y los permisos de paternidad ha habido que hacerlos necesariamente intransferibles.

La Renta Básica Incondicional lo que puede aportar es en la eliminación de disculpas. Ante su falta de responsabilidad en los cuidados, dejará a los hombres sin disculpas, excusas, descargos, defensas, exculpaciones, justificaciones, pretextos, rebozos, socapas, o coartadas.

¿La Renta Básica Incondicional cómo pone la vida en el centro?

Al regalarnos tiempo, la RBI, nos da la oportunidad de afrontar las necesidades de cuidados, de una manera completamente diferente, con mayor desahogo y tranquilidad. También elimina el empleo como único baremo de medida sobre la dignidad de una persona y  pone la vida en el centro, al exigir unos mínimos económicos de supervivencia y así poder vivir más tranquila y más conscientemente.

Para que las mujeres puedan compatibilizar su vida privada, su maternidad, sus empleos, su militancia, su creatividad hacen falta muchas medidas adicionales a la renta básica incondicional. Es imprescindible exigir una corresponsabilidad de los hombres en el trabajo doméstico. Para que eso ocurra tendremos que seguir pidiendo  permisos intransferibles de paternidad más largos, políticas educativas igualitarias, y un largo etc., que se enmarcan en la necesidad de un cambio cultural, que como hemos dicho no corresponde a una RBI.

Desde aquí queremos reivindicar el derecho a poder ir dando pasos hacia una vida más digna para todas las personas, sin tener que esperar una revolución, un cielo, o ansiar alcanzar una única respuesta/propuesta para todas las opresiones que sufren las mujeres.

Antes mencionábamos que el concepto de “empleo” es reciente, pero la vida es más que un empleo. Necesitamos aire para vivir, plantas para comer, relaciones para hablar, y tiempo para formarnos,  crecer y desarrollarnos como personas, física, emocional y espiritualmente.

La RBI nos va a dar tiempo, tiempo para hacer cosas que nos gusten, para tener ocio, para que la cultura adquiera nuevas dimensiones. Podrá hacer que las relaciones con la naturaleza cambien al poder reconducir empleos más sostenibles y menos contaminantes, respetando más el medio ambiente y poniendo la vida, TODA la vida en el centro.

Conseguir que las mujeres (y todas las personas) no lleguen nunca a ser pobres, es un logro.

Que la dignidad de la persona se desvincule de si se tiene o no un empleo, es un logro.

Abrir el camino hacia un cambio de valores, hacia el “vivir bien”, el vivir mejor con menos, es también un logro.

Todos ellos son logros que puede alcanzar la Renta Básica Incondicional y que merece la pena que lo intentemos.

Hemos sido pioneras y referentes con la RGI ¿Por qué no serlo ahora con la Renta Básica Incondicional?


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