Un aprendizaje desigual del amor

Un aprendizaje desigual del amor

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03/10/2023

 

A niñas y niños nos educan de forma distinta.

A las mujeres nos enseñan

que lo más importante es cuidar a los demás.

A los hombres, a ser fuertes y decididos.

 

Las mujeres aprendemos

a poner las necesidades de la familia o la pareja

por delante del trabajo, de nuestros deseos

o incluso de nuestra propia salud.

 

A los hombres se les enseña

a buscar el éxito en el trabajo o en la pareja,

e incluso, a ser agresivos.

 

En las relaciones sexuales,

a las mujeres las educan para estar guapas.

Son los hombres los que tienen la iniciativa,

A ellos les han educado para desear sexo y tener placer.

 

Muchas personas creen que cada género,

el masculino y el femenino,

tiene capacidades distintas desde que nacemos.

Eso no es verdad.

Se dice que las mujeres somos más cariñosas

porque podemos ser madres

y que los hombres nacen más agresivos.

 

Pero no es verdad.

Hay hombres cariñosos y mujeres violentas.

Aprendemos nuestros comportamientos

en nuestras familias, en el colegio y en las redes sociales.

Aprendemos a ocultar o mostrar los sentimientos

igual que aprendemos a hablar, a leer o a comer.

Además, hay personas que nacen con sexo masculino

que sienten que son mujer.

Y hay personas que se sienten hombres

aún teniendo un cuerpo femenino.

Incluso hay personas que no se sienten ni hombre ni mujer.

 

Está claro que cada persona tiene sus cualidades

y que no dependen del género.

 

A lo largo de la historia, la educación ha cambiado

y hoy en día se procura educar en la igualdad.

Pero, ¿hay realmente igualdad?

 

Muchos hombres se ocupan de limpiar,

de comprar y de cocinar.

Pero las tareas que tienen que ver con los cuidados

las siguen haciendo sobre todo mujeres,

como acompañar a alguien al médico,

asistir a reuniones escolares, resolver disputas

o recordar cumpleaños y otras fechas.

Estas mismas tareas, si las hacen los hombres,

se valoran más porque se ve como algo extraordinario,

 

La educación distinta de hombres y mujeres

provoca desigualdad en las relaciones amorosas.

 

La intuición y mostrar los sentimientos

se consideran actitudes femeninas.

A menudo muchos hombres no las comprenden

porque han sido educados para ocultar las emociones.

 

También hay mujeres que confundimos serenidad

con indiferencia.

Desde la infancia nos dicen que los hombres no lloran.

 

La sociedad en general tiene una visión masculina

de lo que es estar bien de salud mental, de lo que es normal.

Muchas veces se nos describe a las mujeres como locas

o exageradas porque mostramos emociones,

o tenemos más cambios de humor.

 

A hombres y a mujeres

se nos enseña a amar de forma distinta

y esto genera malos entendidos y relaciones desiguales.

 

Como a las mujeres se nos enseña

que importa más cómo estén los demás,

que nuestro propio bienestar,

esto nos provoca inseguridad en las decisiones.

Es lo que llamamos baja autoestima.

 

Los niños, en cambio, son educados para decidir,

a tenerlo todo bajo control.

Hay muchos tipos de violencia, no solo la física.

La manipulación, los engaños,

desautorizar o burlarse a alguien a menudo

y la falta de diálogo también son formas de violencia.

 

El hecho de tener pareja se considera normal,

es algo bueno, un signo de éxito y de madurez.

Es habitual creer que un hombre está solo

porque lo ha decidido él.

En cambio, si una mujer no tiene pareja

se cree que es porque nadie la aguanta.

 

Ya no creemos tanto en el amor para toda la vida,

pero vivimos las rupturas amorosas como un fracaso,

sobre todo, de las mujeres,

educadas para para mantener los vínculos afectivos.

 

Nos enseñan que encontraremos a la pareja perfecta

entre todos los millones de seres humanos.

Pero solemos enamorarnos

de un mismo tipo de personas.

 

Lo erótico también se aprende.

Lo que se considera sexi en un hombre

no es lo mismo que es sexi en una mujer.

 

Nos educan en la heterosexualidad

y con una idea determinada de belleza.

Hoy se sigue considerando más atractivo

al chico misterioso, seguro y agresivo

que al simpático, vulnerable y sensible.

Los hombres no valoran a las chicas con iniciativa,

porque han sido educados para conquistar.

Por suerte, hay personas que educan de otra manera.

 

El amor debe ser algo voluntario y deseado

porque tener pareja no es una obligación.

Las feministas queremos unas relaciones eróticas

alejadas de la violencia, del control y más iguales.

 

Como dijo nuestra querida María Zambrano

hace muchos años,

un amor que no sea ciego,

sino que nos hace visionarias.

 

 

Extraordinario: Que es fuera de lo normal.

 

Autestima: Es el sentimiento que nos hace valorar nuestra personalidad y querernos a nosotras mismas.

 

Erótico: Aquello que tiene que ver con las relaciones sexuales entre personas, el amor sensual, el placer físico…

 

Heterosexualidad: Sentir atracción sexual por una persona de sexo distinto al suyo.

 

María Zambrano fue una escritora y filósofa feminista.

 

Visionaria: Persona que ve con claridad,

que se adelanta a su tiempo.

 

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