Manual ecofeminista contra el poder corporativo
Compartimos un extracto de 'Manual ecofeminista contra el poder corporativo', un manual para tejer redes e impulsar luchas, editado por Libros en acción, Paz con Dignidad y OMAL y surgido de las ideas que surgieron entre encuentros virtuales y presenciales entre feministas de Europa y América Latina, entre 2021 y 2022.
Por Júlia Martí Comas y Maite Mentxaka Tena
¿Luchas en defensa de la vida y el territorio frente al despojo? ¿Te preocupa el poder desorbitado que acumulan las empresas transnacionales? ¿Formas parte de algún colectivo? ¿Queréis unir feminismo, anticapitalismo, ecologismo… e interseccionalizar luchas? ¿Os interesa conocer otras organizaciones y resistencias? Os compartimos un extracto del Manual ecofeminista contra el poder corporativo, editado por Libros en acción, Paz con Dignidad y OMAL. Como explican las autoras, en este manual no encontraréis respuestas ni recetas cerradas, pero sí una propuesta colectiva tejida desde diferentes colectivos y territorios para impulsar las luchas ecofeministas contra el poder corporativo.
Atacar el poder económico, pinchar las finanzas
El motor que mueve a las empresas transnacionales es la maximización de beneficios a cualquier precio. En un mundo globalizado y dominado por las finanzas, la carrera por la competitividad las obliga a crecer sin límites para no desaparecer, esto ha llevado a que cada vez menos empresas controlen financieramente la mayor parte de la producción y consumo global. Además, a través de fusiones, se han ido generando conglomerados económicos con un enorme poder sobre nuestras vidas, como es la fusión de Bayer y Monsanto, que control el agronegocio y las farmacéuticas.
Por otra parte, las multinacionales se mueven por el mundo en busca de las mejores condiciones para sus operaciones, lo que les permite huir sin muchas trabas de regulaciones e impuestos. Y, gracias a la dependencia económica generada por las políticas neoliberales, pueden amenazar a los gobiernos con la deslocalización o la fuga de capitales y conseguir políticas a su medida.
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Poner fin a la impunidad corporativa
El poder jurídico de las corporaciones se sustenta en una arquitectura jurídica de la impunidad que les permite vulnerar derechos sin consecuencias, mientras que garantiza la seguridad jurídica de sus inversiones.
En concreto, la impunidad corporativa se debe a la desregulación y debilidad de los sistemas jurídicos nacionales y a la inexistencia de mecanismos coercitivos a escala internacional que obliguen a las corporaciones a respetar los derechos humanos. Un vacío legal que se ha intentado maquillar con mecanismos voluntarios, de derecho blando, con la Responsabilidad Social Corporativa, que contrastan con la dureza del derecho corporativo global, que cuenta con numerosos mecanismos para hacer efectivas las sanciones contra los Estados que se atrevan a ir contra los intereses corporativos.
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Desarticular el engranaje formado por Estados y corporaciones
El poder político de las corporaciones se sustenta en un engranaje conformado por Estados (e instituciones internacionales) y capital global que consolidó el neoliberalismo y que se engrasa a través de la llamada “captura corporativa de las instituciones”. Una captura que funciona a partir de lobbies, puertas giratorias, privatizaciones, corrupción, financiación de partidos, agencias de publicidad, etc.
Para entender este engranaje debemos partir de que los Estados siempre han sido piezas clave para la reproducción del sistema capitalista pero, en el contexto de la globalización neoliberal, los Estados dan un paso más para garantizar la supervivencia del capitalismo, convirtiéndose en socios del capital. Por tanto, lejos de “retirarse”, en el neoliberalismo los Estados refuerzan las funciones útiles para el capital global (disciplinamiento, políticas comerciales, construcción de infraestructuras….) mientras que adaptan las demás en base a la lógica de la competencia económica. Así mismo, hemos visto cómo gobiernos considerados progresistas también han mantenido lógicas extractivistas con graves impactos para el territorio, a menudo en alianza con el poder corporativo transnacional, lo que supone un desafío para los movimientos sociales.
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