“Las redes de feministas me han salvado más que las de periodistas”
La mexicana Marcela Turati expuso la importancia del cuidado colectivo para quienes cubren violencia, en el V Congreso de Periodismo de Migraciones.
¿Cómo se cubre el dolor? y ¿cómo se limpia el propio dolor? La periodista mexicana Marcela Turati participó en el V Congreso de Periodismo de Migraciones, organizado por la fundación porCausa, donde reflexionó sobre qué pasa con quien cubre la violencia y cómo ese poso deja en riesgo a las reporteras y reporteros. Después de fundar proyectos periodísticos colectivos como Periodistas de a Pie o Quinto Elemento Lab, ahora sueña con levantar casas de acogida para periodistas, siguiendo el ejemplo de las defensoras de derechos humanos. “Las redes salvan. A mí las redes de feministas me han salvado más que las de periodistas. Creo en el trabajo colectivo, colaborativo, donde no estás sola. Esto del periodismo son labores compartidas”, afirmó.
La ahora coordinadora de A dónde van los desaparecidos, un espacio de investigación y análisis sobre las lógicas de la desaparición de personas en México, recuerda que en su país es más peligroso investigar un crimen que cometerlo. Y lo dice desde la propia experiencia: ha sido espiada por el software espía Pegasus y criminalizada por su trabajo de investigación sobre personas desaparecidas. “A las víctimas las cubrimos desde el llanto, desde lo que les pasó, pero no desde lo que lograron, desde cómo se organizaron”, lamentó.
A punto de publicar un libro sobre masacres de personas migrantes, Marcela Turati es una gran defensora del periodismo, “una comisión de la verdad en tiempo real”. En su exposición remarcó que “defender el periodismo es defender la vida”, porque “donde no hay periodismo gana la muerte”.
En una línea similar se expresó Óscar Martínez, del periódico digital salvadoreño de El Faro, medio atacado por el presidente del país, Nayib Bukele. “Uno de los márgenes que me interesa del periodismo es dejar registro; aunque es frustrante, porque es justicia para los muertos”, expuso Martínez en el congreso celebrado en Mérida por quinto año consecutivo. El autor del libro Los muertos y el periodista subrayó la importancia del oficio por su labor de visibilizar y de ser obstáculo para diferentes poderes. “El día que crea que el periodismo no tiene ninguna posibilidad de cambiar las cosas, me dedico a otra cosa”, afirmó el periodista, también espiado con Pegasus, como gran parte de la redacción de El Faro.
Crisis del Estado de derecho
El debate sobre la industria de las fronteras fue unos de los temas que marcaron la cita periodística sobre migraciones, en la que participaron periodistas de más de una veintena de países. Las caravanas de migrantes de Centroamérica, las fronteras sur y norte de México, Ceuta, Melilla, Canarias, los Balcanes, el mar Mediterráneo, el Canal de la Mancha o los límites ucranianos y rusos fueron algunas de las que se abordaron en los tres días de congreso. ¿Quién gana con este sistema? fue una de las preguntas que inspiró debates y mesas redondas. “Los gobiernos tratan de generar separación entre la gente”, denunció la documentalista italiana Sara Creta, quien puso sobre la mesa la imposibilidad de grabar ahora la valla de Melilla: “Eso genera distancia porque se graba desde lejos. Hay que intentar contarla de otra forma”.
“La migración en algunos países de Europa es una crisis del Estado de derecho, por eso sufrimos presiones como periodistas”, añadió Steffen Lüdke, reportero de la revista alemana Der Spiegel. El fotógrafo Javier Bauluz, multado recientemente vía ley mordaza mientras retrataba la llegada de personas migrantes a las Islas Canarias, insistió que es Europa quien viola los derechos humanos en las fronteras, “y el periodismo está fallando en contarlo”.
Otro de los retos que tiene la profesión periodística es relatar por qué migran las mujeres, pues sus razones no encajan en el derecho internacional. “Las mujeres salen por motivos de género, emigran por la violencia estructural”, expuso Noor Ammar Lamarty, especialista en derecho penal internacional con perspectiva feminista. La activista jurídica denunció la ausencia de mujeres migrantes en los espacios de toma de decisión y de poder de España, y remarcó “que la narrativa del periodismo responde al modelo político del país”.
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