Descargar la memoria

Os estaréis dando cuenta. En esta época del año, muchas empresas (sí, también empresas informativas) empiezan a publicar sus cuentas. Tardamos casi un trimestre en poder saber con exactitud cuál ha sido el balance del año anterior porque esto de los dineros es más complicado de lo que parece. Las cosas no funcionan como en casa y, que tengas dinero en el banco, puede no significar nada. En fin, no voy a entrar en muchos detalles porque no creáis que yo lo tengo clarísimo.

No nos ha ido mal, pero todo dentro de la lógica de andar justitas en la que nos movemos desde hace casi ¡12 años!

Hemos ido creciendo, sí, y tenemos una estructura relativamente consolidada que nos está permitiendo sortear las inclemencias del clima. Si no teníamos suficiente con una pandemia, ahora nos toca enfrentarnos a la crisis del papel. Las cosas se están poniendo feas, compañeras. Ya os iremos contando qué decisiones tomamos para salir ilesas de esta nueva tormenta. La verdad es que, a veces, es agotador trabajar en proyectos que siempre parece que están en peligro. Si somos honestas, no es exactamente nuestro caso, pero también es cierto que nuestra estabilidad no depende de nosotras —depende de vosotras— y a veces la incertidumbre es agotadora. Pero, por otro lado, nos sabemos afortunadísimas por poder trabajar en un proyecto como este porque, entre otras cosas, se adapta a nuestras circunstancias vitales y se amolda a nuestras obsesiones. Tamia Quima, la guardiana de cuentas de Pikara Magazine, lleva años trabajando en relación a la información no financiera.  Por eso, porque esa es una de sus obsesiones, hemos decidido que no vamos a quedarnos en copiar y pegar nuestras cuentas cada año. De hecho, uno de los objetivos que nos hemos marcado para los próximos años es “dar la cara” y garantizar la transparencia de todas nuestras acciones ampliando la información que publicamos históricamente. Tenemos más planes que ya os contamos en el artículo ‘Volvemos a pecho descubierto’. No vamos a repetirnos que los hipervínculos son más viejos que Matusalén.

Queremos que sepáis qué ha pasado con nuestros ingresos y nuestros gastos, sí, pero el ejercicio de transparencia por el que apostamos tiene que ir más allá. Publicamos parte de nuestra memoria de sostenibilidad hace unos meses, pero no recogía el ejercicio completo de 2021 y, ahora, podéis acceder al documento completo. Las memorias de sostenibilidad, por si no lo sabéis, son los documentos que recogen información acerca del desempeño económico, ambiental, social y de gobierno de una organización.

0. Al lío: las cuentas sin más

No siempre la transparencia es sinónimo de sinceridad. Podríamos daros datos y datos sin decir nada, confundiros con cifras y porcentajes, pero somos de esas que apuestan por poner todas las cartas sobre la mesa. En 2021, hemos facturado 266.739,80 euros y hemos gastado 272.062,80. Aquí tenéis los gráficos que ha hecho Tami para que veáis rápidamente en qué se ha ido tanto dinero. La verdad es que tengo que reconocer que me parece alucinante ver lo que hemos conseguido con una inversión inicial de muy poco dinero y sin haber pedido nunca ni un euro al banco.

Esto no es todo, claro. Por eso, en la memoria hemos querido también contaros otros elementos importantes del funcionamiento del proyecto que creemos que pueden interesaros.

1. Cómo nos organizamos

Durante el proceso estratégico de enero decidimos cambiar nuestro modelo de organización y reducir las áreas del proyecto. Ahora, Pikara Magazine trabaja en tres áreas (Editorial, Comercial y Marca) a través de dos herramientas (Administración, Difusión). Somos tan poquitas que todas apoyamos en todas las áreas, pero a grandes rasgos, desde que hicimos #PikaraPara, MªÁngeles Fernández y Teresa Villaverde están en Editorial; Tamia Quima en Comercial; Andrea Momoitio en Difusión y Marca; Aintzane Gutiérrez —nuestro nuevo fichaje— en Administración y Señora Milton anda diseñando (y poniendo bonitas) todas las áreas.

A partir de estos cambios hemos dibujado cuál es nuestro sistema de gobernanza, con una apariencia muy sugerente. Tenemos que reconocer que nos costó mucho más de lo que puede parecer llegar a esa imagen que trata de explicar cómo funcionamos. Gracias, Dorleta Urrutia, de Astindu Koop Elk Txikia, por apoyarnos en estos procesos.

2. Cómo nos relacionamos con nuestras colaboradoras

Este es otro de los principales cambios que recogemos en la memoria. Ahora, Pikara Magazine cuenta con la figura de una redacción itinerante con la que pretendemos estar más cerquita de nuestras colaboradoras periodistas. Hemos subido un 20 por ciento nuestras tarifas, pero también queremos ser un espacio de referencia y de cuidados para todas las periodistas freelance que andan buscándose la vida en este contexto tan difícil para el periodismo. Nos queda mucho por mejorar, sí, pero contribuir a la estabilidad laboral es una de nuestras prioridades desde que empezó nuestra andadura en 2010. Poquito a poco.

3. Qué relación tenemos con nuestro entorno

Dentro de las lógicas de las memorias de sostenibilidad, lo que nosotras llamamos entorno suele llamarse “grupos de interés”. En la primera versión de la memoria nos quedamos cortas identificando cuáles eran y, ahora, hemos hecho una pequeña ampliación. Desde este local a pie de calle, miramos —y mimamos— nuestra relación con:

1. El personal del proyecto, las colaboradoras y, ahora, la redacción itinerante.
2. El movimiento feminista.
3. Las empresas proveedoras con las que trabajamos.
4. El barrio, Bilbao, los movimientos sociales de nuestra ciudad.
5. Nuestras librerías y todos los puntos de venta en los que podéis encontrar nuestros materiales.
6. Las suscriptoras
7. Las lectoras y la sociedad en general
8. Otros medios de comunicación a los que admiramos
9. Instituciones públicas y privadas

Esto significa que prácticamente todas las decisiones que tomamos en relación al proyecto se analizan teniendo en cuenta el impacto que pueden tener en estos grupos. 

4. Cuáles son nuestros miedos

La memoria de sostenibilidad habla también de riesgos, pero ya os traduzco yo lo que queremos decir en ese apartado: miedo, miedo, miedo. Recogemos los riesgos propios del proyecto, riesgos ergonómicos y físicos del trabajo que realizamos, pero también los riesgos psicosociales a los que estamos sometidas debido a la situación política, social y cultural a la que nos enfrentamos. La ansiedad y el estrés debido a las cargas de trabajo, sí, pero también a la división del movimiento feminista y a los ataques fascistas que, por suerte, hace tiempo que no sufrimos.

Estas son solo pequeñas pinceladas de un análisis muy completo que está disponible para que podáis conocer todos los detalles y las pequeñas decisiones que hacen posible un proyecto como este. Ojalá que la conclusión que saquéis tras leerlo sea que queréis estar más cerca y, efectivamente, os acerquéis un poco más. Suscríbete.

Descargar la memoria

Conoce mejor nuestro proyecto: