‘El acontecimiento’ y la soledad

‘El acontecimiento’ y la soledad

La película ganadora en el último festival de Venecia, dirigida por Audrey Diwan, es una de las propuestas más interesantes que pasarán por los cines en este 2022.

Texto: María Aller
16/03/2022

Fotograma de ‘El acontecimiento’.

En la fotografía promocional de El acontecimiento se ve la imagen de una chica, la protagonista, bailando. La joven se encuentra en lo que parece una fiesta veraniega. Está sola, moviéndose a su ritmo y sintiendo la música para sí misma. No le importa nada ni nadie más. Su estilo, un vestido informal y el pelo recogido en una coleta despeinada, resulta cercano para el espectador o la espectadora. La historia sucede a principios de los años 60 en una ciudad de Francia. 59 años después, la imagen parece coetánea de nuestros días. Esta foto tan atemporal resume la esencia que la directora Audrey Diwan ha querido retratar en su segunda película: la más pura e íntima libertad.

¿No hay salida?

La trama se basa en el libro homónimo escrito por Annie Ernaux, basado en su dura experiencia personal de veinteañera. Anne, una chica universitaria, lucha por encontrar la forma de frenar su embarazo no deseado. Es 1963 y el aborto está prohibido en Francia (se legalizaría en 1975), además de ser un completo tabú entre la sociedad. El deseo de interrumpir un embarazo pasaba a convertirse en un acto doloroso y hasta violento. Era un episodio cargado de gran soledad para la mujer. Anne debe enfrentar esta ardua experiencia sin amparo alguno. Todo el mundo le da la espalda por la pena de prisión a la que se enfrenta. La chica tiene pocas salidas, pero piensa luchar y elegir la vida que siempre ha soñado. Porque, como en un momento del filme confesará la joven, lo que tiene es “un mal que ataca solo a las mujeres y las convierte en amas de casa”.

Diwan filma a su protagonista, una excepcional Anamaria Vartolomei, con la cámara siguiéndola todo el rato. De esta forma el público comparte la angustia de la chica. Siente su impotencia, su desazón por el paso de las semanas en las que no ve soluciones, solo rechazo: los médicos eluden sus deseos de abortar, sus compañeras se desentienden de la exasperación por la que pasa su amiga. Incluso el chico que la ha dejado embarazada actúa con cobardía y se desentiende del asunto.

Cartel de ‘El acontecimiento’.

Regreso al futuro

La historia transcurre en los años 60, una época que Diwan representa sin excederse: la bella y luminosa puesta en escena acerca la trama a la actualidad, donde una joven heterosexual estudia en la universidad y pasa tiempo con sus amigas, sale de noche, se divierte, conoce chicos, tiene relaciones sexuales, etc. Lo mismo sucede con los roles de género, que apenas han cambiado y quedan patentes en la película: ellas actúan con miedo, inseguridad y excesiva inocencia ante los hombres. Ellos van con sobrecarga de confianza y altas dosis de chulería. Al fin y al cabo, el mundo todavía es suyo. Las leyes sobre el aborto habrán cambiado en estas seis décadas aunque no se mantengan firmes y muchas voces amenacen con derribarlas. Sin embargo, la sociedad todavía mantiene bastante asentados esos roles de género; ellos gozan de muchos derechos y ellas deben seguir unas determinadas obligaciones. Este aspecto queda patente en la trama. La chica no cuenta con nadie, ni siquiera con su familia: pese a sentirse querida en su casa es consciente que no puede contar con su padre y con su madre.

El vía crucis es para ella sola, pero más que un recorrido de devoción junto a su propia cruz –esa que lleva en las entrañas-, que es el que las leyes y el sistema le imponen para transitar, Anne buscará su propio camino hacia la liberación.

La guerra silenciosa

La protagonista está en una trinchera. Frente a ella, el tiempo y el patriarcado acechan. Admirable en su precisión, El acontecimiento asombra con su carácter tranquilo para representar una guerra. Los enemigos de esta particular contienda son el conservadurismo, la moral y la represión. Esta universitaria cuenta con su coraje como única arma.

La película es arriesgada pero solemne, cuenta algo sombrío con luminosidad, posee un halo juvenil y contundente a la vez. Su fotografía y estilo rezuman candor, frescura y también veracidad.

El aborto se ha representado en los últimos años desde muchos ángulos: poniendo el foco en la mujer que los practica (El secreto de Vera Drake), en el apoyo de la mujer embarazada (Cuatro meses, tres semanas, dos días) y como en esta ocasión, en la mujer que no quiere seguir adelante con su embarazo, como en Nunca, casi nunca, a veces, siempre, o Call Jane, pendiente todavía de estreno.

Ahora llega la cinta de Diwan, una cuenta atrás impactante y rigurosa. La ganadora en el último festival de Venecia es una de las propuestas más interesantes que pasarán por los cines en este 2022. Su historia reconoce y rinde un poderoso homenaje a todas las mujeres que desafiaron las prohibiciones, arriesgando sus vidas, para conquistar un derecho fundamental.

 


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