Resignificar la constelación del cáncer
La ilustradora Josune Urrutia Asua ha realizado una novela gráfica, 'Breve diccionario enciclopédico ilustrado de MI cáncer', en la que ha resignificado su cáncer de ovario.
Breve diccionario enciclopédico ilustrado de MI cáncer es el resultado de varios años de trabajo en la casa de creación e investigación artística La Cala y en Bilbaoarte, que se materializa en un juego de cartas a modo de abecedario a finales de 2017. Es una semilla que sigue germinando en nuevos proyectos.
Echo la vista atrás y me doy cuenta del camino recorrido desde que hace diez años fui diagnosticada de cáncer de ovario, un hecho que incuestionablemente me cambió la vida. Una de mis necesidades constantes ha sido hacer memoria: recordar fechas, identificar situaciones clave, detectar ángulos ciegos, revivir momentos… y, por muy masoca que pueda parecer, me ha servido entre otras cosas para resituarme, reconocer mis fortalezas, pero sobre todo para darme permiso y tomar el espacio que necesitaba ocupar.
Hasta 2014 no tomé conciencia de mi verdadera necesidad de contar lo sucedido. Una necesidad que crecía con vehemencia dentro de mí y que fue imponiéndose sin preguntar. Ahora puedo mirar y ver cómo se encuentra enraizada, en primer lugar, a mi tendencia casi obsesiva por ordenar, procesar, comprender, integrar y dar sentido a lo vivido. Y, en segundo lugar, veo el componente social y político, adquirido a través de valores recibidos en mi educación. Por muy ambicioso que pueda resultar, necesito confiar en el valor transformador de mi trabajo y apostar por él. Y sí, reconozco ese grandilocuente deseo de afectar, aunque sea un poquito, a nuestras relaciones con los cuerpos, con la enfermedad y, en definitiva, con nosotras mismas.
Durante mi propio proceso de trabajo e investigaciones he tenido la suerte de descubrir artistas, testimonios, experiencias y joyas como Jo Spence, Anna Halprin o las oncogrrrls. En 2010, al que suelo referirme como “mi año del cáncer”, devoré Cancer Vixen (2006), de Marisa Acocella, y Alicia en un mundo real (2010), de Isabel Franc y Susanna Martín. Diez años después, hay aún más voces que escapan a la cultura dominante, que muestran caras ocultas y amplían el mapa con el que identificarnos.
Los avances médicos y científicos con los que tratar e incluso a veces curar el cáncer son incuestionables y aun así, recordando la metáfora de Sontag, encuentro pertinente plantear cómo nos gustaría vivir y cómo deseamos que vivan las personas queridas cuando les toca abandonar “el reino de los sanos” y entrar en “el reino de la enfermedad”. Es fácil que, si no lo hemos experimentado en primera persona, tengamos cerca a alguien que ha vivido o vive con cáncer. Por eso es sustancial preguntar(nos) e imaginar con honestidad qué nos despierta la palabra “cáncer”, si identificamos algún miedo o prejuicio asociado y cómo reaccionamos cuando nos cruzamos con alguien que muestra señales de vivir con cáncer o en tratamiento médico. Porque aquello que decimos, callamos, hacemos o dejamos de hacer, es clave para perpetuar estigmas o por el contrario resignificar y visibilizar la compleja diversidad que habita en “la constelación del cáncer”, a la que todos y todas pertenecemos.
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