Estancia Barrera: familia, calle y escenario

Estancia Barrera: familia, calle y escenario

Como este, hay cientos de barrios en Andalucía que, sin haber sido tocados por la varita mágica del turismo que designa aquellos rincones visitables y merecedores de placas y halagos, alimentan y conservan, sin embargo, saberes, formas y ritos asociados al flamenco.

26/04/2023

La Estancia Barrera es un barrio de Jerez de la Frontera (Cádiz) asociado desde su nacimiento a la miseria, al hacinamiento, a las drogas y al paro. Aun así, la Estancia funciona de muralla natural entre el centro histórico y el inicio de las barriadas del sur de la ciudad. Es una trinchera invisible que parece que no existe, que no se puede tocar pero que sí percibimos y sufrimos. Sabemos de ella porque decir Estancia Barrera en Jerez es decir es ese lugar donde nadie quiere vivir.

Esta barriada surge en los años 60 en la zona urbana meridional de Jerez como un conglomerado incuantificable de chabolas y otras viviendas de material similar. A finales de los años 90, la expropiación municipal devolvió a sus habitantes “apartamentos modernos y funcionales”, así calificados entonces, en forma de vivienda subvencionada, cañerías renovadas y asfalto en sus calles. ¿Qué ha pasado en estos 20 años? ¿Cómo ha cambiado la vida de sus gentes? ¿Dónde están sus voces y por qué nunca las oímos? ¿Qué tienen que decir? ¿Qué sabríamos de la Estancia Barrera si su gente hubiera podido contar su historia?

Como este, hay cientos de barrios en Andalucía que, sin haber sido tocados por la varita mágica del turismo que designa aquellos rincones visitables y merecedores de placas y halagos, alimentan y conservan, sin embargo, saberes, formas y ritos asociados al flamenco. Paradójicamente, este arte de origen gitano-andaluz que hoy es patrimonio de la humanidad y que recorre cada año miles de escenarios por todo el mundo encuentra su inspiración primigenia en las vivencias de lugares como la Estancia Barrera.

Este trabajo, siempre en desarrollo y tan vivo como el propio barrio, pretende reconocer, revalorizar y conservar el patrimonio visual y humano estanciero, antiguo y actual, doméstico y oficial. Recoger las imágenes, las voces y la experiencia de las personas que lo habitan. Y, sobre todo, bucear en la cotidianidad de este barrio despreciado a través de la fotografía, especialmente desde los ojos de las niñas y las mujeres, las grandes olvidadas de un entorno ninguneado y que sin embargo está más cerca de ti de lo que tú crees.

 

 

 

 

Este texto ha sido publicado en el anuario número 9 de #PikaraEnPapel. Puedes conseguirlo en nuestra tienda online.
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