Paula Alcaide: “Después de las elecciones habrá rupturas emocionales”
La psicóloga especializada en el colectivo LGTBQIA+ ha notado una mayor demanda y lo relaciona con el posible gobierno de PP y VOX.
Paula Alcaide, psicóloga especializada en el colectivo LGTBQIA+, está preocupada, pero no “tan asustada” como algunas de sus pacientes. La posibilidad de un Gobierno entre el Partido Popular y Vox aumenta la ansiedad, la depresión y la sensación de peligro en muchas personas.
Me comentabas el otro día, cuando nos encontramos, que había aumentado la demanda de personas LGTBQIA+ para hacer terapia y que lo relacionas con el posible gobierno de PP y VOX. ¿A qué tenemos miedo?
Creo que históricamente el colectivo LGTBQIA+ ha sido un colectivo diana y esa sensación se ha quedado en el inconsciente colectivo. Esa idea de que pueden atacarnos o quitarnos nuestros derechos genera miedo. Se ha legitimado un partido como Vox, que va en contra de un montón de derechos que, en principio, estaban garantizados. Esto genera una sensación de inestabilidad emocional y un miedo a volver a ser la diana, a que nos utilicen políticamente, a ser una baza con la que negociar. Esto genera pánico. Hay algo más de demanda, sobre todo, de gente que ya estaba o había estado en terapia trabajando en la línea de visibilizarse, de perder ese miedo, de ser más asertivas y defender que tienen derecho a vivir con quien viven, a querer a quien quieren, a trabajar y explicitar cuál es su modelo familiar en el trabajo. Da miedo volver a un escenario de homofobia, lesbofobia, transfobia o bifobia interiorizada por mensajes sociales negativos y amenazantes.
¿Qué consecuencias tiene todo esto en nuestra salud mental?
Aumenta la ansiedad, la depresión y la sensación de peligro. Esto genera una hipervigilancia que implica un desgaste emocional, una reducción de la espontaneidad. Aumentan las estrategias de ocultación, de disfrazarse de hetero, de cis, de algo que no eres para no ser el foco de atención; la evaluación del entorno conforme a si es percibido como seguro o inseguro; la cautela en las relaciones con los demás por si tu orientación o identidad pueden generar rechazo. Esto comporta un estrés añadido que se puede tornar crónico.
¿Qué estrategias podemos llevar a cabo para protegernos?
La colectividad siempre ha sido una herramienta muy potente. Creo que a nivel legal hace falta estar muy encima para intentar blindar el máximo de derechos y pelear cuando se toque cualquier coma de cualquier ley. Vamos a tener que ir con mucho cuidado para que no toquen leyes que nos puedan hacer retroceder. A nivel familiar y nivel social, cuando una persona de tu entorno está asumiendo como natural que un partido te quite derechos, hay que intentar hablar claro e intentar generar influencia sobre nuestro entorno. Retroceder en derechos no es aceptable.
Muchas personas del colectivo tendrán en su entorno gente que vote o que vaya a votar al PP o Vox, ¿cómo convivimos con eso?
A veces, con determinadas personas, la empatía funciona; con otras personas, no. Con las que funciona, abogar para que se lean los programas electorales, para que no se dejen llevar por mensajes masivos o distorsionados, para que entiendan muy bien que están eligiendo por encima de nuestros derechos. Luego… hay que respetar y cada cual votará lo que vote. Más allá de eso, hay que evitar la sensación de no haber dicho lo que querías decir y dejar muy claro que, con lo que van a votar, van a generar un impacto directo en personas a las que quieren.
¿Hay que respetarlo?
Aunque nos pese y nos enfade, en un Estado de derecho, hay que respetar el voto.
Si se cumplen los peores pronósticos, ¿cómo vamos a convivir con un entorno que ha votado en contra de nuestras vidas?
Entendiendo que la ignorancia humana es muy extensa y, al final, estamos muy instrumentalizados y mediatizados por todo. Estas se han convertido en las elecciones del miedo: “¡Que viene el lobo!”. Es importante que a nivel psicológico desactivemos esos sistemas límbicos [grupo de estructuras que dirigen las emociones y el comportamiento] donde se maneja el miedo y hagamos una reflexión más pausada y aterrizada. Después de las elecciones, habrá rupturas emocionales, como en muchos otros momentos históricos.
¿No es una visión un poco naif? ¿La gente que va a votar a la extrema derecha está equivocada o simplemente le damos asco?
Hay que preguntarles. ¿A qué estás dando prioridad? ¿Qué estás valorando por encima de otras cosas? ¿Por qué te estás creyendo el discurso bélico? Parece que temen que el feminismo o el colectivo LGTBQIA+ vaya a quitarles derechos fundamentales, pero ¿qué venimos a quitar objetivamente? Nada. ¿El derecho a la familia? Somos familias también: familias elegidas, familias diversas.
Esta situación de incertidumbre ¿está afectando especialmente a las familias LGTBQIA+ a raíz de lo ocurrido en Italia? Giorgia Meloni ha limitado los derechos de las familias de lesbianas. La Fiscalía de la ciudad de Padua ha impugnado el registro de más de 30 criaturas.
Hay mujeres que sí han expresado ese miedo en consulta y otras que se están casando, a pesar de que ya no es necesario para inscribir a los hijos e hijas, a raíz de esto.
¿Y en el caso de las criaturas de familias LGTBQIA+?
Pueden afectarles los discursos que suponen un ataque frontal a la educación en la diversidad. De nuevo, algo que es fundamental se convierte en un debate político. Hay que hacer que aterricen los discursos. ¿De qué hablan cuando hablan de ideología de género? ¿De decirle a Pepita que no importa que esté escondida en una casa de atención a víctimas de violencia machista? ¿Cuando niegan la educación en la diversidad quieren decirle a Clara, por ejemplo, que no importa cómo sea su familia? Están desatendiendo y atacando realidades vulnerables. Están atacando a las víctimas. No puedes atacar a tu población más vulnerable, para la que se supone que vas a gobernar. Eso es abuso de poder, es bullying.
Una conversación en mi entorno, muy recurrente, tiene que ver con preguntarnos cuándo es el momento de tomar decisiones trascendentales. Si algún día tenemos que marcharnos, ¿cómo vamos a saberlo?
No se sabe. Es la parte complicada. No lo sabes. Es un proceso. Tienes que escucharte y saber en qué punto el cabreo, el miedo y la rebeldía van a decirte “hasta aquí”. Tienes que escucharte para saber hasta qué punto estás dispuesta a aceptar ciertas cosas. Creo que, en general, la gente es muy pasiva y en este momento es crucial que prestemos atención a la política y a las decisiones que se toman por nosotras. La gente está mucho más desconectada de lo que estaba y eso ha jugado a favor de la extrema derecha. A ver qué hace el sector moderado del PP, el colectivo LGTBQIA+ del PP, si hay un Gobierno en coalición con Vox.
¿Tú estás asustada?
Estoy menos asustada de lo que están, en general, las personas que veo en consulta.
¿Será porque eres psicóloga?
Quizás sí. Trabajo cada día con los miedos, con lo bonito y también con las miserias del ser humano. Creo en el potencial de la gente y creo que vamos conseguir blindar lo que hemos conseguido para nuestras “mayorías” históricamente atacadas.
¿Vas a votar?
Por supuesto.
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