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Ha vuelto a pasar. El robó de un bebé en el Hospital de Basurto, en Bilbao, ha sido el gancho perfecto para que los medios de comunicación reactiven la maquinaria de siempre. Una maquinaria que mezcla conceptos, que une ideas, tengan o no tengan relación entre ellas, que construye el imaginario y el argumentario que luego escuchamos en todos los bares. Solo una mujer muy mala podría hacer algo así a una pobre muchacha que descansa tras un parto. Esa mujer malvada está, además, loca.

¡Qué otra cosa podría ser!

Es la misma lógica que articulan cuando tratan de hacernos creer, por ejemplo, que los maltratadores y los asesinos de mujeres son hombres con algún “problema” de salud mental, como si la posibilidad de la violencia patriarcal no estuviera en todos ellos. Lo explicaba Sara R. Gallardo en su reportaje ‘No tenía antecedentes psiquiátricos’, que publicamos en el número 8 de Pikara Magazine en papel y ahora hemos liberado en la web: “Las personas locas sufrimos más violencia de la que ejercemos, sin embargo, seguimos arrastrando el estigma de ser sujetos impredecibles y agresivos”.

Pero parece que da igual lo que digan los datos, relacionar la maldad con la locura es una dinámica habitual que solo sirve para estigmatizar a las personas psiquiatrizadas y para balizar la maldad. Mi compañera citaba en su reportaje el informe ‘Time to change’, de la organización británica Mind and Rethink Mental Illness. Cuenta que los resultados del estudio, “al contrario de la creencia popular”, demuestran que “la incidencia de homicidios cometidos por personas con diagnósticos psiquiátricos se ha mantenido estable desde los años 90”. Las personas con problemas de salud mental “no solo cometen pocos crímenes, sino que, en comparación, cometen menos que las personas cuerdas”. Además, el informe explica que “el principal acto violento cometido por las personas locas es el suicidio”. Pero, ¿qué más da todo eso si podemos seguir contribuyendo a vincular la locura y la maldad?

Pocos adjetivos describen mejor a las mujeres desde el punto de vista patriarcal. Las que no somos malas, estamos locas. Lo que no saben… ¡es que algunas somos malas y estamos locas! Por eso, porque ambos conceptos son armas arrojadizas que tratan de hacernos callar, son dos conceptos que nos interesan especialmente en Pikara Magazine. El número 8 de nuestro anuario lo dedicamos a la maldad, hicimos un homenaje a mujeres malas malísimas y hemos publicado también un monográfico sobre Locura que ha despertado mucho interés. No es para menos.

Ahora, que los medios de comunicación de nuestra ciudad se han esforzado en volver a poner en relación la locura y la maldad, nosotras hemos aprovechado para poner a la venta un pack en nuestra tienda online con aquel anuario malísimo y el monográfico más loco de todos los que hemos editado hasta ahora. Ambos productos son una palanca, un viaje entre la maldad y la locura; resistencias, críticas y, sobre todo, periodismo para seguir haciendo eso que hacemos tan bien: reapropiarnos de los insultos. Imaginad cuando se enteran que, algunas, además de malas y locas, ¡muchas de nosotras somos bolleras!

El número 8 de Pikara Magazine es el primero de nuestros anuarios en el que no publicamos ninguna foto de manifestaciones. Puede parecer una bobada, pero no fue nada fácil. Indagamos en el aniversario de las malas y exploramos los no lugares. Decía MªÁngeles Fernández en un pequeño textito que publicamos en este número que la revista había quedado “maleja”, “bonita y apañá. Colorida y resplandeciente”. Es un número muy especial que viene acompañado de unos cromos que diseñó nuestro queridísimo Pol Serra. Si quieres una colección de mujeres malísimas —según el patriarcado, claro—, es tu revista. La historia no sería la misma sin las malas, las malas malísimas. Las tachadas, arrinconadas, culpabilizadas, atacadas, expulsadas y caricaturizadas. Esas que han sido utilizadas en las narraciones para hacernos ver cuál es el sitio reservado por el heteropatriarcado para las que nos salimos de las normas impuestas. Las elegidas fueron  Anna Gabriel, Assata Shakur, Lorena Bobbitt, Cecilia Giménez, Dolores Vázquez, Emily Davidson, Juana La loca, Malintzin, Margarita Seisdedos, Úrsula, Valerie Solanas o la mismísima Yoko Ono. Desde una independentista a la mujer que decidió restaurar un cuadro en la iglesia de su pueblo, Borja, sin mucha fortuna. Con la compra de cada ejemplar  recibís un sobre con seis cromos, pero si queréis conseguirlos todos podéis comprar más sobres en nuestra tienda online.

El monográfico de Locura también está a la venta en la tienda. Es un pequeño acercamiento al sufrimiento psíquico de las personas que viven experiencias inusuales, una crítica a la sobremedicalización de las mujeres o las violencias que viven las personas psiquiatrizadas.

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