Entrevista con Berta C.

Entrevista con Berta C.

Berta se multiplica en quienes continúan sembrando dignidad y esperanza frente al expolio, el hambre, el miedo, el silencio y la persecución.

02/03/2022

Berta Cáceres.

En el 2016, revisando los papeles que había en la agenda del año anterior encontré esa anotación, Entrevista con Berta C. La agenda no, pero el alma se me cayó al suelo. Apenas unas semanas antes, mientras cuidaba con mimo la vida recién estrenada de mi hija, recibía un mensaje en el que me decían que Berta Cáceres estaba muerta, que la habían matado. El año antes la había entrevistado, junto a varias compañeras defensoras de distintos territorios en Honduras, y recuerdo claramente lo que pensé después de hablar con ella: “En este país, la esperanza está en el campo y en las mujeres”.

Se cumplen seis años de ese terrible mensaje. La respuesta de pueblos, comunidades, colectivos, mujeres y hombres de todas partes del mundo evidencian que, ese día, era la esperanza de muchas personas la que estaba en juego. Y así se sigue mostrando seis años después, cuando los llamados a recordar sus luchas, a conmemorar su siembra y a exigir justicia por su asesinato siguen siendo un acto de ternura, resistencia y hermandad que se teje en distintos idiomas, con diferentes acentos y con enfoques diversos, pero siempre como un llamado contra el despojo y la injusticia y siempre en defensa de la vida, de la vida digna.

Berta estremecía con su voz, con su palabra sencilla, humana y poderosa, con la honestidad de sus luchas, con su manera de enredar en ellas el feminismo. Su lucidez y la claridad con la que era capaz de compartirla se hizo patente en el discurso que pronunció al recibir el premio Goldman, lo que también mostró al mundo que los asesinos con sus tristes balas querían aniquilar nuestras conciencias y la certeza de que éstas “serán sacudidas por el hecho de solo estar contemplando la autodestrucción” por nuestra pasiva tolerancia frente a la “depredación capitalista, racista y patriarcal”.

La voracidad del capital y la misoginia con que se expresa se empeña en devolvernos la imagen de Berta en todas aquellas a las que la violencia regresó a la tierra. 21 “Bertas” fueron asesinadas después que ella, 21 mujeres que lideraban, acuerpaban y constituían parte esencial de las luchas por la defensa de la tierra y los territorios de Mesoamérica han muerto violentamente desde 2016, otras 44 han sobrevivido a intentos de asesinato.

Es cierto que, como señala el COPINH, Berta no murió. De ello damos cuenta las personas, pueblos y colectivos que enfrentamos con el mismo amor la defensa del territorio, de los derechos de las mujeres, del agua. Berta se multiplica en quienes continúan sembrando dignidad y esperanza frente al expolio, el hambre, el miedo, el silencio y la persecución. Berta está en las se vieron obligadas a dejar los territorios que defienden para conservar la vida, en aquellas a las que se arrancó de raíz y se arrastró al doloroso exilio pero no les mataron la convicción.

Berta se multiplica a diario en el empeño con el que se busca justicia por su feminicidio y por los de las otras, en el tesón con el que el que sigue defendiendo el territorio lenca y el rio Gualcarque, en el amor que se pone al preservar la vida y al cuidar de quienes la protegen.


La siembra de Berta Cáceres:

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